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-Kanato, de qué hablas -(...) chocó contra la isla tras de ella. Kanato la había acorralado.

-He probado todas y cada una de tus delicias, excepto tu sangre (...) -le susurró al oído.

-Kanato, ya basta -desvió la mirada (...).

Estaba muy asustada.

-(...) no quiero que me temas... -tomó sus mejillas y la obligó delicadamente a mirarlo a los ojos.

(...) estaba sumamente sonrojada.

Kanato se inclinó unos centímetros para admirar a (...).

-Te vez tan linda... y tan adorable -le dijo Kanato, acariciando su cabello.

-Kanato -la chica le dio la espalda.

-Te digo cosas como esa... -el chico bajo la mirada para despues apretar los puños a sus costados. -...¿Y TU SOLO ME DAS LA ESPALDA!!? -le gritó Kanato furioso, para después golpear la mesa donde minutos antes (...) preparaba los pays. Todos los materiales cayeron al suelo, provocando un gran desastre.

(...) se sorprendió de sobremanera al escuchar el chico y se dio la vuelta para disculparse. Pero cuando lo hizo, Kanato ya estaba frente a ella.

(...) dio un paso atrás, estaba algo asustada.

Sin embargo, a la hora de dar el paso, piso una cazuela con mezcla de fresas, miel y bombones, y cayó al piso. Lo que un poco de la sustancia salpicara su rostro y sus piernas.

Estaba totalmente avergonzada, se sentía tonta, había hecho el ridículo frente al chico que le gustaba.

Pero entonces una maliciosa sonrisa se pinto en el rostro de Kanato, estaba disfrutando el momento.

(...) estaba en el suelo, era una gran humillación, lucía como si fuera una desgracia, su cuerpo estaba cubierto de dulce, sus mejillas rojas, su cabello despeinado, su falda dejaba ver sus muslos.

La tentación perfecta, y lo mejor de todo, era la sangre circulando por sus venas.

Kanato se acercó cauteloso a (...), y se arrodilló frente a ella. Tomó su cabeza y la acercó a el. (...) no decía nada, no conseguía hablar, la cercanía del peli-lila la ponía nerviosa.

Y entonces Kanato unió sus labios en un beso, el beso perfecto, sus labios sabían a moras, (...) se hundía en esa fantasía, el aroma masculino del chico, se colaba por sus fosas nasales, haciendo el momento mas encantador.

Sus lenguas se rosaban, pronto el beso se volvió aun mas salvaje.

Cuando se separaron, por falta de aire, se miraron a los ojos.

-Quiero mi pastel -dijo, y sin esperar una respuesta...
Kanato clavó sus colmillos en el cuello de (...)

THE END

Bloody Mad Love + kanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora