La burbuja.

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Esta flotaba a unos cuantos centímetros del piso, era brillante, de color azul, muy bonita y llamativa sin dudarlo un segundo, por desgracia, esta apariencia es solamente externa.

Oscuridad.

Eso era lo único visible en el entorno, el aire era sofocante, dificultando su respiración, no podía ver bien y eso que lleva lentes, el mundo es borroso, apenas entendible para él, fue cuando decidió quitar los lentes de su rostro, definitivo, ve mejor sin ellos, ojala fuera así en su mundo, los guardo y camino por el lugar, teniendo cuidado, el sitio es muy oscuro y tenebroso, escucha sonidos extraños, con ello está más convencido del riesgo existente allí.

Un fuerte chillido le puso alerta, una criatura horrible, una especie de araña gigante intento atacarlo, no pensó en el contraataque, lo único en su cabeza fue escapar y sobrevivir, esta le dio seguimiento, empezó a correr más rápido, pero no es justo, la araña tiene ocho patas, él solo tiene dos piernas, una desventaja muy mala.

Una sombra recorría el lugar, no iba a detenerse a pensar si es malo, bueno o peor que aquella gigantesca araña, estaba cerca, no puede esconderse, espero su final con la criatura delante de él, cuando la sombra se puso en medio de ambos, la sombra gruño con fuerza, Stan tuvo que cubrir sus oídos para evitar quedarse sordo, la araña corrió y se fue, el humano sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando la sombra le miro, puede visualizar los ojos blancos de esta, sin sentimientos, nada visible, no entiende sus pensamientos o motivos para actuar así, le ha protegido, es feliz por ello.

La sombra se va, desvaneciéndose y confundiéndose con la oscuridad, Stanley se levanta, tratando de seguirle, la sombra avanza por el lugar, evitando cualquier amenaza, mientras hace camino, el humano reconoce a varias criaturas a partir de recuerdos, en especial aquellos donde su hermano le contaba acerca de sueños extraños, en esos donde Ford dibujaba en la noche, era bueno, eso que ve era parecido a los dibujos, entonces es eso lo que atormento a Stanford por años, era terrible.

La sombra fue llevando al mortal hasta una torre, alta, peligrosa, faltan algunas partes en la misma, pero sorprendentemente sigue de pie, subió las escaleras, cuidando sus pasos, hay inestabilidad en los peldaños, algunos están rotos, tienen grietas en incluso hacen falta otros, logró llegar a la parte superior de la torre, la habitación está llena de criaturas lindas y buenas, incluso es brillante, al punto de lastimar su visión, lo único malo era la tristeza de las mismas, todos los presentes miraron una puerta, está cerrada y asegurada con cadenas y candados.

Las criaturas le entregaron las dos llaves que tenían con ellas, notando las intenciones de liberar a su pensador, sin embargo faltaba una y allí, nadie tiene la otra, está desesperado, golpeó la puerta con fuerza, tratando de romperla o tirarla, sus manos dolían por los golpes dados y la intensidad con que lo hacía, apoyo la cabeza contra la puerta, cayó al piso brillante, sin apartarse de la entrada, sosteniendo en sus manos ambas llaves sin tener idea de que hacer.

"Stanford" Murmuró con debilidad el humano, como unas lágrimas rodaban por sus mejillas y caían al suelo.

La sombra miro todo, ella siempre ve todo, es consciente del extraño mundo donde habita, hubo algo familiar y no puede dejarlo así, esta se acercó al mortal e hizo aparecer lo necesitado por este, la última llave, Stan le hubiera abrazado, pero no puede tocarle, abrió el candado faltante y la cadena desapareció, abrió la puerta y la criatura oscura le siguió.

El otro lado de la puerta, bien, se necesita pensar un poco y quizá en algunos años podría describir con certeza como es el lugar, para iniciar, es oscuro, puede ver un débil brillo azul a la distancia, la sombra es menos oscura y es visible a sus ojos, hace frío, sujeta su abrigo, tratando de conservar el calor, huele a humedad, incluso mientras camina escucha el agua y sus salpicaduras, avanzando a la luz azul.

