D.O y tu

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"La salida"


Todos los días eran lo mismo, en la salida de la escuela juntarme con mis amigos, comer en la pizzeria y molestar a otros estudiantes. Lo normal, aburrido. Pero desde ese día, las salidas se volvieron la mejor parte de mis días. Desde que te vi, con una pequeña mochila colgada al hombro, auriculares tapando tus oídos, mirando el suelo pero sin mostrar ningún signo de tristeza en tu rostro y esquivando a los demás estudiantes para llegar al otro lado, pasando por mi lado dejándome oler tu increíble perfume... fue lo mejor que me ha pasado. Nunca te vi en mi escuela...

¿Eres nueva?


Al día siguiente miraba atentamente a las personas que se me aparecían por los pasillos, buscando tu rostro, pero nunca llegó. No te vi en ninguna parte, ¿habías faltado?. Recuerdo que ese día pasé el resto de las clases desinteresado y molesto. Las bromas de mis amigos me parecían estúpidas cuando tan solo ayer me reía hasta quedarme sin aire, lo que causó que me miraran confundidos. Ni yo mismo me reconocía.

Tampoco acepté comer con ellos a la salida, y cuando estaba por irme por otro lado, te vi. Caminabas hacia mí pero sin verme, tu mirada estaba baja pero no había preocupaciones en ella, como el día anterior. Cada vez estabas más cerca y me ponía nervioso, no podía moverme, estaba en el medio de la vereda paralizado con tu presencia. Llegó el punto donde podía oler tu dulce perfume, y donde tenías que levantar tu vista para ver que era lo que había en tu camino, y ese era yo. Me miraste por unos segundos mientras yo estaba hipnotizado por tus hermosos ojos, los cuales se despegaron de mi, me esquivaste y seguiste caminando. Como si nada.

Rápidamente alcancé a mis amigos que iban de camino al restaurante, ahora tenía una sonrisa en mis labios. Me habías mirado, aunque sea tan solo unos instantes, te fijaste en mi.

Me cambias radicalmente, ¿por qué?


Tuve que explicarle a mis amigos mi cambio de animo, ahora ellos saben de ti. No pararon de molestarme el resto del día siguiente, querían conocerte y han estado tan inquietos todo el tiempo en clase que nos dejaron en detención. Aún así pudimos salir en el horario de siempre, con mis amigos nos sentamos en los bancos que había en la vereda y nos quedamos esperándote. Cada chica que pasaba por nuestro lado era señalada por uno de los chicos preguntándome si eras tu, hasta que por fin apareciste. Como siempre; auriculares, mirada baja y mochila en el hombro. Mis amigos se dieron cuenta de mi mirada en ti, así que también te siguieron con sus ojos. Tu no te diste cuenta de nuestra presencia cuando pasaste por nuestro lado, sólo seguiste tu camino hasta que te perdimos entre la gente. Me preguntaros si eras tu, y yo asentí mientras bajaba la cabeza algo decepcionado. Quería que me vieras de nuevo, pero no lo hiciste.

¿Soy un fantasma para ti?


Los días pasaban, yo no me iba a mi casa hasta verte pasar. Me quedaba en la entrada de la escuela esperándote, pero nuca me acercaba, simplemente te veía y admiraba tu belleza.

Eres muy hermosa, ¿lo sabes?


Pero ese día fue distinto, como ya era común estaba esperando tu llegada, pero cuando te vi, sentí un dolor en el pecho. Caminabas con la cabeza agacha, pero esta vez tenías una mirada triste. No escuchabas música, y tu mochila estaba colgada en tu mano. No tenías esa pequeña sonrisa, tus labios eran una linea recta. Pasaste por mi lado, y como era de esperarse, no me miraste. Pero ahora estaba más concentrado en esa tristeza que en lo demás.

One shots ExoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora