Entre Tiempos

10

Natsu no sabía que hacer estaba estático en ese momento, incluso el olor delataba al chico y su magia y vamos hasta se parecían pero le parecía algo desquiciado aquello que le estaban diciendo y además de que por alguna razón le partía el alma ver llorar a ese muchacho, sólo optó por suspirar y tratar de caminar hacia el chico
-Oye vamos por Gray y si te hace sentir mejor me puedes llamar To-chan- Igneel alzó la mira y sonrió y por alguna razón se puso de pie rápidamente
-Gracias To-chan y siento no usar muy seguido tu bufanda- dijo con la sonrisa clásica de los Dragneel ahí fue como un golpe bajo para Natsu debido a tanto parecido que había entre ambos.
Entre los dos magos siempre supo o al menos creía que su padre era el más fuerte pero ahora veía que todo era falso y que antes era Lyon el más fuerte de los dos pues la derrota de Gray fue total, la derrota de su padre la primera que el había visto o bueno la segunda después de aquella vez. El mago que sería su padre cayó al suelo justo a lado suyo y el Vastia simplemente se retiró del lugar. Silver estaba confundido no sabía que hacer o como estar, simplemente se sentó en el suelo justo a lado del cuerpo inmóvil de su padre, encontró pedazos de camisa y al tomarlos estos se convirtieron en energía, suspiro estaba cansado de todo y de todos. Pasaron unos veinte minutos hasta que oyó unos pasos alzó la vista y vio a Igneel y Natsu el segundo venía corriendo a duras penas y el primero venía un poco más feliz eso le molestó un poco pues al instante supo que había hecho.
-Silver-anii ¿que pasó?- una vena apareció en la frente y antes de poder hablar se dieron cuenta de que sus padres ya habían desaparecido
-Vámonos antes de que se vayan más lejos-

Layla voló por debajo de Lucy mientras veía como Happy iba con unas cuantas lágrimas las cuales caían encima de Leo y al instante estas se iban al bote de Layla
-Oye me estoy mojando- dijo el gato con una gotita al estilo anime Layla sólo sonrió y vio que ya habían llegado a a la aldea. Cayeron en picada gracias a que Leo perdió la magia
-¡¡Ahhhhhhhh!!- gritaron mientras caían aterrizando junsto en el centro de la aldea
-Duele, que dolor- un aldeano paso por aquí y sólo vio algo que le pareció o demasiado raro o demasiado curioso
-¿No esta saliendo algo?- dijo mientras apuntaba a dos pequeños fantasmas provenientes de la boca de ambos. Una pequeña campaña hizo que se levantará reconocería ese sonido en todos lados, tomó de la cola al execede que la acompañaba y observó algo curioso y un poco extraño para su gusto, su madre había echo una trampa muy normal, una trampa poco convencional
-Hime yo también creo que nadie caerá ahí- alzó la vista y vio a Virgo cosa que le asombró pero no tanto ya que ella la podía invocar de igual manera, cuatro figuras se distinguieron a lo lejos, figuras que procuparon mucho a las dos magas de espíritus celestiales,
-Lucy-san esos no son...- las palabras quedaron en el aire porque esos magos ya habían tocado fondo en aquel pozo que les preocupaba
-Oe ¿quien puso esto aquí?- dijo Salamander mientras salía del suelo ya normal cosa que le alegro, Silver salió a lado de Igneel y este pobre infeliz era arrastrado por el primer hijo de los Fulbaster
-Silver-anii sueltame- dijo el muchacho mientras se llevaba la mano a su oreja cosa que le hacía quedar como un niño regañado su hermana los iba a seguir pero por alguna razón vio la mirada de Silver cosa que hizo que evitará hacer tal cosa, así que optó por quedarse ahí sentada mientras veía como los magos de Fairy Tail discutían con los aldeanos.

Silver siguió arrastrando a aquel que consideraba su hermano pequeño por todo el lugar hasta llegar a una casa un tanto alejada,
-¡¿Que te pasa idiota?!- reclamo Igneel a su hermano mayor, sin embargo el Fulbaster ni se inmutó su mirada era fría cosa que noto el Fulbaster
-Silver....- un golpe en su mejilla hizo que se callara y viera un molesto mago
-¿Que has echo?-
-No se de que hablas- la voz de Igneel era dudativa mientras que la del otro joven era seca y fría cosa que era muy rara vez se portaba de esa manera a pesar de ser el hijo de los Fulbaster el era todo lo contrario un hombre de buen corazón y una alma bondadosa, sin embargo si se destacaba su furia esta era imposible de detener al menos que estuviera ahí la mayor de las Dragneel.
-Te hice una pregunta, ¡contesta!- las pupilas de Silver se dilataron por la ira y ala de Igneel por el miedo diluido en el toque de la furia
-Lo que te dije, Layla o Nashi no le iban a decir a nuestros iba a ser yo, no soporte me sentía culpable, culpable de que le he estado fallando a mi padre por los últimos 5 años- dijo mientras bajaba la vista, Silver se empezó a tranquilizar pero no lo suficiente como para permitir que Igneel saliera impune
-¿Te creyó?- el Dragneel negó y unas lágrimas empezaron a salir de sus ojos, lágrimas que lograron hacer que el corazón de Silver logrará librar toda la ira y ver una vez más con cariño a su preciado hermano menor.
-Tranquilizate Igneel ya verás que todo saldrá bien- dijo mientras se sentía un poco mal por haberle gritado después de todo el también se estaba empezando a desesperar por ver a su padre que a mismo tiempo no lo era y poco a poco sabía que en el algún momento alguien más iba a hablar sobre quienes son de verdad, sobre que ellos en un futuro serían sus hijos.

Nota de la autora: Hola a todos me asombra que esta historia este siendo leída por varias personas a pesar de que la mayoría sea lectores fantasmas, apartir de este capítulo metere datos curiosos de los personajes.

Dato curioso: Silver Fulbaster 
Su comportamiento es muy diferente en todas ocasiones posibles, pero en general suele ser compulsivo. Su hermandad con Igneel empezó desde que el Fulbaster tenía unos 12 años de edad, protege mucho a su hermana de cualquier pretendente ya que quiere que se quede con su hermano/amigo Igneel y no con cualquier patán.
Tiene el mismo problema con la lluvia que su madre y la horrible tendencia a desnudarse como su padre, le tiene, aún, un enorme miedo a Natsu ya que el piensa que cualquier día saldrá carbonizado bajo la mano de su suegro sólo por estar con la pelirosa.

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