2.

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Debía hacer algo para conquistar a la chica de las pizzas. Quien sabe qué fue lo que hizo, pero bloquearon mi número, y ahora ya no podía marcar ni desde mi casa ni de mi celular a Giorgios pizza.

Jos, dame tu celular.
─¿Para qué? No, Bryan. El último que te presté lo aventaste al inodoro.
─¡Por favoooooooooooor! ─Rogué como niño pequeño.
─Ya te dije que no, amo mi celular.
─Jos, no seas ... ─Lo miré con desaprobación─ Mal amigo.
─¿Para qué lo quieres? Ya eliminé todos los juegos.
─¿Eliminaste el de Barney? ─Cuestioné como si fuese el peor delito del mundo.
─¿Hasta cuándo te dejará de gustar ese dinosaurio morado? Por todos los cielos, ¡Los dinosaurios no eran morados!
─¿A caso viste uno alguna vez? ─Lo reté.
─Si, en las películas de pie grande.
─Eso es una caricatura ─Aclaré.
─¡Barney es una puta botarga Bryan! ─Exclamó Jos.
─Sus canciones son pegajosas, y es cool.
─Es demasiado no cool, Bryan.
─Tú qué sabes ─Solté.
─Tengo novia.
─Yo tengo una repartidora. Que por cierto, necesito tu teléfono para pedir una pizza.
Él suspiró─ ¿Por qué no llamas de tú teléfono?
─Tiene problemas...
─¿Te bloquearon? ─Cuestionó levantando una ceja.
─No... ─Me miró imponentemente─ No lo sé, sólo dame tu maldito teléfono.
─¡Que no!

Comenzamos a pelear, hasta que le quité su teléfono y ordené mi pizza diaria.

─¿Por qué eres tan insistente? ─Me preguntó Manantial.
─¿Por qué me gustan mucho las pizzas, quizá? Nena, no todo gira al rededor de ti.
─¡Claro que si! ─Exclamó Jos desde el fondo.
─¡Cállate!
─¡Cállate tú! ─Me respondió.
─Toma, son $250 ─Dijo ella.
─Ah caray, ¿Ya bajaron sus precios?
─No, pero se me calló por accidente y un carro la atropelló, así es que creo que es justo que te haga un descuento─ Respondió.
─Que considerada, gracias.
Ella rió─ ¿Siempre eres igual de tonto?
─Sólo contigo ─Aclaré.
─¡Nunca deja de serlo! ─Gritó Jos desde adentro.
─¡Que te calles Canela! ─Exclamé y regresé hacia Manantial─ ¿Quieres pasar?
─Estoy trabajando, gracias.
─¿Segura?
─Más que segura ─Asintió─ Pero gracias, chico de los pantaloncillos de Barney.
Al decir eso, la risa de Jos se escuchó al fondo.
─Si no te callas, iré a callarte ─Musité.
─¿Quién es tu amigo? ─Preguntó ella.
─Tiene novia ─Aclaré.
─¿Y?, sólo pregunté quién era. Su voz se me hace conocida.
Se escucharon unos pasos y Jos salió─ ¿Gala? ─Preguntó Jos sorprendido.
─¡Josu! ─Exclamó ella con una gran sonrisa.
─Espera ─Los miré raro─ ¿Qué sucede aquí?
─¡Cuánto tiempo! ─Ambos se abrazaron─ ¿Por qué no me habías dicho que tenías un acosador? ─Rió.
Fruncí el ceño─ No soy un acosador.
─Si lo eres ─Soltaron ambos.
─No lo soy.
─Como sea, es increíble verte aquí ─Le dijo Manantial.
─¿Por qué no me dijiste que la conocías? ─Le reclamé a Jos.
─Ah, yo... ─Se giró hacia ella─ ¿Por qué nunca me dijiste que te llamabas Manantial?
─No me gusta ese nombre, lo detesto. Entre menos personas sepan que me llamo así, mejor ─Aclaró ella.
─Bueno, Bryan. No me enorgullece decirte que la chica a la que acosas, es mi amiga ─Me dijo Jos.
─No la acoso ─Aclaré.
─Si lo haces ─Respondieron ambos.

Gracias a Jos, conseguí una cita con Manantial.

─Bryan... ─Me llamó y presté atención─ ¿Te puedo preguntar algo? 

En ese momento, sonreí como idiota y comencé a imaginarnos casándonos en una boda llena de pizzas, con un pastel de pizza, adornos de pizza, mi traje de pizza... En fin, todo de pizza.

─¿Bryan?, ¡Bryan! ─Exclamó y salí de mis pensamientos.
─¿Eh, qué? ─Solté bastante confundido.
─¿Me invitaste a cenar para no prestarme atención? ─Cuestionó.
─Te verías muy bien en un vestido de pizza.
─¿Me imaginaste en un vestido de pizza?─ Cuestionó asombrada.
─Nuestra boda será con la temática de pizza ─Articulé muy feliz.
─¿Crees que nos casaremos?  ─Preguntó tranquilamente.
─Claro que lo haremos ─Afirmé.
─Me agrada que los hombres sean seguros.
─Eso significa que te agrado ─Le guiñé el ojo.
─Quizá un poco ─Sonrió, vaya belleza.
Entonces, ¿Puedo ir buscando mi corbata de pizza?
─Puedes ir buscando una corbata, pero no de pizza. No me gusta la pizza ─Aclaró ella.

Me levanté de golpe, como si me hubiesen hecho la mayor ofensa del mundo.

─¿NO TE GUSTA LA PIZZA? ─Le pregunté exaltado.
─Em... ¿no? ─Soltó ella.
─¡Trabajas en una pizzeria!
─Sólo las reparto. Eso no significa que me gusten las pizzas.
─Tú no eres digna de mi, que tengas una linda vida Manantial, lo nuestro jamás podrá ser, entiéndelo...
─¿Qué? Pero, Bryan...
─No eres tú, soy yo ─Aclaré─ Nos vemos luego, quizá.
─¿Bryan?
─Salúdame a Jos.
─Pero...
─Eres linda, encontrarás a alguien más.
─¡Bryan!─Exclamó.
─No me busques más mujer, no soy tu tipo.
Ella frunció el ceño.
─Estarás bien sin mi, te lo prometo ─Comencé a alejarme─ Ciao.

No volví a ver a la chica de las pizzas, y prometí jamás enamorarme de una desconocida. Quizá resultaba una odiadora de... ¿La nieve? No lo sé. No podía arriesgarme más.

─Bryan, ¿Puedes abrir? Creo que ya llegó el sushi ─Me pidió Jos.
─Claro... ─Sonreí.

Fui hasta la puerta y una hermosa repartidora se encontraba del otro lado.

─Ho...hola ─Saludé con mi sonrisa subnormal.
─Buenas noches, son $320.00 ─Dijo ella, con su voz angelical.
─Te amo... 
─Ay, no de nuevo ─Soltó Jos, en medio de un suspiro.

Definitivamente sería el amor de mi vida...

FIN.


Hola, hola.
Espero les haya gustado. Sé que es una obra tonta, pero este book es sólo para entretener. Espero haberlo logrado con esta primera obra *-*


¡GRACIAS POR TODO!❤️‍💋

Que tengan un bello día, y estén atentas... que la siguiente es de JOS CANELA.


Las quiero mucho❤️‍💋‍

AnaMikeylaMouque ❤️‍

CORTI NOVELAS → Ana Mikeyla Mouque «CD9»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora