La estancia de Jack

11 1 0
                                    

Mi tío poseía un terreno gigante, de 4 hectáreas llenas de manzanos, pasto y animales, en el centro del terreno se encontraba la estancia, una casa con ambiente antiguo que a primera impresión daba miedo, pero que luego de un tiempo es mucho más acogedor que cualquier cama de millones de dólares que puedas encontrar. Desde su muerte que no me paseo por esos lugares, pero el verano que pasé en esa estancia, fue inolvidable, y claro, ir con mi novia a un lugar aislado de la ciudad era algo inpensado para mi. Como quisiera estar hoy en ese frondoso y cómodo lugar.

Pasaron 2 semanas desde que decidimos ir a la estancia. El día había llegado, me encontraba nervioso, ir con Amanda a un lugar cuyo único recuerdo que tenía se encontraba bajo piedras de mármol y árboles de adobe, en lo más profundo de mis recuerdos. Pregunte a mi madre de cuanto faltaba para llegar, y fue como
una centésima de segundo cuando veo a lo largo un hermoso paisaje, el momento había llegado, veía por primera vez (a mi conciencia) la estancia de mi tío.

El día no podía ponerse mejor, pues nos pusieron a Amanda y a mi en la misma habitación. Desempacamos y decidimos ir a investigar o simplemente caminar, no recuerdo bien el propósito de esa expedición, podíamos quedarnos en la estancia ayudando a hacer queques y dulces, pero no, preferimos ir a caminar. Nos perdimos en la oscuridad de los árboles largos, tanto que pareciera como si no tuvieran fin al ver el cielo, creíamos que era de noche, pero no, a simple vista podíamos apreciar el arrebol de aquel precioso campo, nos sentamos y nos besamos bajo la luz del sol que chocaba suavemente con las blancas nubes, era algo maravilloso.

No duró mucho el beso, pues Amanda interrumpió el momento.
-Tengo algo que decirte, Michael- menciona con voz tímida
-¿Qué sucede amor?- le respondo, queriendo aparentar como alguien maduro
-No sé si te he dicho, pero no me siento segura de esto, estar fuera y alejada de mi familia durante 3 semanas, no lo sé Michael, es mucho para mí, creo que debí pensar esto con más precaución.-
No sabía que decirle, no se si dije anteriormente esto pero eran muy comunes nuestras peleas y siempre salía ella perjudicada, al menos a mi punto de vista, pues ella lloraba y se "cortaba las venas" (que era como me gustaba llamar a sus momentos depresivos), mientras yo sólo me quejaba de mi actuar y de por qué no pensaba las cosas antes de hacerlas.
-Has lo que crea tu corazón- dije como si esas palabras no fueran escupidas de mi boca, primera vez en mi vida que digo algo que ya he pensado.

EtéreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora