Soñé con fuego nuevamente. Un incendio. Llamas gigantescas consumiendo todo a su paso. Yo estoy en medio, pero no tengo miedo me siento tranquila, me siento segura.
Abro los ojos rápidamente, veo el reloj a mi izquierda, aún no es hora de levantarme, trato de recordar algo más pero el sueño siempre termina en eso.
- ¡Lita! Levántate – escucho la voz de mi madre mientras toca la puerta.
- Ya estoy despierta - respondo, siempre lo estoy. Retiro las sábanas y me preparo para ir a la universidad.- ¿Te sucede algo? - Pregunta mamá mientras sirve el desayuno.
- No mamá, nada, solo terminé una relación de 2 años hace 2 meses, pero todo está perfectamente bien –respondo sarcástica.
- ¿Sabes? No tienes por qué ser tan grosera. Termina de comer, llegarás tarde a clase.
Sabía que mi actitud estos últimos meses se asemejaba a una anciana amargada y que era mi madre quien pagaba los platos rotos, si, estaba siendo muy injusta, mamá no tenía por qué aguantar mi mal humor, solo pensar en el primer mes y lo malo que había sido me hacía estremecerme, y por supuesto mi cumpleaños #18 no fue mejor, me lo pase en cama viendo realitys, ¨gran celebración¨. El segundo mes no fue mejor, mi mejor amiga, Alessia, trató de llevarme a hacer deporte y Sebastián, mi mejor amigo varón, me invitó a un par de fiestas, es obvio que rechace todos y cada uno de sus intentos y al final se daban por vencidos y terminaban quedándose a ver Tv conmigo y escucharme hablar horas y horas de cuanto amaba, y al mismo tiempo odiaba a Benjamin.
Este era el comienzo del tercer mes sin él. Las clases estaban comenzando, lo único bueno de ese suceso era que pasaría medio día con la cabeza metida en los libros y sin pensar en él.
Nuestra relación era a larga distancia así que el verlo todos los días por algún lugar de la ciudad no era algo que debiera preocuparme. Él estudiaba en otra ciudad y fue exactamente ahí donde terminamos nuestra relación, después de verlo engañarme con una chica pelirroja y que seguro cobraba por hora. Al volver a casa y después de ese fatídico encuentro solo atiné a llorar, las lágrimas duraron un día completo, sin embargo, al día siguiente juré que no merecía derramar una sola lagrima más, claro que me sentía y hasta ahora me siento más enojada que triste y es por eso que actuaba de la manera en que lo hacía, siempre grosera con quien se encontrará alrededor mío. Es gracioso, pero esperaba que eso no les importase a quienes serían mis nuevos compañeros dentro del campus.
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Llegue temprano a clase, esperaba ser la primera para escoger un buen asiento, pero al entrar ya habían 2 personas sentadas casi al final del salón, un chico y una chica específicamente; ella era rubia, delgada y parecía estar enfadada no la culpaba el primer día de clases odias a todo el mundo, el chico en cambio tenía el cabello corto, un tanto alborotado y tan negro como la noche.
Medite unos segundos que asiento quería ocupar, decidí sentarme adelante. Unos minutos después los alumnos empezaron a llegar y ocupar el resto de los asientos, algunos se conocían entre sí, otros parecían apuntó de desmayarse, finalmente una chica que ni me moleste en ver ocupó el asiento junto a mí, una vez ocupados todos los asientos y con el profesor ya en el aula las lecciones del primer día comenzaron.Terminada la clase me dirigí a los servicios y me observé en el espejo, el delineador estaba algo corrido seguro por las tantas frotadas a mis ojos durante la clase, mi melena castaña permanecía perfectamente lacia y mis mejillas aún tenían un leve tono de rubor que le daba color a mi pálida piel.
- ¿Tienes labial? - Preguntó una voz a mi derecha. Giré y me encontré con los penetrantes ojos grises, rasgados y cansados de la chica rubia que vi en clase.
- Claro - respondí teniéndole mi labial favorito.
- Gracias, es un bonito color.
Tomo el labial, se lo aplicó, lo dejo en el tocador y salió hacia el pasillo contoneándose. Realicé la misma acción y salí de los servicios para encontrarme con Alessia en la cafetería.🔗
La universidad era bastante extensa, tenía un campo de fútbol, basquet y voley, además de dos auditorios uno pequeño y otro grande.
La cafetería tampoco se quedaba atrás era muy amplia y ni que decir de la extensión de los salones.
Alessia estudia es la parte Oeste del campus mientras que yo en la parte Este es por eso que decidimos reunirnos en un punto medio para ambas.
Al llegar a nuestro punto de encuentro, ocupe una mesa que acababa de ser utilizada y espere a mi mejor amiga, la cual llegó unos minutos después dando pequeños saltitos y sonriendo de oreja a oreja.
Cuando llegó a la mesa se apoyó en ella y susurro
- Hay un chico guapísimo detrás de ti y no para de mirarte.
- ¿Qué? - Trate de voltear discretamente, pero Alessia se abalanzó hacia mi cubriéndome con sus brazos y empujando mi cabeza contra su pecho.
