Las Dos Tumbas

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Hoy me encuentro de buen ánimo. A pesar de que he notado que Arianna se ha puesto más delgada, siento que hoy será un buen día. Uno de esos en los que nada podría estropearte el estado vitalidad. Se me ha ocurrido algo; trataré de bailar con Arianna. Se sorprenderían de lo que uno puede poner hacer con un zombie. Puse una canción animada en el reproductor y tomé a mi chica. Realmente no está tan mal, Aunque debo ser cuidadoso, el cuerpo de Arianna es frágil. Bailar en el infierno se siente bastante divertido. No recuerdo haber tenido esta diversión antes. ¡Qué plenitud vivo en este mundo en ruinas! la canción ha terminado. No quiero seguir forzando el cuerpo de mi amada. Será mejor que coloque algo que me haga disfrutar y no me de ganas de bailar, tengo que controlar mi éxtasis. Las descargas de la canción me elevan a un estado de placer mientras me encuentro abrazando el cuerpo de la persona que amo, todo el ambiente está cargado de una atmósfera de felicidad para mi ser, quizás nunca había experimentado tal sensación.

¡BOOM! un sonido estrepitoso seguido de una fuerte sacudida ha hecho vibrar todo el lugar. ¿Ha sido un terremoto? Empiezan a sonar disparos de escopeta. Apartando todo los pensamientos de placer que tenía; salgo disparado hacia la puerta, la abro y me dirijo a ver qué pasó. Hay un enorme hueco en medio de la entrada de la casa y una camioneta atravesada. Una gran cantidad de zombies entra por la abertura que hizo el vehículo al estrellarse. Henry les está disparando como puede con su escopeta "- Hijos de puta", grita mientras dispara; pero son bastantes. Me encuentro petrificado, la escena es bastante confusa y mi cuerpo no sabe cómo reaccionar. Los zombies al fin lo alcanzan. Grita desesperado. Me encuentro dispuesta a bajar cuando escucho la descarga de un arma. Siento como la bala pasa junto a mí y como un cuerpo se desploma en suelo a mis espaldas. Mi mente quedó en blanco por un momento. "- Ten cuidado chico", el conductor de la camioneta estaba asomado por la ventana, con la cara llena de sangre y con un arma en el brazo que tenía afuera. "Ten cuidado chico". Sus palabras suenas mil veces en mi cabeza. Escuche mil veces como el cuerpo se desploma a mis espaldas. ¿qué es lo que acaba de hacer? Volteo la cabeza lentamente. ¡AHH! el cuerpo de Arianna yace en el suelo con un agujero en la cabeza. Me lanzó desesperado hacia él con mis ojos fuera de sus cuencas y las lágrimas cayendo a borbotones. La sostengo entre mis brazos y la atraigo hacia mí. "- ¡NO!" "- ¡NO!" "- ¡NO!" "- ¡NO!" "- ¡NO!" solo puedo exclamar desesperado. ¿Cómo es posible que haya pasado esto? luego de todo lo bueno que estaba pasando esto no puede suceder ahora. ¡NO PODÍA SUCEDER NUNCA!

-¡AHH! - El maldito que causó todo esto está siendo devorado por una horda de zombies. No puedo imaginarme una muerte lo suficientemente horrenda para terminar con su vida. Mi Arianna, mi amor. ¿Por qué la bala no se estrelló en mí? ¡Yo era un objetivo muchísimo más fácil al que darle!... Mi suerte. Todo lo que me había mantenido vivo ahora me daba razones para morir. Mi gran bendición había jugado en contra de mí convirtiéndome en un maldito. No podía dejar de llorar mientras sostenía el cuerpo inerte de Arianna. Ahora yo también estaba muerto. Los zombies que estaban en el piso de abajo nos observaban. Solo estaban ahí, viéndonos. Quizás sabían que había un muerto entre ellos. Quizás ellos también sentía mi dolor. Quizás, vinieron a protegernos a mí y a Arianna, aunque habían fallado en su tarea. A mí solo me quedaba una cosa por hacer.

Era de noche ya. Me vestí con un viejo traje de Henry y Arianna con el vestido más hermoso que tenía. La observé y lloré. Era mi vestido favorito; siempre me había encantado como se veía con él y nunca podía dejar de observarla cuando se lo ponía. Salí hacia el patio, coloqué una sábana y luego bajé el cuerpo de Arianna. Nada nuevo había pasado desde el incidente. Entré en el cobertizo, tomé una pala y empecé a cavar. No era una tarea sencilla, pero ahí estaba yo, haciéndolo, con mis manos desnudas, sin quejarme. Henry vagaba en algún lugar como un zombie y la camioneta permanecería incrustada en la casa donde vivió mi amada para siempre. Ya nada me importaba. Me concentré en mi tarea. Las manos me ardían pero no le presté atención. Sacaba la tierra con gran ímpetu sin importarme nada. Al fin lo había logrado, terminé mi trabajo. El sudor perlaba mi frente mientras observaba lo que mis manos habían hecho: dos fosas perfectas para guardar a dos seres humanos para siempre. Levanté el cuerpo de Arianna y me dirigí a uno de los hoyos. Mientras la miraba no podía ver ni siquiera el agujero de su frente o sus rasgos zombies. Solo veía a la mujer que alguna vez había amado. Hermosa, brillante, perfecta. No pude evitar volver a llorar. La deposité con cuidado en el sepulcro, la contemplé y me despedí de ella. "- Te amaré hasta la muerte". Entré en la fosa que había cavado al lado de ella. Saqué el revolver de mi bolsillo y me quedé meditando. Esta era la misma arma que había dado muerte a Arianna; La había recuperado de los restos que quedaban del idiota que la mató creyendo que me protegía, creyendo que mi amada me haría daño. Me temblaban las manos. Suicidarte no es algo que haces todos los días. Apunté el arma contra mi sien y levanté la vista. enseguida contemplé a Arianna para verla por última vez y que fuera ella lo último que yo viera.

- Siempre voy a estar a tu lado, aunque tenga que seguirte hasta el mismísimo infierno.

¡BAAM!

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