¡Hola a todos! Si te interesa leer este capítulo, debes apuntarte el idioma de los Demonios en un papel, para poder traducir algunas frases que aparecerán en este capítulo. El idioma se encuentra escrito entre mis obras.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -Han pasado 2 dias desde que Eris partió hacia la villa de los Elfos en busca de ayuda, para poder rescatar a su padre de las manos de los Demonios. Tuvo que atravesar el espeso bosque que rodeaba la villa de los Kitsunes. La joven se detuvo casi en el final de este, estaba un poco nerviosa, unos pasos más y ya estaría absolutamente fuera de su hogar. Una vez fuera podría pasarle cualquier cosa, pensaba. Respiró hondo, se armó de valor y siguió su camino. Tras salir del gran bosque se encontró con una especie de campo. Me atrevería a decir que se extendía a kilómetros y kilómetros, parecía no tener fin, era enorme. Se podían ver casitas en ruinas dispersas por la zona. A Eris le preocupaba que el campo fuese tan grande, ¿y si se quedaba a mitad del camino de noche? ¿donde podría dormir? ¿y si la veía alguien? Definitivamente no quería que eso pasase. Su plan era encontrar un caballo para poder desplazarse con más velocidad, aunque los Kitsunes, al ser mitad zorros se mueven agilmente, pero en este caso Eris estaba lo suficientemente cargada como para no poder ir a gran velocidad. La joven continuó caminando, y para su suerte, vió un carro a lo lejos, un hombre lo llevaba, no se podía distinguir su raza al estar a esa distancia. La Kitsune corrió hacia el carro, acercandose poco a poco, era su única oportunidad de ir más deprisa y segura a la villa de los Elfos.
-¡Señor! ¡Disculpe señor!- decía Eris trotando junto al carro, intentando llamar la atención del hombre.
- ¿Podría subirme a su carro? Va en la misma dirección a la que yo me dirijo, así que no tendría que cambiar su ruta- continuaba amablemente.-Mm... No hay problema niña, súbete si quieres, pero no me haré responsable de lo que te pase- respondía el hombre, sin ni siquiera haber mirado a la joven.
Eris se montó en la parte trasera del carro, se sintió realmente aliviada ¡y menudo descanso para sus piernas! Además de eso, prefería estar en compañía que sola, o al menos pensaba ella que era mejor.
-¿Cúal es su nombre caballero? Si se me permite saber- preguntó Eris, quería conversar y conocer a aquel individuo.
-Mi nombre no es de tu incumbencia querida, pero puedes llamarme... Hann- sonrió sarcásticamente.
-De acuerdo, Hann... Mi nombre es Eris, encantada- dijo algo mosqueada.
- Dime ¿por qué llevas esa capucha? Estamos a plena luz del día, no llueve, no hace viento...- Preguntó Hann, cambiando de tema repentinamente.
- O-oh, esque tengo los oidos realmente sensibles, y la capucha me ayuda bastante- Improvisó.
Piers le había dicho que era mejor ocultar su raza hasta que llegase con los Elfos. Y eso hizo, las orejas de zorro cubiertas bajo la capucha, y la cola enrollada alrededor de su cintura. Bueno, aprovechemos para describir a Hann. Un hombre flaco, de estatura normal para su edad, ni muy alto ni muy pequeño. Tenía el cabello castaño claro, le llegaba aproximadamente hasta hombros. Sus ojos eran grandes y verdes. Y su tez era muy blanca. Llevaba unos harapos (es decir, ropa muy usada y gastada) y un sombrero redondo que le cubría el rostro.
Ya era tarde noche, Eris pensó que se pararían en algún lado para dormir, pero Hann continuaba llevando el carro...-¿No pararemos para dormir, Hann?- preguntaba.
-Hmp, yo no dormiré querida, puedo... Aguantar, tu puedes descansar si lo necesitas- respondió.
A Eris no le parecía buena idea, pero no podía obligar a Hann a dormirse. Así que ella decidió quedarse despierta tambien. Aunque no duró mucho, había estado 2 dias caminando sin apenas dormir. Se fue quedando dormida poco a poco. Pasaban las horas, hasta que...
-¡AHH!- alguién grito, era la voz de Hann.
-¿Q-que? ¿Hann?- Eris miraba a su alrededor, hasta que el carro se volcó hacia un lado haciendo que ella se derrumbase contra el suelo, tirando toda la comida que había, y a Hann... La joven intentó incorporarse como pudo, se acercó a Hann con la vista borrosa. Estaba echado en el suelo, no se movía...
-¿H-hann?- decía con la voz temblorosa, agitando el cuerpo sangriento del hombre. Tenía dos flechas incrustadas en el pecho. Estaba muerto.
Eris, sin poder evitar algunas lagrimillas, se levantó rápidamente y desenvainó su espada. Había un grupo personas que estaban saqueando el carro. Eran... ¡unos demonios!
Asi es, aún estando medio dormida y con la vista nublada podía distinguir a los demonios en cualquier sitio. Uno de ellos no era un Demonio, era una especie muy parecida a la de Eris, un hombre-lobo. En definitiva, habían 2 Demonios, un hombre-lobo y una mujer Demonio. Dos de los hombres estaban saqueando el carro, la mujer y el hombre-lobo miraban la escena. Eris no sabía que hacer, ¿atacar? Eran muchos para ella, ¿huir? Dejaría la muerte de Hann en vano... Se quedó paralizada, aunque ya era demasiado tarde para actuar, uno de los demonios que estaba saqueando el carro la había visto...-¿Waì cidikul ewaò?- decía con tono burlón mirando a la joven. Hablaba en su idioma, Eris no le entendía.
-Jefa, había una niña con el Salvaje- continuaba, dirigiendose a la Demonio femenina.La mujer se acercó junto a los otros Demonios y el hombre-lobo, quedando los 4 frente a Eris. Ella era de aspecto realmente peculiar para su raza. Tenía la tez blanca, el cabello de un color violeta precioso y llamativo, rapado por ambos lados. Tenía unos cuernos grandes y amarillos, como el color de sus ojos, grandes y brillantes. Y llevaba una especie de traje negro, con unas medias de dicho color. El hombre-lobo siempre estaba al lado de ella. Era alto y delgado. Tenía el cabello negro, le llegaba hasta los hombros. Tenía un ojo distinto a otro, uno de color marrón y otro azul celeste.
-¿Wai neyikul sud imme? Il modpe...- decía el demonio, relamiendose la boca y acercandose un poco más a Eris.
-¡Cállate imbecil! Lo único que debemos hacer es matarla, es lo mejor- comentó el otro demonio, sacando una gran daga de su bolsillo.
-¡No se acerquen a mi o se las verán conmigo!- gritaba Eris, furiosa e indignada, con la espada en mano...
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◇Lσ ∂єѕcσиσcι∂σ◇
RandomTiempos oscuros, de misterio y duda. En busca de lσ ∂єѕcσиσcι∂σ, mitos y legendas, temibles y peculiares seres. Reinos, tribus, traidores y asesinos, clases baja, media y alta... ¿Ya sabeis de que estoy hablando, verdad? Así es, la Edad Media. Les n...