Arianna iba en el auto con su padre, ensimismada. No le había dirigido la palabra a Henry desde que subió abordo y este no la presionó para que le contara nada. Se fijó en el fardo de hojas que tenía en las manos pero esperaría a que ella le contara.
Josh había sido todo para ella; y aún lo era. A estas alturas se arrepentía de haberlo dejado ir por lo que ahora parecían nimiedades. Gustave solo había sido una manera de darle una lección, pero ella no esperaba que él fuera a actuar de esa manera. Aunque todo esto la estremecía había algo que la hacía sentir totalmente agobiada: no se sentía para nada mal por lo que le había pasado a Gustave. Él había muerto por el egoísmo de Josh y por tratar de quererla y a ella no le importaba en lo más mínimo. Solo le importaba el hecho de era prácticamente imposible pensar en un futuro al lado de la persona que amaba. Pero no era todo lo que pasaba por su cabeza: A veces incluso le parecía romántica la manera en la que Josh había actuado por ella. Todo el sufrimiento que le había hecho pasar al pobre Gustave a ella realmente le daba igual y al mismo tiempo le parecía fascinante.
Josh había sido realmente despiadado. Atacó a Gustave en el estacionamiento subterráneo del edificio donde vivía y luego se lo llevó de allí. La autopsia reveló que este había sufrido gran traumatismo en la zona genital, y tenía múltiples contusiones en el cuerpo. Sin embargo esto solo había sido el martirio que Josh hizo sufrir a su víctima antes de darle el golpe final. La perversidad con la que había matado a Gustave fue lo que le valió la oportunidad de poder ir al hospital de criminales insanos. Arianna fue la que hizo todo para que esto pasara, pero en realidad, Josh tenía bien merecida su estadía en el lugar.
Para Josh Wood no fue suficiente el suplicio que hizo vivir a la actual pareja de su ex-novia mientras vivía. Había buscado referencias en internet sobre las muertes más despiadadas de la historia y encontró lo que quería en la antigua república romana. Existe la leyendo que al cónsul Marco Craso Licinio, famoso por el amor que le tenía al oro; lo mataron los Pardos vertiendo una olla de oro fundido por su boca, quemándole las entrañas de la manera más sórdida que la imaginación humana de esa época podía idear. Obviamente Josh no poseía los recursos para comprar la suficiente cantidad de oro para derretirlo en una olla. Así que fundío una gran cantidad de metales para lograr emular a los partos. Gustave vivió una de las muertes más horribles registradas en los últimos años gracias a los celos que una chica provocó en un hombre despiadado y obesisonado en su amor por ella.
Ahora que Arianna recordaba la horrible descripción del cadáver de Gustave que habían hecho los forenses se sentía realmente agobiada por la indiferencia que este le producía. Le preocupaba realmente sentirse atrída por la locura que había hecho Josh y etiquetarse así misma como una enclitófila.
Cuando Josh mencionó en su visita que sería capaz de volver a matar por ella se sintió agobiada y empezó a llorar por lo atractivo que le parecía la idea. No podía creer que eso pensamientos pasarán por su cabeza. Cuando le dijo que la extrañaba se dio cuenta de lo mucho que ella también lo extrañaba, y la psicopatología que estaba padeciendo por extrañar y amar a un asesino. Tenía que alejarse de él en ese momento, aunque lo único que quería realmente era estar lo más cerca posible. Sus sentimientos y el remordimiento que tenía en su interior la había doblegado, no podía seguir viendo a Josh en ese momento. Había salido corriendo del lugar confundida. Ahora tenía la historia que él le había escrito entre sus manos. Lo que había dicho que era "La manifestación ficticia de sus sentimientos". Se sentía impaciente por leerla y descubrir lo que pasaba por la cabeza de Josh, aunque a la vez le daba miedo de descubrir que ella sentía y pensaba exactamente lo mismo que él.
Sin lugar a duda le encantaba el título que él le había puesto a la historia "A Tu Lado". La había hecho pensar en que el algún momento, volverían a estar felices juntos.
