– ¿Sabes lo raro que es esto? – Me reí.
– No seas miedosa, ven y sube conmigo.
Lo seguí a través del jardín, hasta llegar en donde se encontraban dos columpios morados de plástico. Él se sentó sobre uno, empezando a balancearse.
– No sé por qué pienso que vamos a caernos. – Le advertí, sentándome sobre el otro columpio junto a él.
El clima era cálido, parecía una perfecta tarde de verano, podía ver como el sol alumbraba fuertemente todo el jardín, pero sin ser tan intenso como para quemar mi piel, simplemente les daba un brillo único a los árboles, al césped recién cortado, sin llegar hasta la puerta que llevaba al interior de mi casa.
¿Mi casa?
– ¿Dónde estamos? – Le pregunté sin dejar de observar todo el lugar, buscando la familiaridad.
– ¿Enserio no lo reconoces? – Fruncí el ceño al escuchar la malicia en su voz, giré a verlo y no había nadie, sólo un triste columpio vacío balanceándose levemente.
Me levanté asustada del columpio buscándolo por todas partes, sabiendo que se encontraba en algún lado y simplemente se estaba escondiendo de mí. Dije su nombre, lo grité, lo repetí muchas veces, pero no lo encontraba; todo empezó a dar vueltas, el brillo del sol bajó y no podía enfocar mi vista en nada, no sabía donde estaban los árboles, o la puerta, no podía ni recordar donde me encontraba parada.
Escuché un ruido, un chillido muy extraño, y todo dejó de dar vueltas. Lo siguiente que pude notar es que los columpios se balanceaban más de la cuenta, se agitaban frenéticamente, los postes que los sostenían se desprendían del suelo dejándose caer hacia adelante, justo donde estaba parada.
No podía moverme, ni gritar siquiera, sólo estaba ese sonido, los columpios descontrolados, y uno de los postes a centímetros de mi cara...
Desperté sobresaltándome, tocando todo lo que estaba a mi alrededor, mis sábanas, mi cama, tocando mi cuerpo, mi cara, verificando que todo estuviera en su lugar a pesar de que no veía nada en la oscuridad de mi habitación.
Luego de calmar mi respiración, el sueño regresó a mí, sin darme suficiente tiempo para pensar en la pesadilla que acababa de tener.
Antes de caer profundamente dormida, tuve un último pensamiento, y es que no podía recordar a la persona que se encontraba junto a mí en aquellos extraños columpios...
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Se los dije :)- JT.
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Pensamientos Para Ti
Conto¿Cuántas veces te has guardado lo que sientes? ¿Cuántas veces has querido decirle a esa persona miles de cosas y no lo has hecho? Mi nombre es Skyler McKenzie y estos son mis pensamientos para ti.