Revividos.

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Adrien golpeaba la cúpula que le impedía ayudar a su amiga con mucha fuerza, el hechizo de ella había sido interrumpido y no podían salir. Pero se formó una pequeña grieta cuando el rubio dio dos puñetazos a la vez en la misma zona. Adrien estaba cansado y se dejó caer.

-No consigo nada.-empezó a llorar más fuerte.

-Adrien, eres un genio.-sonrió Ted mientras analizaba la grieta de la cúpula.-Hay que empezar a dar golpes aquí, puede que el conjuro de Flora no haya roto la cúpula, pero sí que ha disminuido su fuerza, ahora es solo cuestión de fuerza bruta para romper esto.

-¿Pues a qué esperamos?-Thomas empezó a dar puñetazos a la zona en donde la grieta había aparecido, poco a poco se hacía más grande, pero aún así no era suficiente fuerza para salvar a su amiga a tiempo. Habían descubierto que la cúpula eliminó los poderes de los magos, no podían hacer hechizos y eso les fastidiaba mucho.- Mierda, tardaremos mucho.-dijo dándole más fuerte.

-Déjame a mí Thomas.-dijo James, su voz sonaba más ronca de lo habitual.

-¿Tú? Pero si...-Thomas no terminó la oración, James lo había interrumpido.

-Apártate... ¡Ahora!-gritó mirándolo a los ojos.

Thomas se apartó furioso, pero no dijo nada. No era habitual ver así a James. James se acercó a la grieta, la tocó con la palma y cerró los ojos. Respiró varias veces. Ted iba a decir algo pero Thomas le tapó la boca. James frunció el ceño y de seguido abrió los ojos y con un grito de guerra dio un puñetazo a la grieta rompiendo por completo la cúpula.

***

-Saevin, ¿lo has llamado?-preguntó Iris.

-Sí, no tardará en encontrarnos.-dijo este acercándose al grupo que Aonia había reunido. Los tres magos, el dragón y los fantasmas fueron vistos por Saevin y Fenris, pero Iris solo podía distinguir a sus amigos.

-Perfecto.-dijo la grave voz del lobo.

Todos se reunieron, Fenris pudo distinguir la figura de Shi-Mae, menos mal que ella había podido escapar del hechizo de Morderek. De su lomo bajaron Saevin e Iris y poco a poco se fue convirtiendo en un elfo de nuevo. Todos los observaron, Jonás más sorprendido que los demás al ver a Saevin de nuevo.

-Será mejor que nos demos prisa, Morderek se ha convertido en un humano de nuevo y sus poderes han aumentado. Además no creo que deje escapar a Flora una vez conseguida su sangre, la utilizará para sus caprichos, Morderek metía en jaulas a animales de toda clase, incluso tenía bajo su poder el ave Fénix que pudo escapar. Pero el hecho es que los trataba mal, no permitiré que se aproveche de la esencia de cada ser de nuevo. Salvaremos a los aprendices que están solos contra él y sus ayudantes, que no creo que se haya encargado de traer solo un par.-dijo Fenris.

-Pero solo somos fantasmas, si tan poderoso dices que es Morderek, no podremos con él.-dijo un mago fantasma.

-No te preocupes, os reviviré durante un tiempo. Poseo la ayuda del ave fénix, espero que sirva.-dijo Saevin.

-¿A qué esperamos?-dijo Salamandra.-Estamos aquí de cháchara, vámonos ya.

-Espera Salamandra.-dijo Fenris.-Antes hay que revivirlos, ten paciencia.

Salamandra se sentó en el suelo y esperó. Por el cielo se puso observar unas llamas rojas. El fénix ya estaba preparado.

***

Pedro agarró a Flora de los pelos y la obligó a mirarla a los ojos.

-Sabes, ya no me haces falta, me encantaría matarte, pero no me dejan.-dijo este.

CRÓNICAS DE LA TORRE IV: LA SANGRE DE LA VIDA(CORRECCIÓN FALTAS) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora