XIX - Un Intruso en la Nave Enemiga

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Para detectar la presencia del enemigo, los guardias conectaron el sistema de localización infrarrojo de la nave. Este no mostraba solamente la presencia de todos los tripulantes, sino cuales estaban transmutados. Fue así que acabaron descubriendo la presencia de Nícolas.

— Terráqueo, tú no tienes desperdicio — dijo el coronel Fizard al reconocer al joven por el sistema. — El enemigo está en el puente de la sala de mando. Id ahora mismo a atraparle — ordenó a sus soldados.

Pero antes de que llegasen allí, Nícolas ya se había teletransportado a la sala de máquinas, instalando una granada más. Fizard iba a avisar al equipo de busca, cuando un oficial le informó:

— Señor comandante, el terráqueo manoseo uno de nuestros sistemas. Ha desconectado los escudos de defensa de la nave.

— ¡Aquel mamarracho maldito! Localizadlo inmediatamente. Accionad todos los escudos de vuelta.

En ese momento, las primeras granadas empezaron a estallar, desestabilizando el crucero de batalla Star Dragon. Junto a eso, el robot de Nícolas destrozaba todo, disparando sus cañones hacia todos los lados. Aprovechando la distracción, Crom y el equipo de Merko invadieron la nave. El primer inmediato que acompañaba al comandante, enseguida que vio la puerta abrirse, puso la mano en el arma láser. El inmediato no reaccionó y Fizard, al ver la acción, intentó aproximarse a Crom, cuando percibió que Tibor estaba con un arma en su espalda.

Giró sobre sus talones e invirtió la posición sobre el rival, golpeándole en el estómago. Tibor aguantó el dolor y le puso las dos manos sobre el pecho al coronel, empujándole contra la pared de la nave y arrancando chispas con el impacto. Aturdido, Fizard se llevó la mano a la cartuchera para sacar la pistola, cuando recibió un golpe certero en la nuca y cayó al suelo atontado.

Tibor le puso los dedos índice y medio en el cuello a Fizard. Vio que sus latidos cardiacos estaban normales. Verificó la respiración y percibió que estaba bien. En pocos instantes el coronel fue levantado, sintiéndose aturdido e impotente. Se miró las muñecas ya esposadas. Los amigos de Nícolas querían a Fizard prisionero, para que pudiesen seguir adelante con el plan. Nícolas dijo:

"Quítales al líder y los otro caerán juntos."

Merko se materializó en la nave con los soldados y subyugaron a los otros tripulantes. Después entró en la sala de mando con sus hombres:

— Estate quieto y no hagas nada o serás desintegrado — dijo Merko antes de que Fizard empezase a argumentar. — Escucha calmamente lo que te voy a decir: colabora con nosotros, porque en caso contrario será peor para ti. Mirov no merece tanta lealtad de los hombres que entrené para servir al verdadero Rey — continuó tranquilamente Merko, apuntándole una pistola a Fizard.

El coronel tragó saliva y miró fijamente el exoesqueleto que el comandante utilizaba diciendo:

— Comandante Merko, usted no entiende hasta dónde va la locura del rey Mirov... Él matará a toda mi familia si fallo en la misión. Para conseguir que le obedeciésemos amenazó a todos con sus robots. Aprisionó al consejero Kenan y a la princesa Isadora, impidiendo que cualquiera se acerque. Nadie en el planeta Vida está a salvo. Entiéndame: si yo fallo y vuelvo, seré un hombre muerto, así como todas las personas a las que amo. Por favor, Capitán Merko, no me lleve de vuelta. Prefiero morir aquí, con dignidad, sin poner la vida de los demás en riesgo.

Antes de que Merko dijese algo, Nícolas entró en la sala, deshaciéndose de su disfraz. Corriendo se acercó a su padre y al líder derrotado.

— Tenemos que sacarles a todos de aquí, ahora mismo. He programado las bombas para de aquí a algunos minutos, la nave entera va a estallar. Fizard, da orden de que todos los tripulantes salgan. Conversaremos en la otra nave — dijo Nícolas, con el robot detrás de él. El monstruo de iridio era su nuevo guardaespaldas.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora