- ¿Cómo que está en el hospital? ¿Qué ha pasado?
- No lo saben, le llevaron inconsciente, aún no ha despertado, el médico dice que puede estar en coma. No me dejan ir a verle, Aby. – Parecía desesperada; por otra parte es normal, era su hermano el que luchaba por despertar en una cama de hospital.
- ¿Cómo que no te dejan ir a verle?
- Dicen que vaya mañana, que le van a tener esta noche en observación continua para que no empeore y que tener gente por allí no les ayuda. ¡Que descanse me dicen! Como si pudiera.
- ¿Lo sabe ya vuestra madre?
- Sí, está de camino.
Me acerqué a Cara para abrazarla junto a Logan, era incapaz de hacer nada por ella en esos momentos, ni por ella ni por Damian, « ¿Qué habrá pasado? Antes de irme a trabajar estaba bien, pero me dijo algo muy raro... que Nick no era de fiar, espero que no haya tenido nada que ver». Seguimos hablando un rato más y entre Logan y yo conseguimos convencerla de que se echara un rato, que mañana a primera hora yo la llevaría al hospital y entraríamos a ver a Damian aunque fuese a la fuerza.
A la mañana siguiente Cara me despertó a las ocho de la mañana, estaba vestida y duchada. Me levanté, me duché, vestí y peiné en tiempo record y bajamos a mi coche para ir al hospital. Al llegar preguntamos en recepción y subimos a la habitación de Damian. Entramos y el médico estaba hablando con una mujer bajita, de complexión media, con el pelo rubio como el oro y los ojos verdes como las esmeraldas, era la madre de Cara y Damian, no había duda. El médico nos dijo que estaba estabile y que su peligro era mínimo, pero que estaba en coma y tardaría en despertar, que no había una fecha clara para que abriese los ojos. La madre de ellos, que se llamaba Martha, abrazó fuerte a su hija, ambas tenían los ojos vidriosos. «Es una escena demasiado íntima, no debería estar aquí...». Martha enfocó su atención en mí y nos presentamos. Parecía simpática y una buena madre. Salieron de la habitación para pedir más información a los médicos y las enfermeras y me quedé sola con Damian. Por primera vez desde que había llegado le dirigí la mirada y entonces lo vi. Estaba magullado, tenía el labio y la ceja rotos, varios moratones y un golpe preocupante en la sien. Inconscientemente me acerqué a él y posé, con cuidado, un dedo cerca de la herida del labio y lo deslicé siguiendo la línea de su boca.
- Te han dejado hecho una mierda... Y en clase de defensa personal parecías bueno... Sé que me oyes, casi todo el mundo dice que cuando alguien está en coma oye y siente, así que siente esto. – le di un pequeño beso en la mejilla. – Tienes que despertarte pronto, recuerda que te debo una cena, y me gusta cumplir mis promesas; así que ni se te ocurra morirte o iré al hades a sacarte de allí... - una lágrima rebelde se escapó de mis ojos. «Solo traigo calamidad al mundo, allí donde voy siembro la desgracia; la gente de mi alrededor sufre... Estoy maldita». Cogí la mano de mi amigo y le supliqué – Por favor, vuelve con nosotras, Cara lo está pasando mal... Vendremos a verte cada día hasta que despiertes, por favor, hazlo pronto.
Cuando Martha y Cara volvieron, me comentaron lo que les había dicho el médico; al parecer era grave, pero habían conseguido estabilizarlo durante la noche. Comimos las tres juntas intentando no desesperar por lo ocurrido, yo intentaba ser un apoyo, pero lejos de conseguirlo solo me sentía como un estorbo. Tras la finalización del horario de visitas del hospital Martha fue a quedarse a un hotel y Cara y yo volvimos a la residencia. Cara estaba hecha polvo, necesitaba dormir con urgencia y yo tenía que hablar con Nick. Le llamé y hablé con él, quería estar segura de que no tenía nada que ver con el accidente de Damian; aunque, por los golpes, no parecía un simple accidente, había visto muchas de las cosas que mi padre había hecho durante estos años, y las marcas de una paliza son reconocibles. Nick me juró un millón de veces que no sabía nada de Damian, que eso que me había dicho antes de irme a trabajar era solo para hacer que me comiese la cabeza porque no podía soportar ser el único soltero del grupo que formaban Logan, Damian y él. «No me acaba de convencer esta historia, Damian no lo haría simplemente por no ser el único soltero; vale que sea un inmaduro, pero no creo que pueda llegar a esos límites del egoísmo. Sin embargo, los ojos de Nick son honestos, no parece que esté mintiendo, y en el caso de ser así, lo hace de maravilla. Acabaré enterándome de la verdad, en cuanto Damian despierte sabré la verdad».
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Protégeme
Teen FictionPara entrar en el programa de protección de testigos solo hay cuatro normas: 1.- No te fíes de nadie, cualquiera puede querer matarte. 2.- No cabrees a la poli, es tu mejor aliada. 3.- Sé discreta, llamar la atención hará que acabes con una bala en...