La sombra se ve feliz, pues va, literalmente volando por delante suyo, puede ver un cuerpo tendido en el suelo, su rostro no es visible, pero la criatura que le ayudó se une a este, formando parte del otro mortal en la sala, volviéndose su sombra, Stanley camino con cuidado, aproximándose con lentitud, era un humano, por el mismo demonio triangular...

¿Ese era su hermano?

Stanley miro con sorpresa, su mente apenas procesa la información recibida, le da trabajo volver a enfocar su mente, unos segundos después lo logra, sin dejar la pregunta de lado, permanece en su cabeza y se repite constantemente, es difícil de creer porque, bien, él...

Era...

Un adulto.

Su hermano, si es que era él, tenía el doble de edad a los años que Stan no le vio, le recordó un momento a sí mismo, tiene el cabello largo, sin embargo este es gris, y nota esos terribles detalles, provocando tristeza e ira en su interior, la ropa de Ford esta maltratada, hubo heridas en su rostro y en sus manos, el menor hace todo lo posible para no imaginar aquello que no ve y eso que jamás vera, está claro la falta de sueño, el agotamiento es evidente y su rabia al demonio incrementa, siente la responsabilidad de Bill por como su gemelo esta.

Aunque, también fue su culpa, le consume en el interior.

"Es en parte culpa tuya, cabeza hueca" Dijo una voz irrumpiendo sus pensamientos.

Stan miro a su izquierda, un niño este frente de él, mirándole con disgusto y molestia, lo reconoce, es el mismo, joven, pero sigue siendo él, el niño desapareció después de que este le diera la espalda, era real, los pensamientos si pueden materializarse.

Volvio a ver a su hermano, hubo una cosa diferente, puede sentir la vida en el ser delante de sus ojos, una punzada atraviesa su cuerpo, cuando entro no sintió nada, pendiendo tal vez de algo mucho más delgado que un hilo, está la vida de Stanford, se arrodilló y trató de levantarlo, apenas respiraba y por eso no le sorprende su vacilación ante si es real u otra mala imitación e intento de Cipher para engañarle.

Hubo lágrimas en el borde de sus ojos, el más joven colocó una mano sobre el otro rostro y las quito, el brillo azul es originario de las cadenas que atan las manos del otro, no puede sacarlo o romperlas, están son convertidores del miedo en energía pura, miserable, usando a Ford, era muy cruel y nada impresionante por parte de un demonio triangular.

"Stanford, despierta" Las palabras apenas salen de su boca.

Hacia todo lo posible para sacarlo, sin embargo no puede, es incapaz, principalmente porque el mismo se aprisiono allí, no quiere salir, tiene miedo, es fácil darse cuenta de esto porque el mayor tiembla, no es por el frío, aunque también hay esa posibilidad.

"Soy yo, soy Stanley" Murmuró con tristeza.

Stanford se retorció en sus brazos, queriendo acercarse al dueño de esa voz tan familiar.

"Stanley..." Habló su hermano.

"Sí, soy yo, soy tu hermano" Dijo con una tonta sonrisa de felicidad.

Stanford se aferró a su hermano con miedo, emitiendo un sonido extraño, una especie de chillido, parece que quiere ocultarse, una risa hizo eco en la sala, la puerta se cerró con brutalidad mientras una sombra paseaba a los alrededores, en ese momento descubrió la reacción de su gemelo, una luz los ilumino a ambos, la risa era escuchada y atormentaba su mente, indicaba el empeoramiento a la situación actual, no podía ser posible, no puede ser él...

¿O sí?

La risa malvada y psicópata afirma sus miedos, no puede negar esa verdad innegable, no era posible hacerlo, incluso estando en ese lugar donde todo era posible, a excepción de eso.

Era Bill.

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