- Te extrañe tanto - dijo en un tono de voz normal, luego musitó. - No seas tan obvia.
Empujé levemente su delgado cuerpo y me zafé de su agarre, aun sonriendo se sentó frente a mí y apoyó sus codos en la circular mesa, se llevó ambos dedos pulgares a las comisuras de la boca y entrelazando los dedos dijo
- Se ve que es alto, su cuerpo no está nada mal parece que ejercita... Ojos...ojos bellísimos. ¡Por dios! Grises, creo que son grises ¿O son celestes? No, espera, sí que son grises. Su cabello pues es oscuro es lo único que puedo distinguir con esta luz. Y déjame decirte que en cuanto al tamaño de su...
- ¡Oh por dios! Ya basta - la interrumpí en un susurro.
- ¿Qué? Pensé que querrías todos los detalles. - respondió con una sonrisa pícara.
Alessia es la clase de chica que está obsesionada con los chicos, específicamente los chicos guapos.
- No quiero detalles ni nada - exprese. - Y mucho menos pensar en chicos ... y lo sabes.
Mi amiga permaneció en silencio durante unos segundos.
-... ¿Aún lo extrañas?
- No - respondí inmediatamente. - No tiene permitido regresar a mi mente - dije tajante.
Por supuesto que lo extrañaba fue mi primer novio. Mi primer amor. Mi primer desamor. Mi primer corazón roto. Mi primer todo.
- ¡Así se habla amiga! Ahora vamos a pedir algo de comida que muero de hambre - dijo muy emocionada. - Y de paso - añadió susurrando. - Podrás ver al bombón detrás de ti.
Acto seguido se levantó de la mesa y nos dirigimos hacia las vitrinas llenas de comida. Cuando escogimos lo necesario para no morir de hambre regresamos a nuestra mesa y nos dimos con la sorpresa de que un chico la había ocupado.
- Pero que...
- Es el chico que te estaba mirando - me interrumpió Alessia. - Ya que, hagamos nuevos amigos.
Dicho esto, agitó su melena negra y se encaminó hacia nuestra mesa robada.
Alessia tenía razón, era muy guapo, su cabello era ondeado y tenía un tono negro-azulado, su cuerpo no era ni muy delgado ni muy inflado; llevaba puesto unos vaqueros azul marino y un polo negro que resaltaba sus hermosos ojos grises. Tenía la ligera impresión de haberlo visto antes.
- Hola, veo que te sientes cómodo en nuestra mesa - dijo mi mejor amiga sarcásticamente.
- Lo siento, solo no quería estar tan cerca del baño -respondió levantando la vista de la mesa. - Soy Jordan.
- Alessia - dijo ella señalándose a sí misma.
- Lita - dije buscando los preciosos ojos grises. Y entonces le reconocí, él estaba en mis clases, era el chico sentado en la parte de atrás del salón junto a la rubia. Ambos tenían ojos grises ¿Serían hermanos?
Sus ojos se encontraron con los míos y sentí un escalofrío, su mirada era desafiante, sería y penetrante.
- Lita - dijo sosteniendo nuestras miradas. - Estamos en la misma clase ¿No?
- ¿Enserio? No me había percatado
- Pues yo si - respondió mirándome directamente a los ojos.
Se crearon unos segundos de silencio e incomodidad. Alessia lo rompió.
- Bueno y ¿No piensas comer?
Jordan lanzó una media sonrisa, se levantó y camino hacia las vitrinas ya no tan repletas de comida. Era muy alto casi una cabeza más que Alessia y a diferencia mía ella si era alta.
Corrimos las sillas y nos sentamos una frente a la otra. Mi mejor amiga parecía divertida. Pero en cuanto Jordan se perdió de vista cambio su sonrisa por una mueca de desagrado.
- ¿A qué te referías con que no te habías percatado? Un chico así no pasa desapercibido - me reprendió.
Y de nuevo ella tenía razón ¿Cómo no le había prestado ni la más mínima atención? Era guapísimo.
- Lo siento, pero a diferencia tuya yo no me la paso pensando en cada chico atractivo qué pasa frente a mi.
- Eso no es cierto, solíamos divertirnos adivinando la personalidad de cada chico atractivo que divisábamos.
- Pues eso era antes, ahora no quiero saber nada de chicos Alessia, ya deja...
- ¡No! - me cortó. - No voy a permitir que te encierros en tu burbuja de nuevo.Tenía claro porque lo decía. Me había mudado a esta ciudad hace 4 años, entonces no era muy sociable, y no precisamente porque yo no quisiera sino porque los demás no querían, según lo que me había comentado Alessia todo pensaban que era intimidante y todo por un estúpido malentendido.
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En mi primer día en la nueva escuela, me encontraba dibujando lo que había soñado la noche anterior cuando una chica se acercó a mí y me pregunto qué era lo que hacía tan concentrada, ella estiró su brazo para intentar tomar mi cuaderno sin mi permiso y yo le aparte la mano de inmediato. Desde ese momento todos creían que era una chica "agresiva", además de asocial y con serios problemas de ira, el resultado: nadie quería acercarse a mí.
Un día se nos asignó hacer un trabajo en grupo y por supuesto que nadie quería emparejar conmigo. Era joven y sensible, así que me afecto, recuerdo que esa fue la primera y última vez que llore en la escuela, no en la clase claro está, no permitía que alguien me viera llorar, las lágrimas significaban debilidad y yo no me permitía ser débil. Fui lo más rápido posible al baño e intente retener el llanto, pero no lo conseguí, ni siquiera tuve tiempo de entrar a un cubículo, solo me pare frente al espejo e intente calmarme, una vez conseguido me lave la cara y salí hacia el pasillo.
El baño de chicas se encontraba frente al de chicos y fue justo ahí, parado frente a este donde se encontraba un chico alto, delgado, rubio, con pómulos altos, nariz perfilada y ojos oscuros, muy oscuros. Su expresión era sería. Baje la cabeza y pase frente a el ignorándolo.
- No deberías llorar en un lugar público, menos aquí cualquiera podría entrar y verte - dijo sin cambiar de expresión
- ¿De que hablas? ...eso a ti no te incumbe - solté de inmediato, dándole la espalda.
- Pues me incumbe si estuvieran torturando a alguien en un baño y con esos llantos cualquiera podría pensar que algo así estaba pasando - se defendió.
Ignore su comentario y seguí caminando, cuando había avanzado solo unos pasos él grito.
- ¡Oye!
Me costó unos segundos decidir si voltear o continuar caminando. Al final venció mi curiosidad y gire en su dirección. El arrojó hacia mí un objeto pequeño, alcé las manos y lo atrapé en el aire, era un chocolate pequeño y cuadrado. Cuando levante la vista del dulce, el misterioso chico caminaba en dirección contraria. Abrí el chocolate y me lo comí. Era amargo, mi favorito.
Fue la primera vez que vi a Benjamin, aunque no empecé a tener contacto con él hasta después de que Alessia ingreso a medio año, recuerdo verla de pie frente a toda la clase, sonriendo ampliamente, cuando le pidieron tomar asiento ella recorrió todo el salón de izquierda a derecha, detuvo la vista en mí y luego fijo su vista en la carpeta vacía frente a la mía. Apenas tomó asiento giro en mí dirección y comenzó a hablarme, recuerdo haber pensado que era muy parlanchina para mi gusto y ,desde mis celos, demasiado alta para tener 14 años, su cabello en ese entonces era hasta su cintura, pero igual de negro que ahora.
Obviamente sus acciones no pasaron desapercibidas y mis compañeros de clase se encargaron de ponerla al día sobre los rumores acerca de mí. Sin embargo, Alessia no les hizo caso, cada descanso ella salía conmigo al patio y hablaba sin parar; al principio me molestaba bastante no estaba acostumbrada a que se me acercaran y había aprendido a ser indiferente, pero con el tiempo me acostumbre.
Un lunes durante el primer descanso Alessia me comentaba que había hecho el domingo con su familia mientras trataba de abrir un paquete de galletas, cuándo por fin lo logró todas las galletas se desparramaron por el piso y la banca dónde estábamos sentadas, fue la primera vez, después de mucho tiempo que me echaba a reír de la forma en que lo hice ese día, Alessia rió conmigo a carcajadas y en ese momento decidí dejar la indiferencia de lado, aunque sólo con ella, y ofrecerle mi amistad.
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No pretendía volver a ignorar a todo el mundo a mi alrededor, solo a los chicos, pero no pensaba comentarle algo así a Alessia. Me obligaría a hacer todo lo contrario, la conocía.
- No lo haré - mentí
- Estas mintiendo, te conozco se cuan... - se interrumpió y bajo la mirada a su comida.
Una mano apareció en mi línea de visión, tenía un dulce entre sus largos y huesudos dedos, elevé la mirada y me encontré con el serio rostro de Jordan ofreciéndome una paleta de fresa.
- Ten, es mi disculpa por haber robado su mesa. - ofreció sin cambiar de expresión.
- Gracias. - respondí. Tomé el caramelo, no me gustaban las cosas dulces, solo el chocolate amargo, pero no podía rechazarlo era una disculpa.
Después de un poco más de conversación Alessia anuncio que tenía que irse. Jordan y yo la acompañamos al paradero, luego de un momento el anunció.
- Ahí viene tu autobús
- Si, nos vemos mañana en clase. – me despedí.El bus arribó, abrió sus puertas frente a nosotros y subí al amplio transporte dejando a Jordan solo en el paradero.
Ya en mi asiento una idea paso por mi mente fugazmente , ¿Cómo sabia el que este era mi autobús?
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Hellther
SonstigesCuando Lucifer fue expulsado del Edén y cayó en la tierra quiso dejar su marca, y en un acto insulso reto a Dios a deshacerse de él...Y de sus descendientes. . . . Lita entra en una nueva fase en su vida, y no precisamente por entrar a la universida...