Capítulo 3

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-¿Por qué lloras? -preguntó desconcertado -¿Es por mi culpa? Si es por eso, lo siento no fue mi intención.

-No, no es por eso.

-¿Y entonces?

-Es que... es muy complicado.

-¿Sabes? Tengo todo el día, si quieres puedes contármelo, si no, no pasa nada lo entiendo.

-Pasa.

No sabía si sería bueno contarle a alguien que no conocía mi gran secreto, pero probablemente no lo volvería a ver y se veía preocupado, pero no sé de qué si no nos conocemos, no creo que sea de mí.

-Siéntate - dije amble apuntando hacia el sillón.

Ryder se sentó y me hizo una seña para que hable. La verdad es que no sabía porque estaba haciendo esto, si él podría estar burlándose de mí, no podría saberlo. Pero se sentía bien, después de tanto tiempo podría contar todo lo que sentía.

-Bueno...- comencé a contar todo lo ocurrido.

-¿Tus amigas lo saben? - preguntó, todavía impactado por la historia. Negué. - ¿Por?

-Porque sentí que si se los decía me tratarían distinta, serian mis amigas solo por lastima y no por lo que en verdad soy.

-¿Y por qué me lo contaste a mí?

-¿La verdad? No lo sé. - en ese comento comenzamos a reír. Si raro lo sé, pero se sentía bien.

***

La tarde pasó entre risas, era mucho menos desagradable e idiota cuando se lo proponía. Si, lloré y mucho, pero él supo hacerme sentir bien, como si lo conociera de toda la vida. Era raro, muy raro, como pase de despreciarlo a sentirme agradecida hacia el en tan solo unos minutos. Decidimos que seguiría la guerra de bromas, porque era algo muy divertido, entonces no deberían saber que nos llevábamos bien, sería un secreto que contaríamos al final de la gran guerra.

-¡HOLA! - gritó papá desde la planta baja.

-HOLA.

-¿YA CENASTE?

-SIP. Voy a dormir estoy cansada. - dije bajando las escaleras.

-¿te encuentras bien? - dijo refiriéndose a mi madre.

-Sí, pase la tarde acompañada.

-Mejor, hasta mañana. - dijo besando mi frente.

-Hasta mañana.

Subí las escaleras y me puse mi pijama. Había tenido un largo día. No podía dormir por lo que había pasado hoy, se sintió muy bien descargarme con Ryder y estaba planteándome la idea de contárselo a mis amigas. Pero ¿y si solo había sido una trampa? No podía dejar de plantearme esa idea, y no podría consultarlo con mis amigas, porque habíamos decidido mantenerlo en secreto.

Rápidamente me dormí, había tenido un día muy agotador.

***

Desperté de mal humor, como siempre. Me bañe, vestí, tome mis cosas y baje a desayunar.

-¡Hola! - grite bajando las escaleras - ¿y papá? - pregunte a mi hermano que estaba sentado con una taza de café delante suyo.

-Ha salido, dijo que tenía que hacer unos trámites.

-Creo que debo irme, o llegare tarde al instituto.

-¿Quieres que te lleve?

-No, prefiero caminar.

-Como tú quieras hermanita.

-Nos vemos después.

Connor era un año más grande que yo, él se estaba por graduar. Y se la pasaba estudiando para conseguir una beca universitaria, yo por mi parte era muy mala en el instituto tenía planeado que al terminarlo trabajaría, para poder pagar la universidad.

Salí de casa, me puse mis auriculares y comencé a caminar. Estaba caminado tranquila cuando alguien se interpone en mi camino.

-Hola, hermosa...




Guerra De InstitutosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora