A través de la ventana del auto se veían los árboles con sus grandes hojas verdes pero eso no tardaría, ya que se estaba acercando el fin del verano y el principio del otoño y con ello el comienzo de clases, o en mi caso, el comienzo de la universidad y una nueva vida con mi hermano.
El auto se detuvo en una casa de tamaño estándar, cuya fachada estaba en tonos oscuros de azules, a simple vista se notaba que la casa estaba habitada por un chico de universidad, ya que todo se veía muy simple, estaba claro que la casa pertenecía a alguien que no pasaba mucho tiempo ahí como para fijarse en los detalles. Pero a pesar de eso tenía cierto encanto.
— Ya llegamos.
— ¡No puedo creer que le compraran esta casa a Aarón! — lo decía porque se notaba que no era barata por la zona en donde se encontraba.
— No lo hicimos, tu hermano nos pagó. — dijo mi mamá antes de que salieran del auto y me dejaran a mí con la sorpresa, al parecer mi hermano ya había madurado bastante los dos últimos años. Luego de unos segundos para procesar la información también bajé.
Al estar sacando mis maletas del auto la puerta de la casa se abrió, dejándome ver a mi hermano.
— ¡Bienvenida a tu nueva casa, Jess! — solo sonreí feliz. Aarón se acercó a nosotros para ayudar con las maletas. — ¿Desde cuándo tienes tanta ropa?
— No la tengo, la mayoría de las maletas las ocupan mis libros — dije orgullosa.
— Ya me lo imaginaba — ambos reímos y entramos a la casa.
— Oye ¿Cómo es eso de que la casa la pagaste tú?
— ¿Qué? ¿Creíste que a mis veintiún años dejaría que mis papás me compraran mis cosas? Eso sería patético. — Yo solo pude reír antes de que él se adelantara.— ¡Rápido, Jess! te tengo una sorpresa.
— Iría más rápido si pudiera pero esto está muy pesado — Aarón bajó rápido las escaleras para tomar las dos maletas que tenía cargando.
— Sigues siendo igual de debilucha — sonrió burlón.
— Hay cosas que nunca cambian — reí con pena.
— Ven, estoy ansioso porque lo veas. — subió las escaleras tal cual las bajó mientras yo decidí subir con calma para recuperar el aliento, y al parecer no fue la única porque mis papás estaban detrás mío.
— ¿Ustedes saben cuál es la sorpresa? — ambos negaron con la cabeza.
— Cierra los ojos — me pidió cuando yo apenas estaba por entrar a la puerta de la que suponía sería mi habitación. Lo miré dudosa aunque solo estaba jugando ya que siempre he confiado ciegamente en mi hermano — Anda — los cerré.
Sentí que tomaba mi mano para después adentrarnos en la habitación, me tomó por los hombros y me acomodó a cierto ángulo.
— Listo, ábrelos — No puede contenerme con lo que vi cuando abrí mis ojos. Creo que asombré a todos por lo fuerte que grité.
— ¡Gracias! — Me lancé a mi hermano y lo abracé con todas mis fuerzas.
— Sé que siempre lo habías querido.
— Sí — Volví a mirar la hermosa sorpresa de mi hermano, era un gran librero que cubría toda la pared izquierda y se veía aún más hermosa porque parecía el marco de una puerta que estaba en medio.
— Me alegra que te haya gustado. — sonrió y me abrazó por lo hombros.
—Muero por poner todos mis libros ahí. — dije emocionada.
— Y ¿qué demonios estás esperando?
Sin pensarlo más tomé las maletas y comencé a sacar a mis preciosos para acomandarlos en su nuevo hogar pero no sin antes oler cada uno. Amaba como olían, mis padres dicen que es extraño pero no me importa mucho si es o no extraño, a mí me encanta hacerlo.
— Pensé que ya lo habías dejado de hacer. — mi hermano me estaba mirando como si estuviera loca. Iba a contestar pero me ganó. — Ya sé "Hay cosas que nunca cambian"
— Me robaste la frase. — sonreí y volví a mi tarea de oler y acomodar mis libros, mi hermano y mis papás también me estaban ayudando aunque los obligué a que se pusieran unos guantes antes de tocarlos. Eso es normal ¿No? Después de todo los libros no son baratón y deben de tratarse con amor.
— Listo. — dije cuando coloqué el último libro, habíamos tardado alrededor de una hora y media y aun así habían quedado espacios en el gran librero, los cuales tuve que cubrir con marcos de fotos o peluches. Tal parece que no había leído lo suficiente a lo largo de mi vida, nunca sería suficiente.
— Bien, está listo — dijo mi mamá.
— Sí — sonreí realmente feliz por lo hermoso que se veía mi librero.
— ¿Te ayudamos en otra cosa? —mi mamá ya se encaminaba a las maletas.
— No, yo puedo seguir mañana — sonreí, sabía que había sonado un tanto cruel, pero también sabía exactamente lo que mi mamá estaba tratando de hacer, estaba tratando de quedarse más tiempo aquí porque no quería despedirse.
— ¿Segura? — me miró algo triste por mi respuesta.
— Segura — le afirmé con una pequeña sonrisa.
— En ese caso ya deberíamos irnos — dijo mi papá, que en su caso trataba de irse lo más pronto posible, así era mi papá, cuando algo lo pone triste intenta alejarse para no demostrarlo.
— Sí — sonó más un susurro la voz de mi mamá.
Todos salimos de la habitación y nos dirigimos a la planta baja pero ya no como cuando llegamos, con ese ambiente de emoción, felicidad y alegría, eso había sido reemplazado por un ambiente depresivo, triste y de angustia.
— Bueno — se giró mi mamá hacia mí cuando ya estábamos afuera de la casa de Aarón — Cuídense mucho — se acercó a nosotros y nos dio un gran abrazo, ambos le correspondimos — los amo mis niños — escuché como su voz se quebraba.
— Y nosotros a ti. — se alejó y dejó que mi papá se nos acercara.
— Cuídate mucho ¿sí? — se acercó y me abrazó.
— Claro. — lo abracé muy fuerte por unos segundos antes de soltarlo.
— Y tú — se dirigió a mi hermano — tienes que cuidar bien de ella.
— No lo dudes — se abrazaron unos segundos antes de separarse. Mis papás nos miraron unos segundos y se dirigieron al auto. Papá abrió la puerta a mamá y cuando ya estaba adentro, él se giró hacia nuestra dirección.
— Una cosa más — lo miré curiosa — No quiero que llegues a casa con un novio, Jess — solo pude lanzar una gran carcajada. — Hablo en serio.
— Yo me encargo de eso. — dijo Aarón.
— Más te vale — sin más, rodeó el auto y se subió. Nos despedimos agitando la mano mientras el auto se alejaba.
Ahora estaba confirmado, mi vida viviendo con mis padres había terminado y comenzaba una nueva al lado de mi hermano.
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Mi Demonio. {Mitades Opuestas #1} COMPLETA
RomanceJessica Cox se mudó con su hermano mayor para volver a unir sus lazos de hermanos. Ella sabía que sería difícil alejarse de sus padres pero las cosas se complican mucho más cuando el mejor amigo de su hermano, William Morrison, se muda con ellos. ¿L...