XVIII - El Coraje de Nícolas

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Zara tenía dudas de si el robot estaba completamente fuera de acción y sabía que tenía que desintegrarlo para no dejar ningún rastro, pero en el ímpetu de ver cómo estaba Merko y coordinar al equipo médico para que cuidasen bien de él, dejo para destruir al robot cuando volviera a la nave.

— Sivoc, volveré a la Star Hunter para acabar con el robot de una vez por todas con los nano-insectos. Vosotros estaréis ocupados con a defensa ya que otras naves están por venir. Sólo voy a verificar cómo están los preparativos para la operación de Merko y ya me voy.

— El robot parece estar inoperante. No te preocupes que vamos a monitorear a los enemigos y checar los sistemas de defensa.

Mientras Zara se dirigía a la enfermería, Nícolas decidió ver el estado del robot, ya que estaban luchando contra el tiempo. Antes de salir, le comunicó a Tibor:

— Avisa a los otros de que bajaré para ver si el robot está abatido. Merko había dicho que eliminaría todos los trazos de presencia alienígena en la Tierra, pero creo mejor ir allí y acabar el servicio. Alguien tiene que hacer eso.

— Ten cuidado Nícolas. Las otras naves enemigas están en camino. — Le avisó Tibor preocupado.

— No te preocupes. A fin de cuentas, tú sabes que soy prudente. ¿Quién me enseñó a luchar?

Se puso la armadura de ataque y desde el hangar voló hacia el suelo arenoso del desierto. Llevaba consigo una gran carga de explosivos acoplada y otras armas en una mochila metálica en su espalda, junto con algunas esferas plateadas de desintegración.

Enseguida Tibor avisó a Sivoc de lo que Nícolas hiciera y él, aprensivo, apretó los labios diciendo:

— El robot no ofrecerá peligro, pero las otras naves están llegando. El chico será un blanco fácil para ellos.

Tibor frunció el ceño y, mientras pensaba en ponerse una armadura e ir tras Nícolas, el panel de la nave ya mostraba a la Star Dragon y a la Interceptor acercándose. Era llegada la hora de luchar contra las fuerzas de Fizard. No había más tiempo para socorrer al amigo terráqueo. Nícolas ahora sólo podía contar consigo mismo. Si ellos destruyesen a las naves enemigas, estarían de cierto modo protegiendo a Nícolas.

***

— Estamos casi llegando a la posición del enemigo, señor — dijo el inmediato de la nave del coronel Fizard.

— De acuerdo, prepara el sistema de armas para el ataque inminente. Vamos a usar a los robots y las poderosas armas de la nave.

— Comandante Fizard, creo que ya es la hora de llamar a las naves de la retaguardia que están cerca de Saturno — dijo Zidrone desde su nave, mirando al monitor que mostraba las posiciones de las otras tres naves de la flota.

— Ya les llamamos. En este momento están sobrevolando la exosfera terrestre. Con su ayuda seremos imbatibles y Merko será eliminado de este planeta — respondió el comandante Fizard, que ya vistiera un traje completo de combate.

La hora de la confrontación estaba lista para empezar.

Los aliados extraterrestres estuvieron de acuerdo en que tendrían que luchar hasta la muerte contra las fuerzas de Fizard. Los sensores avisaban de la aproximación de tres naves más y la lucha no podía esperar. La Star Hunter y la Science deberían atacarles lo más rápido posible o habría riesgo de ser completamente destruidos.

— Merko aún está recuperándose y necesita cuidados — dijo Zara, levantando las cejas. — Necesita descansar y no podrá luchar nuevamente en nuestra compañía.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora