¿Mi primera vez?

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Día tras día nuestras aventuras amorosas crecían, un día recuerdo que no llegamos a la estancia porque nos quedamos durmiendo a la luz de la luna. Obviamente las reflexiones no faltaron y recuerdo con claridad (porque en este estado recordar es algo ya común, pero inesperado) que Amanda me preguntó si la amaba, yo le respondía que si pero ella insistía.
-Michael, ¿me amas?-
-Si Amanda, siempre te lo digo- no sabía muy bien porque preguntaba tanto algo que le repetía siempre.
-Michael, ¿siempre me amarás?- preguntaba casi llorando pero con un acento algo tierno.
-Si Amanda, siempre lo haré- respondía sin pensar dos veces lo que ya había dicho.
Ya quedaba poco para que nos separaramos, Amanda había decidido estar dos semanas de las tres que vendría yo a la estancia.

Una noche fría, Amanda decidío pasarse a mi cama (lo sé, es raro, pero todavia no habíamos dormido juntos), recuerdo ese día como si hubiera sido ayer. Ambos estábamos abrazados cual ozo perezoso a su rama, nada nos separaba, nuestro amor estaba en su climax y por razones naturales decidimos hacer un supuesto pecado. Por primera vez en mi vida iba a perder la castidad, ya nada en el mundo importaba, por primera vez sería un hombre verdadero (o así consideraban mis amigos a las personas que ya habían tenido relaciones sexuales), era algo mágico, algo único.

Espero no perturbar al lector con lo que dire a continuación pero ten en cuenta que para leer esto debes tener mínimo 14 años y al menos dos dedos de frente. Su brazo cruzaba todo mi cuerpo, mis piernas escalaban las suyas como si fuera el mismísimo Everest, pero con una altura disminuída. Nuestras caras demostraban placer y la cama en la que "dormíamos" rechiñaba lo suficiente como para alertar a los perros, pero eso no importaba, sentía como las imágenes de aquella revista porno no eran nada comparado con nuestro amor, con nuestro placer.

A la mañana siguiente despertamos como si nada, ya habíamos llegado al tope de las actividades que se podrían lograr de pareja (o al menos eso pensaba en ese instante). Todo era felicidad hasta que lo recordé, ese día era 13 de Julio, ese día sería el último día que vería a Amanda en la estancia. La experiencia de la noche anterior me hizo ser más concreto con mis decisiones, ahora no sentía miedo de lo que podría pasarme, las aventuras vividas con Amanda no eran nada, pero lo eran todo, había que aprovechar al máximo ese día.

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