Pensamientos Para Ti

¿Disfrutas el tacto?

"If I got locked away

And we lost it all todayTell me honestly, would you still love me the same?If I showed you my flawsIf I couldn't be strongTell me honestly, would you still love me the same?"

Justo así está mi estado de ánimo.

Aunque hay que tomar en cuenta que no están por encerrarme, no tengo novio, y el chico que me gusta no me hace caso.

Pero hey, uno siempre se identifica con la música.

Movía mi cabeza al ritmo de la canción de Maroon 5 (y no sé quiénes más), mientras limpiaba mi casillero. Es increíble la cantidad de basura que puedes acumular en pocos días, había envolturas de dulces, recibos de algunas tiendas, actividades ya calificadas y hechas puño en los rincones. Ni siquiera estoy segura de cómo terminaron allí.

Bueno, quizás sí sé.

Mi casillero es el F122. No tengo idea de cómo designan los casilleros o que orden siguen, pero, a tres casilleros del mío está el casillero F119, casillero que le pertenece a Tyler.

Recuerdo como andaba buscando mi casillero el primer día que asistí a este lugar, me costó mucho encontrarlo; y cuando lo encontré ¡No podía abrirlo! Estaba cerrado con un candado, ya me habían dado las llaves, y a pesar de que trataba de abrirlo, este no cedía, me estaba desesperando cuando alguien se acercó, arrebató las llaves de mi mano y con un ligero movimiento de manos, lo abrió.

>> – Estas cosas tienen maña. – Dijo devolviéndome las llaves, tocando ligeramente la palma de mi mano.

– ¿Maña? – Pregunté. Qué palabra tan divertida.

– Si, están viejos, tienes que levantarlo hasta que quede como acostado y mueves la llave. – Mientras lo decía trataba de explicármelo con sus manos, haciéndome reír un poco.

– Entiendo, gracias por la ayuda. <<

Moví ligeramente mi cabeza, como si de esa manera se fueran los recuerdos y pudiera desecharlos de una vez. Al girar a ver hacia el casillero F119 no me sorprendí al encontrarlo vacío. Siempre he disfrutado de tener acceso a este espacio en donde es tan fácil observar a cierto chico sin ser tan obvia, fingiendo leer papeles, ver calificaciones u ordenar cualquier cosa; y ahora ¿Cómo hacerlo si ni siquiera hay chico que observar?

Dejé algunos de los papeles en una esquina del casillero, prometiéndome que lo limpiaría después, lo cerré y me dirigí al salón de matemáticas.

La canción de Maroon 5 había terminado, sustituyéndole otra de la cual desconocía el nombre; a veces sucedía esto con mis listas de reproducción y siempre me resulta tan molesto, me gusta saber el nombre de la canción que escucho o por lo menos conocer al artista.

Si, si, ya, díganmelo: Superficial.

Saqué molesta el celular de mi bolsillo para ver el título y cambiar la canción, ya que no me estaba gustando la letra, cuando de la nada sentí que choqué con alguien, más bien fui empujada por un cuerpo; mis plataformas no pudieron sostenerme del todo, por lo que tuve que encontrar un punto de apoyo con mis manos.

– ¿Quieres fijarte por donde caminas?

Todo mi cuerpo se estremeció, tenía mi vista en el piso, asegurándome te estar bien parada para no perder el equilibrio de nuevo, pero nada de eso importó cuando escuché su voz. Levanté la vista, encontrándome con sus ojos verdes viéndome directamente. Se me aguadaron las piernas.

Oh mi Dios. ¡Me está viendo! ¡A mí!

Tragué fuerte. Me. Está. Viendo. ¿A mí?

Vamos Sky, di algo.

– ¿Disfrutas el tacto? – Al principio no había entendido a qué venía ese comentario, hasta que me percaté de nuestra cercanía, y no solo eso; mis manos se encontraban en sus hombros, ya que, al ser empujada, instintivamente mis manos se habían movido hacia allí para sostenerme.

Lo solté bruscamente, dando un paso atrás para poner distancia entre nosotros, sentía como todo mi cuerpo temblaba debido a los nervios y la vergüenza. Ni siquiera había podido decir una palabra, ni había dejado de ver sus ojos y la burla en ellos, se estaba riendo de mí.

– Tú deberías fijarte por donde caminas. – Solté, sonando más pésima de lo que quería.

En respuesta, levantó sus cejas y cruzo sus brazos sobre su pecho, mostrándose ofendido, como si el accidente hubiese sido toda mi culpa. Hice mi mayor esfuerzo en no mostrarme alterada por su cercanía, por lo pegados que estuvimos minutos antes, el tocarlo, el tener toda su atención centrada en mí, y por la vergonzosa situación.

Entorné los ojos y aparté la vista, sintiéndome cohibida por tener su mirada fija en mí. Sin mirarlo de nuevo, empecé a caminar rodeando su cuerpo para seguir en mi camino hacia el salón de matemáticas. No pude evitar echarle un último vistazo sobre mi hombro, fijándome en que ya no seguía en el mismo lugar y estaba caminando hacia donde se encontraban los casilleros.

Una sonrisa se empezó a formar en mi cara y no pude evitar soltar una pequeña risa. Le había hablado al fin. ¡Habíamos hablado!

Ni siquiera pude mantener una conversación con él, y lo poco que le dije, lo hice con desdén.

Borré mi sonrisa.

Genial.

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- JT.