Capítulo 1

351 36 16
                                    

14 años.

Puede sonar mucho o poco tiempo para algunas personas, para nuestro protagonista no lo es, con tan solo 16 años conoció lo que muchos buscan, el verdadero amor, puede sonar algo incoherente, pero el tiempo que ha pasado junto a ella, le mostró que se puede querer a alguien sin importar las imperfecciones.

Lo mismo piensa ella, tal vez Len no habla mucho, pero lo entiende muy bien, incluso sabe sus gustos, Miku no solía decir que le gustaba y sí lo hacía no lo repetía de nuevo, eso y otras cosas, fue lo que enamoraron a Miku de Len, ya que él sabía las cosas que ella le gustaban y las que no.

Como es costumbre de ambos, planearon una tarde buceando, ese era uno de los privilegios de vivir cerca del mar, además el lugar estaba muy bien cuidado por los lugareños, además si un turista quiere ingresar al lugar, se debía cumplir muchas normas.

La biodiversidad del mar, tenía la atención de los chicos, no era necesario pronunciar alguna palabra para expresarse, como era normal, los padres de Miku y Len, les compraron un equipo de buceo, ya que ellos amaban el paisaje que se encontraba bajo el agua.

Cualquier persona que viese a esa pareja de amigos, pensaría que son una pareja, aunque se sorprendían al ver como el chico miraba a la chica y esta le sonreía, parecía entenderlo sin siquiera hablar, era algo que admiraban y envidiaban.

Grandes corales, peces exóticos, de gran tamaño, entre otras cosas, era el paisaje que se veía, algo llamó la atención del rubio, yendo más profundo para resolver la duda que tenía, observó a su acompañante, ella se encontraba admirando como un caballito de mar se encontraba en labor de parto.

Ya era hora de volver a casa, el tanque de oxígeno que cada uno llevaba también se acabaría, al llegar a la playa, Len aseguró la pequeña lancha, después se alejo caminando no sin antes mirar a Miku y regalarle una sonrisa nerviosa, entendía que le urgía ir al baño, así que le hizo señales para que se adelantará a su casa.

Con algo de prisa Len entró a su casa y fue directo a su habitación, buscó en uno de los cajones un anillo, cuando lo encontró se encargó de quitar la piedra falsa que tenía e introdujo una perla, la cual fue asegurada con cuidado, como era su costumbre, Len fue directo a la casa de Miku.

En la casa Hatsune, la joven buscaba palomitas para la visita de Len, quería ver una película en la compañía de él, ya que algunas veces solía atreverse a hablar y ella amaba su voz, porque sabía que es la única que puede escucharlo y admirar lo.

En eso se escucha el timbre de la casa, Miku supuso que era el rubio, así que se apresuro en abrir la puerta.

Miku: —sonriendo— te tardaste mucho, ya me había... —Observa quien es—. Preocupado —.

*****: —abraza a Miku— yo también me preocupe mucho —besa su mejilla—, además te extrañe —.

Miku: —se aleja mostrando una sonrisa fingida— igualmente Mikuo —.

Mikuo: —entra a la casa y cierra la puerta— ¿hiciste o intentaste hacer algo para cenar? —.

Miku: no... —Se va a la cocina, toma el recipiente con las palomitas—. Para eso estas tú —se va a su habitación—.

Mikuo: sigue sin cambiar... —Sonríe nostálgico—. Creo que nunca me va a perdonar —.

Miku no entendía la razón de la llegada de Mikuo tan repentina, él mismo afirmó llegar al día siguiente y como no estaría Mikuo, Len podría ir a su casa sin que el hermanastro de la chica lo corra de su casa, ya que según él, no era buena persona.

Len estaba apunto de tocar el timbre hasta que escuchó como su celular emitía un sonido, le llegó un mensaje de Miku advirtiendo que el torpe de Mikuo estaba en casa, como no quería problemas o crear un nuevo pleito, se fue a la entrada de siempre.

Miku: —abraza al rubio al fin llegaste —.

Len: —corresponde al abrazo y recarga su cabeza en el hombro de Miku—.

Miku: —se deja caer en la cama junto con Len— si paso algo y su nombre es Mikuo —.

Len: —acaricia el cuello de Miku con la punta de su nariz—.

Miku: —comienza a reír— entiendo que no debe importar me lo que me diga, pero... —Besa la frente de Len—. No puedo hacerlo cuando habla mal de ti, eso es imperdonable —.

Len: —muerde su cuello— t-tonta —.

Miku: cuidado con esta tonta —cambia de posición y queda encima de él—, porque te puede violar —.

Len: —comienza a reír y niega—.

Miku: —toma su rostro— hasta que me dejas escuchar tu melodiosa voz —.

Len: —se ruboriza y desvía la mirada—.

Miku: —hace puchero— para mi lo es —se acerca a su oído—, más cuando solo yo puedo escucharla~ —.

Len: —(entonces prometo hablar solo para ti, aunque no hable mucho)— v-violadora —.

Miku: —aprieta las mejillas del rubio— no lo será si te dejas —ríe y se levanta—.

Len: —le avienta una almohada—.

Miku: —toma la almohada y estalla en risa— n-no hay que negarlo —.

Len: —se levanta y baja por la ventana—.

Miku: —lo mira confundida— ¿se te olvidó algo? —.

Len: —regresa con algunas bolsas y se las entrega a Miku—.

Miku: —recibe las bolsas— cierto compraste algunas golosinas y algo para beber —ríe nerviosa— lo olvide por completo —.

Len: —asiente—.

Miku: al menos no olvide donde vivo—rasca su nuca—, ¿cierto? —.

Cerca de esa habitación creció un árbol de cerezo japonés, el cual Len utilizaba como escalera, al llegar a la ventana de la habitación, tocaba tres veces, enseguida Miku abría la ventana para dejarlo pasar, Len nunca se quejó de eso, es más le agradaba saber que era el único que podía hacerlo.

Continuará...

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Publicado Originariamente: 06-mayo-2016

Editado 19-Junio-2017

No me quieres... ¿Perder? © (MikuxLen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora