Hellther

Capítulo 3: Pesadillas

La fuerza de la mujer era increíble. Mientras me levantaba abruptamente dejando caer mi mochila y teléfono, Alessia trato de sujetar mis piernas, pero sólo consiguió que la mujer se tambalear un poco y me llevara a rastras, ésta metió la mano con la que no me sostenía en su bolsillo y extrajo algo parecido a un canica, la tiró al cielo hacia Alessia, quien se había puesto de pie, y un humo gris cayó sobre ella, desplomándose en el acto.
Estaba muy asustada, quería gritar y pedir ayuda pero la voz no salía.
La mujer me hizo ponerme de pie sin la menor delicadeza, recorrimos la entrada del parque hasta llegar a la calle. Una vez ahí soltó mi muñeca y me tomó por la nuca mientras enredada sus dedos y tiraba de mi cabello.
- Ahora necesito que no te resistas- me dijo en un susurro, su voz, que antes parecía la de una mujer joven ahora era áspera y ronca.
Estaba tan cerca que vi una oportunidad, incliné hacia atrás mi cabeza y la estrellé fuertemente con la suya. Ella rápidamente me soltó y retrocedió aturdida llevándose ambas manos a la cabeza, mientras bajaba la mirada.
Empecé a correr en dirección al campus. Me detuve en seco después de haber corrido apenas 5 metros.
Alessia. ¿Qué tal si se la llevaban a ella? Cuando me proponía volver, una mano me tomó desde atrás. Grité.
- Lita cállate harás que te encuentren.
Sus ojos brillaban más que nunca, su expresión seria de siempre se había convertido en una de ferocidad.
- ¡Jordan! ¡Trataron de raptarme, estaba con Alessia y ahora ella está sola n-
- ¡Cállate! ¡¿Porque no volviste a casa después de clases?!
¿Que acababa de decir? Como rayos él sabía dónde estaba... ¿Acaso estaba siguiéndome o algo? Después de la conversación que escuche ayer...
Decidí ignorar las dudas en mi cabeza, ignoré por completo a Jordan, retrocedí un paso y empecé a correr en dirección contraria, hacia mi amiga.
Corrí sin mirar atrás, el viento se había vuelto frío y corría con más intensidad, las calles estaban desiertas; el corazón me latía a mil por hora, pero sólo pensaba en Alessia.
Sentí una mano sujetar mi cintura y luego un brazo me rodeaba. Debía estar alucinando, mis pies ya no corrían, ya no pisaba el suelo. Cada vez me elevaba más, quería gritar, pero no podía. El brazo que rodeaba mi cintura me sujetaba fuertemente a su lado. Miré a mi izquierda y abrí los ojos como platos. Su ondeado cabello entre azul y negro se agitaba con el viento, su expresión seria de siempre se había convertido en un ceño fruncido y de su espalda se desplegaban dos alas pequeñas no más grandes que sus brazos, pero lo suficiente para levantarnos a ambos del suelo y volar.

Jordan desvío la vista hacia mí y suavizo su expresión. No me había dado cuenta que estaba llorando, no sabía muy bien porque sólo lloraba y las lágrimas parecían reacias a detenerse.
Repentinamente empezamos a descender en picada, las alas de Jordan habían desaparecido súbitamente.
Aún en esta situación decir algo como "las alas de Jordan" se escuchaba fantasioso.
Nos habíamos separado del suelo unos 20 metros y ahora caíamos esa misma distancia a una velocidad sobrenatural. Los gritos que lanzaba solo servían para poner más nervioso a Jordan.
De un momento a otro comenzamos a detenernos y volvimos a flotar, las alas de Jordan habían vuelto a aparecer a escasos metros del suelo. Me aferraba a su pecho como si no hubiera mañana y por un momento lo sentí así. Cuando me percaté flotábamos otra vez, por instinto lo solté y caí de bruces en el verde pasto del parque en el que había estado antes.
Alessia aún se encontraba tendida en el suelo con su oscuro cabello cubriéndole el rostro. La moví, pero no despertó, volví a moverla con más fuerza esta vez, pero no respondía.
-Alessia- susurré. - despierta ¡por favor despierta! - añadí suplicante. No respondía.
- No despertará - dijo una voz a mi espalda. Por un momento me había olvidado de Jordan.
-... ¿Qué quieres decir con no despertará?
- Que... No despertará
- ¡¡CALLATE!! ¡SOLO ESTAS DICIENDO TONTERIAS, TENEMOS QUE IR A UN HOSPITAL! - lo interrumpí entre lágrimas y gritos. Luego de unos segundos, con su voz tranquila de siempre dijo
- No está muerta.
Esas 3 frías palabras calmaron mi corazón.
-... ¿Qué pasó? - pregunté temerosa.
- No es tan sencillo de explicar- respondió mientras miraba el cielo.
La noche empezaría a caer pronto.
- Pues tendrás que esforzarte -respondí más calmada.
Bajo la mirada y caminó hasta encontrarse frente a mí al otro costado del cuerpo inconsciente de Alessia.
- Te diré todo lo que quieras saber, pero debemos ir a casa, ellos podrían volver y las cosas podrían ponerse peor. Créeme.
Mantuve su mirada mientras pensaba. Todo esto era demasiado él era..., él tenía alas, por alguna razón trataron de raptarme, y lo más importante, Alessia estaba herida. Necesitaba respuestas de inmediato.
- De acuerdo- contesté. - Pero Alessia irá con nosotros, no puedo dejarla en su casa en este estado.
Asintió.
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Tuvimos que evitar entrar por la puerta principal debido a mi madre, no fue nada fácil. Jordan cargó a Alessia aún inconsciente, desplego sus alas y floto hasta la ventana de mi habitación, entonces se percató que con sus alas le sería imposible entrar, así que trató de deslizar el cuerpo de mi mejor amiga de la manera más segura posible.
Cuando volvió a mi lado el rostro de Jordan parecía cansado y decrépito, aun así, me alzó entre sus brazos y flotamos hasta la ventana, entre por ella y estire la mano ofreciéndole mí ayuda. Él, aun flotando fuera de mi habitación, agitó la mano indicando que me alejara. Retrocedí unos pasos.
Él tomó ambos lados de la pared, hizo desaparecer sus alas y se desplomó dentro de mi habitación como un peso muerto, se quedó acostado en el suelo sin moverse durante un rato, luego comenzó a ponerse de pie con las mejillas enrojecidas y su expresión tan seria de todos los días.
- No las he usado en mucho tiempo, cuando las pierdo mi cuerpo termina pesando más de lo normal- dijo desviando la mirada hacia el cuerpo inconsciente de Alessia.
- Ignore su comentario y me dirigí hacia ella, parecía que sólo dormía, su tez normalmente trigueña ahora estaba de un blanco papel. Me preocupaba.
- ¿Qué le hicieron? - pregunté a media voz. Jordan no respondió de inmediato, parecía distraído con el desorden de mi escritorio.
- Ya te lo dije, no es fácil de explicar, si te lo dijera... No me creerías.
- Inténtalo - insistí. - Necesito respuestas.
Suspiró. Volvió a entretenerse con los papeles llenos de dibujos y palabras convertidas en historias encima de mi mesa de estudios y luego con la vista fija en ellos preguntó.
- ¿Qué es todo esto?
Caminé hasta donde se encontraba y los observé con él
- Nada que te incumba. – respondí arrancándole las hojas de sus manos.