Dark times ·chapter 1·

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Era un bonito día, para estar en Londres. O eso al menos pensaba Heather al andar lentamente por una calle algo solitaria. Iba mirando distraida el cielo, el cual estaba sorprendentemente azul. Cuando se levantó no pudo creérselo, no llovía, y la verdad es que no había ninguna nube o alguna señal de que el tiempo se iba a tornar repentinamente lluvioso como solía hacer, por lo que salió a la calle sin pensárselo dos veces.

Heather añoraba Estados Unidos. Oh, ¡y tanto que lo añoraba! Como quería volver a aquellos tiempos con su familia sentados relajadamente en el jardín, o bañándose en la piscina con sus primos mientras los más mayores hacía la comida para un día familiar... Pero lamentablemente, ya no había vuelta atrás. Ya no podía hacer nada. Nunca podría volver a aquellos tiempos y nunca más podría volver a ver a su familia. Y todo por su culpa, bueno, la mitad de la culpa. Sí, dejémoslo en un 50% para ella y el otro 50% para... él. El irritante muchacho de ojos verdes, el cual, por cierto, sabía que estaba detrás de ella desde el momento que cruzó la puerta de aquel improvisado hogar.

Heather se llevó las manos a la cabeza, cubriendo su cara, no aguantando más. ¿Por qué tenía que seguirla a todos los lados? ¡Estaba harta! ¡Por el amor de Dios, tenía 16 años y pronto cumpliría 17, era mayorcita para aquellas chorradas! 

Cerrando ambos puños con fuerza, se giró bruscamente, provocando que el muchacho abriera los ojos como platos, ya que no se lo esperaba.

-¿¡Qué quieres?! -gritó la pelirroja, sin poder contenerse ni un minuto más. Llevaba ya una semana aquí, y no recuerda haber gritado nunca, a nadie.

-Wow -comenzó a decir él, cruzándose de brazos algo impactado. Heather pensó que por fin le había borrado esa estúpida sonrisa suya, pero no, ahí apareció ella, tan deslumbrante como siempre. -No sabía que tenías ese mal humor, Ther.

-Y no lo tengo, y no me llames con ese estúpido mote tuyo. -atacó de nuevo Heather. Pero sorprendentemente, este se quedó callado. Mirando através de ella. ¿Por qué mierda la estaba ignorando?

-¿Qué haces aquí? -preguntó repentinamente. La muchacha frunció el ceño, no esperaba esa pregunta para nada. ¿Cómo que qué hacía aquí? Solo había ido a dar un paseo.

Al parecer, la confusión de la pelirroja fue notable, pues él se acercó a ella y giró su cabeza lentamente para que viese donde se encontraban. Heather frunció el ceño, no muy segura de como sentirse al notar sus finos y largos dedos tomando su mandíbula. Respiró hondo, intentando quitarse esos estúpidos pensamientos de encima, y puso toda su atención a lo que él le intentaba mostrar, intentando averiguar qué tenía este lugar de importante para el moreno. Buscó y buscó, hasta que lo encontró. Aquella horrible casa, bueno, no es que fuera del todo horrible. Es más, era una gigante casa bien cuidada, y aparentemente acogedora. Pero era lo que había ocurrido allí lo que la hacía horrible...

Heather se giró, dando la espalda a aquel espantoso lugar, algo dolida. ¿Por qué sus estúpidos pies la habían traído hasta aquí? 

-¿Te encuentras bien? -logró escuchar decir a Harry antes de sentirse totalmente mareada, y caer y caer hasta pensar que iba a tocar el suelo con su cabeza, y pensar ''tal vez así acabe con todo" pero sin embargo caer en los brazos de alguien, alguien fuerte y cálido, alguien que la agarró con fuerza y tan bien algo más... ¿cariño? ¿preocupación? No, no podía ser. Ese alguien la estaba arrastrando hasta la oscuridad, y en este momento estaba cayendo en ella, en picado.

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