Capítulo 2: En la universidad.

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Una semana después del suceso vergonzoso, unas amigas y yo fuimos a la biblioteca, por favor yo ir allá, ¿qué raro no?, no quedaba de otra, el profesor pidió que estudiáramos de un libro del santuario (así le digo a la biblioteca).

Ya en la biblioteca, cuando pidieron el carnet para sacar el libro, me di con la sorpresa de que mi carnet no había, que raro, me dije, si yo pongo todo hasta lo que no me sirve en la billetera...Así que pedí a las chicas sacaran el libro por mí.

Saliendo del santuario, el chico estaba por entrar, si pues el mismo chico de ya hace una semana del vergonzoso incidente. La verdad no sabía si saludarlo ¿se acordara de mí? Me preguntaba... así que decido que lo mejor es no hacerlo, pasé por su lado y haciéndome a la loca, conversando de bobadas con las chicas, lo ignoro y paso, pero no doy ni cinco pasos y él grita.

- ¡Sobrada porque te pasas asi!

- Hola, disculpa no te había visto - Di vuelta con vergüenza - No te había visto... un chico alto, hermoso, y no te había visto, ¿qué gran excusa? Pensé.

- Bye – me despedí para evadirlo.

- Bye, otro día te saludo yo por si no me ves– sonrisa sarcástica.

- Ah. – No, qué vergüenza... y todo por venir al santuario, solo esto me puede pasar a mí.

Al día siguiente, fuimos al santuario a devolver el libro que sacamos, y adivinen quien salía de ahí, si, era él, ahora si tenía que saludarlo no vaya a ser que me grite sobrada no, no, sería lo último... respira uno, dos, tres saluda. Me dije.

- Hola – lo saludé naturalmente.

Él paso tan rápido que ni cuenta se dio que lo salude. Qué vergüenza, me lo tenía merecido.

Mis amigas me hicieron hora por lo ocurrido, al principio lo tome como una coincidencia más, bueno cosas que a veces nos pasan y ya.

...El día de mi cumpleaños, alguien me mandó un mensaje del internet a mí celular diciendo:

"Hola sobrada, espero que lo estés pasando bien...

Ah y gracias por invitarme a tu cumple, más tarde voy atte. Yo"

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo puede ser? ¿Cómo sabe mi número? ¿Quién le dio? ¿Quién lo conoce? ¿Sabe dónde vivo? una y mil veces me pregunté, pues ya sospechaba de una personita.

Pasaban las horas y yo ansiosa, creyendo que él iba a aparecer en mi casa, lo esperaba como si él fuera el agasajado, ya era las 11:50 de la noche, ya todos se habían ido, no fue gran cosa, no soy de las que hacen alboroto en un cumpleaños, estaba esperando y nada que llegaba, por culpa de él no salí a pasear y comer con mis amigas diciendo excusas tontas como: "no chicas hoy quiero pasarla aquí sin la bulla diaria", además estoy esperando a los demás, quizás más tarde se les ocurra venir y si no vienen los... me reía cada vez que decía una excusa tonta.

Esperaba de que él apareciera, ya todos mis amigos  se habían ido, él, nada que llegaba, hasta que me di por vencida y decidí subir a mi cuarto, cuando de repente alguien toco la puerta, salí corriendo para que mi mamá no se despertara, mentira, esperaba que fuera él, al abrir la puerta asomo la cabeza buscándolo y no había nadie, ¿Dónde está? ¿Quién toco la puerta? Me pregunté.

En el árbol que hay en la puerta de mi casa había una cajita colgando ¿qué es eso? me pregunté y tome la cajita, que por cierto estaba bien forradita, con una tarjeta.

Entre y cerré la puerta sin hacer mucho ruido subí a mi habitación, abrí la tarjeta y en esta decía:

"Más vale tarde que nunca, las cosas buenas se hacen esperar ☺☺...

Feliz cumple "sobrada"... atte. Tuyo"

Definitivamente la tarjeta estaba tan corta pero linda, no espere y abrí la caja con cuidado para no maltratar el papel que lo forraba, saque un osito de peluche, bien esponjosito, de color marroncito con los bracitos cruzaditos en medio de ellos una rosita roja, con una tarjetita que decía: "abrázame sin miedo"

Sonreí y suspire, lo abrace fuerte y el osito empezó a cantar:

//Happy birthday to you// que los cumpla feliz.

Paró de cantar y empezó a hablar:

"Desde el día que te conocí no deje de pensar en ti, espero que desde ahora tú pienses en mí como yo pienso en ti.

Atentamente tuyo"

Me sorprendió mucho el mensaje, qué me quería decir con eso, y por qué a mí, Quizás me conocía de algún lado y no me di cuenta, tal vez lo hace solo por molestar, con qué intensiones hace esto, me quedé pensando en ello, no pude pegar los ojos toda la noche.

Realmente fue la primera persona que me dejo aturdida y confundida.

Continuará...

Yo, Mi Yo y ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora