"єℓℓα єяα ∂ιffєяєnтє 2/2"

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Eris apuntaba a todos con la espada, amenazandolos. Aunque realmente era mala idea, muy mala idea. Como ya había dicho, ellos eran 4 contra 1, y sin ofender a nuestra joven Eris, ellos eran más fuertes. La kitsune era fuerte tambien, pero no lo suficiente para 4. He de admitir, que en velocidad no la ganarían. Uno de los demonios, el que propuso matar a la Kitsune, se acercaba a ella...

-¿Acaso no me has oido? ¡No te atrevas a dar un paso más!- Eris alzó la voz muy nerviosa, agitando su espada.

-¡E semmey!- gritó el demonio, dispuesto a abalanzarse sobre la joven y clavarle su gran daga. Afortunadamente, este se detuvo...

-¿Quién te ha dado la orden de matarla? Creo que en ningún momento he dicho nada...- dijo la demonio, apuntando al hombre por detrás con una extraña espada que soltaba una especie de fuegos azules.

Eris se quedó mirando la escena.

-Apartate, esto si es una orden...- continuó la demonio, dirigiendose al hombre.

-Tks...- este chasqueó la lengua y se fue del lugar refunfuñando.

-Deberías tener cuidado, cualquiera podría haberte matado si actuas de esa forma- comentó la demonio sonriente, esta vez dirigiendose a Eris.

-¿Piensas que te voy a dar las gracias? Has matado a mi amigo, eres realmente miserable...- dijo atrevidamente.

-También deberías agradecer no estar muerta- rió -¿Además, acaso sabias la raza de... "tu amigo"?- le preguntó.

Eris desvió la mirada.

-Era un Salvaje chica, te hubiese matado en cualquier momento, se comprometió a llevarte en su carro solo para beber de tu sangre en cuanto le apetesiese...- continuó seriamente.

-¡No puedes saber eso! Ni lo conocias...-Aclaró la kitsune.

Le entró un escalofrió solo con oir lo que le dijo la peli-violeta, que Hann "la hubiese matado en cualquier momento". Ni se le pasaba por la cabeza, pero tampoco podía negarlo. No lo conocía mucho ciertamente, pero no parecía un asesino.

La demonio suspiró profundamente -Bueno, me presentaré. Mi nombre es Lady Pikun Hellsing, de 21 años, y provengo de la tribu de los demonios. Este hombre-lobo que tengo a mi lado se llama Alfarr Scymoth -el hombre-lobo hizo una reverencia- El demonio que te intentó matar se llama Drago, y el otro es su hermano, Drazhan- se quedó mirando a la joven, esperando a que se presentase.

-... Me llamo Eris Snow, tengo 16 años y provengo de... "Los bosques perdidos del norte"- volvió a improvisar, colocandose mejor la capucha.

A Eris le habían contado que "Los bosques perdidos del norte" era el lugar donde habitaban miles de criaturas sin hogar, sin familia, ni raza conocida. Todos los de ese bosque se apellidaban como "Snow".

Lady se sorprendió -Es increible, ¿y que te trae por estas tierras Eris? Estas realmente lejos de tu "casa"-preguntó curiosa.

-Oh, esque quiero conocer mundo...- respondió seria.

-Una perseguidora de sueños, eso me gusta- dijo amablemente.

-A mi esta no me da muy buena espina- interrumpió Drazhan.

-No he pedido tu opinión Drazhan- dijo Lady con una amplia sonrisa. Alfarr se rió levemente por el comentario.

Eris estaba muy incómoda, no sabía que hacer, ¿la dejarían ir? Debía ir cuanto antes a la villa de los Elfos, no hacía más que pensar en su padre...

-Bien, decidido, ¡te unirás a mi equipo Eris!- dijo Lady entusiasmada.

-¿Q-qué? No entiendo, ¿equipo?- tartamudeó la joven.

-¿Acaso no sabes lo que es un equipo?- rió Alfarr.

Lady le dió un golpe con el codo al hombre-lobo -Así es, equipo. Tengo un objetivo que cumplir. Estoy reuniendo a personas poco a poco, para crear un ejercito- siguió.

-¿Un ejercito? ¿Para que quieres un ejercito?- preguntó Eris con los ojos muy abiertos.

-Como sabrás, estamos en elecciones, y mi intensión es hacerme con el reino. Yo, Lady Pikun Hellsing, lo gobernaré. Se lo que dirás, "no se le permite a las mujeres que reinen, al menos solas" Cambiaré muchas cosas Eris, demostraré la independencia que puede tener una mujer- dijo con fuerza y confianza.

- Ad urñicogu okvulormi, ze giyèl... - dijo Drago, volviendo de su paseo.

-Du nermil pikeloepu vyudcu- comentó Lady.

Eris no se enteraba de nada, eso le molestaba. Aún así, le preocupaba más el tener que unirse a "su equipo", con el fin de apoderarse del reino ¡Y encima con una demonio! Era lo que le faltaba. Aunque, en cierto modo, le agradaba la forma de ser de Lady, era una chica luchadora, y eso le gustaba. Era diferente a las demás chicas, al menos a las de su tribu, la de los Kitsunes.

-Pero, Lady Hellsing...- dijo Eris tímidamente.

-Puedes llamarme solo Lady- la interrumpe.

-Lady, eso que vas a hacer... Ir a por el reino, ¿sabes que causará guerra, verdad?- continuó seriamente.

-Puede ser, no lo niego, pero no soy la única que quiere adueñarse del reino querida. No sé las cientos de criaturas que lo intentarán- le explicó.

Eris se quedó callada. Ella no quería participar en ese plan. Solo quería volver a casa, estar con su padre, ver a Piers... tener una vida normal, como la de siempre. Se dispuso a preguntarle;
"¿Y si no quiero unirme a vuestro equipo?"
Pero, parece que le leyó la mente...

-Y no, no puedes negarte a ir con nosotros "Eris Snow, de los bosques perdidos del norte". ¿No lo ves? Estas viva, me debes un favor, y uno siempre debe pagar sus deudas- dijo Lady, siempre con esa sonrisa, mirando a Eris de arriba a abajo.

Los demás se rieron.

-Genial...- susurró la joven sarcásticamente. Se acordó de Hann, realmente no quería ver su cuerpo, pálido y lleno de sangre... pero, raramente, su cadaver no se veía por ningún lado...

◇Lσ ∂єѕcσиσcι∂σ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora