La lluvia caía fuertemente sobre la ciudad, él caminaba tranquilamente con las manos en sus bolsillos de su pantalón sin siquiera llevar una chaqueta o algo que le cobijara del frío y la lluvia, su mirada estaba gacha para evitar cualquier tipo de contacto con toda la manga de hipócritas personas que transitaban por esa avenida, no le importaba ser mojado por un par de gotas después de todo a diferencia de aquella mujer y su hijo, él tenía un hogar al que regresar.
Era un estudiante universitario, algo solitario y es que tampoco le interesaba tener tantos amigos, con los que tenía bastaba. Vivía en un pequeño departamento junto a su amigo, entre ambos juntaban el dinero para pagar la renta del lugar, de esa forma era mucho más fácil para ambos estudiantes.
Faltaba poco para llegar al departamento y aunque anhelaba poder entrar y tirarse en su cama a dormir, el maullido de aquella criatura pequeña, empapada por la lluvia le hizo devolverse sobre sus pasos hasta entrar en aquel callejón junto a los contenedores de basura.
Un gato negro, callejero, para nada lindo pero sus ojos verdes eran simplemente hermosos, sentía que el mínimo podía dar a conocer sus emociones a través de estos. Intentó acercarse al felino, pero este retrocedió asustado y lo comprendió, él también prefería mantenerse alejado de todos porque la amabilidad de los seres humanos siempre llevaban consigo doble intenciones, un acto meramente egoísta pero válido para sobrevivir.
La lluvia seguía cayendo sobre ambos, el minino se mantenía alerta de aquel chico de extraño cabello colorido, mientras que este se acercaba de forma suave, estirando su mano para que el felino le olfateara y supiera que su amabilidad no traía otras intenciones más que ayudar.
El felino de a poco fue acercándose hasta que finalmente dejó a aquel ser humano acariciar su mojado lomo, el chico con una sonrisa en su rostro, tomó al felino entre sus brazos para brindarle calor.
Aunque intentara convencerse de aquella amabilidad suya no llevaba doble intenciones, mentía, porque en el fondo en un acto egoísta intentaba no sentirse solo.
