Henry y Arianna Prive acababan de estacionarse en frente del hospital.
- ¿Segura que quieres hacer esto? - Le preguntó su padre.
- Sabes que tengo que hacerlo. En algún momento debía enfrentarlo.
- ¿Quieres que te acompañe?
- Estaré bien.
Arianna se apeó del vehículo y comenzó a machar hacia el hospital. Había un letrero en la entrada que rezaba: Hospital Para Criminales Insanos "Low Cup". Entró y anunció su presencia en la recepción. La hicieron esperar un momento y luego la hicieron pasar a un corredor contiguo. Detrás de una cabina aislada, que permitía la vista hacia dentro a través de un plástico reforzado estaba la única persona que había amado en su vida: Josh Wood. Se sentó en la silla que estaba en frente de él y descolgó el teléfono que les permitiría comunicarse. Él habló primero:
- Estás hermosa.
- No empieces con eso.
- Solo digo lo que veo.
- Josh, no es momento para tales cosas.
- Es la única oportunidad que tengo para decírtelas. No te molestes, por favor.
- Por esto es que había evitado venir a verte.
- Por esto, ¿o porque ya tienes a alguien más?
- No es tan sencillo estar con alguien más luego de lo que pasó.
- Sí, está vez no sería tan sencillo matarlo. Aunque la seguridad aquí no es la gran cosa.
- Estás aquí porque yo pedí que te trajeran, sino estarías en la cárcel donde debes estar.
- Debería estar contigo.
- Asesinaste a Gustave, ¡deberías estar en la cárcel!. -Se sentía frustrada. Por más que lo dijera sabía que no podía condenar a su amado a eso.
- Ese idiota no tenía la talla para estar contigo. Solo nos hice un favor, y lo volvería a hacer. -Josh sabía que corría el riesgo de que ampliaran su sentencia por decir esas palabras, pero le daba igual, Arianna era lo único que le importaba.
- Estás enfermo, para, por favor. -Las lágrimas empezaron a caer por sus ojos mientras se pasaba la mano por estos, la agobiaba que la persona que amaba fuera capaz de decir algo así. Todo lo que había pasado era una locura que Arianna aún no superaba por completo. Josh la observaba mientras lloraba. Al fin se sosegó.
"-¿Para qué me mandaste a llamar?"
- Los doctores me han dicho que he mejorado y por eso me han dado permiso de verte. Te extrañaba, es todo. - Arianna guardó silencio un momento, mientras vagaba en sus pensamientos.
- Yo también te he extrañado, pero es dañino para nosotros vernos y lo sabes.
- No me quites la dicha de verte, por favor.
- Hubiésemos podido estar juntos de nuevo si hubieras hecho una locura. Sabías que solo necesitaba algo de tiempo.
- ¿Algo de tiempo para castigarme? no podía soportar verte con ese imbécil.
- ¡Josh basta! - Las lágrimas volvieron a correr por sus ojos. - Esto no puede seguir. No puedo vivir toda mi vida con esto. Será mejor que me vaya. - Arianna se levantó de la silla e iba despegar su oreja del teléfono cuando Josh la detuvo.
- ¡Aguarda!
- ¿Qué quieres?
- He escrito una historia en mi tiempo libre. Quiero dártela para que la leas. - Sacó un fardo de hojas grapadas y se las pasó a Arianna por una abertura. En la primera hoja se leía en grande y en el centro "A Tu Lado". - Esto es solo la manifestación ficticia de mis sentimientos. Lamento todo lo que te he hecho, espero que sepas que te amo.
Arianna observó el fardo de hojas un momento. Dirigió la mirada a Josh y le respondió.
-Yo también te amo, adiós. - Colgó el teléfono y salió de la vista.
Josh colocó la mano en el plástico mientras veía a Arianna alejarse. Esperaba volver a verla. No se arrepentía ni un poco el haber matado a Gustave. Lo volvería a hacer con cualquiera que se interpusiera entre él y su amada. Sabía que ella solo lo amaría a él a pesar de que estuviera con otro.