Capítulo 2

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Me desperté a las cinco de la mañana. Toda la casa estaba en silencio. Me vestí con prendas abrigadas porque el frío no daba tregua.

Después de prepararme me dirigí hacia la comida y me hice el desayuno

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Después de prepararme me dirigí hacia la comida y me hice el desayuno.
Finalmente salí de casa y fui hasta la parada del autobús. Mi madre no se había despertado y era lo más lógico.
Cuando llegue me dirigí al vestuario para prepárame y entrenar.
Solo nos encontrábamos los que competiríamos a nivel nacional y internacional, ya que exigía mucho más entreno para llegar al nivel adecuado.
Acabamos y entonces me dirigí al instituto. Una vez allí abrí la taquilla para coger mis cosas. Giselle también apareció y abrió su taquilla, la cual se encontraba una más allá de la mía.
- Charlotte.
- Dime.
- Esta noche hay una fiesta. No acepto un no por respuesta. Esta tarde vienes a mi casa y nos preparamos.
Cerró de un golpe la puerta de su taquilla y yo hice lo mismo.
- Giselle te lo agradezco. Pero no tengo tiempo ya lo sabes.
- Tia, enseguida acabará el instituto y tú aún no has besado a nadie. Necesitas interactuar con las personas.
Entonces puso cara de cachorrito y junto las manos.
- Por favor.
No podía soportar esa cara.
- Esta bien. Iré.
- Genial.
Me abrazó y finalmente nos dirigimos a nuestra clase.

Ya era por la tarde y como le había prometido a Giselle, fui a su casa.
Ella no paraba de revolver su armario en busca de la ropa "ideal" para mí.
Finalmente, con una sonrisa en la cara, sacó lo que para ella me quedaría perfecto. Era un vestido negro y ajustado, con escote por delante y por detrás, y tan corto que era aconsejable llevarlo con ropa interior oscura, palabras de Giselle.
Dudaba que me atreviese a ponérmelo. Era precioso, pero era demasiado corto.
Una vez acabada la transformación, me puso enfrente del espejo. Me vi enfundada en el vestido de Giselle. Debía reconocer que había hecho un gran trabajo conmigo. Las medias oscuras daban un toque elegante a mis piernas y así me sentía más tapada. Pero el mayor de los retos sería no caerme con aquellos zapatos negros de tacón. Ella había insistido en ponérmelos y finalmente acepté.
También me había hecho un precioso recogido en el pelo y me puso un maquillaje bastante discreto.
Pero ella no se quedaba atrás, Giselle prefirió ponerse un mono blanco, el cual tenía un gran escote en la parte delantera y le hacía el pecho mucho más grande. Se onduló el pelo y también se maquillo de forma discreta.
Giselle cogió su coche, estábamos preparadas para la fiesta.
Finalmente llegamos a la fiesta. Al parecer era la casa de un chico del instituto que según Giselle estaba muy bueno. Cuando entré me di cuenta de que había ido mucha gente, todos tenían vasos rojos de plástico y bailaban y se divertían.
Mi amiga se dignaba a irse, pero la frené antes de que lo hiciera.
- Giselle no conozco a nadie.
- Claro que sí, van a nuestra clase.
- Pero nunca he hablado con ellos. Y menos con los chicos.
- Bueno ahora puede ser la mejor oportunidad para hacerlo.
Entonces se fue de mi lado, no sabía qué hacer, miraba por todas partes.
Giselle se acercó a un chico. Empezaron a hablar y luego me miró haciéndome señales para que fuera.
- Charlotte, este es Chad uno de los mejores jugadores de hockey. Mira ya tenéis algo de que hablar. Que os divirtáis. Chao.
- P-pero...
Entonces nos volvimos a mirar.
- Bueno...hockey ¿no?
- Sí.
- ¡Genial! Yo patino sobre hielo.
- Guay.
No se me ocurría nada más para decirle.
- Yo mejor me voy...
Me giré para marcharme pero me choqué contra alguien y me derramó toda su bebida. Subí la mirada para ver de quién se trataba y me volví a encontrar con esos preciosos ojos.

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