Los nervios me atenazaban el cuerpo y el estómago mientras me acercaba por las calles de la ciudad australiana, en la que llevaba ya instalada unas semanas de invierno, en las que apenas había cambiado la temperatura, en un piso franco mientras la policía investigaba el lugar; a la que iba a ser mi nueva vivienda, la residencia de la Universidad de Sídney. Cuando el coche aparcó en la entrada bajé y me acerqué hasta la puerta donde vi a una mujer de unos cincuenta años esperándome. Llevaba un moño negro alto y un traje gris liso y muy elegante, la verdad es que imponía. Debía sacarme como unos treinta centímetros aunque sus maravillosos, altos y caros tacones ayudaban a ello.
- ¿Abigail Lawliet? Soy la rectora Cooper, por su amplio expediente y su gran calificación en la prueba de acceso he creído conveniente salir a recibirla yo misma. - me preguntó muy educadamente presentándose y tendiéndome la mano.
- Sí, encantada de conocerla señora Cooper - le devolví el apretón sonriendo.
- Tengo entendido que va a instalarse en nuestra residencia.
- Sí, he estado informándome y he leído que su facultad de letras es una de las más prestigiosas así que decidí venirme aquí.
- Me alegra mucho que haya elegido nuestra universidad, siéntase bienvenida y espero que disfrute de su estancia en el campus. Su habitación es la 210 en el bloque B, le harán llegar sus cosas esta tarde y tiene su plan de estudios del curso, con asignaturas y horarios, más un mapa encima de su escritorio. - es tremendamente formal y respetuosa, si no fuera la rectora tendría los pelos de la nuca de punta. Solo he oído hablar así a la gente con la que mi padre se citaba para sus oscuros negocios.
- Muchas gracias señora Cooper.
Nos despedimos amablemente e intenté, siguiendo las directrices que la rectora Cooper me había dado para llegar, encontrar la residencia y, después media hora en la que di vueltas por prados, jardines, pistas de atletismo y diversos edificios de clases y reuniones estudiantiles; logré llegar a la entrada de la residencia. Había dos bloques con tres pisos por bloque, yo estaba en la segunda planta del segundo bloque en la habitación décima, <<creo...>> pensé. Entré y descubrí que en las puertas tenían unos carteles con el nombre de los alumnos, no me sería difícil guiarme ahí. Empecé a subir las escaleras entre la turba de gente que llegaba y que se reencontraba con viejas amistades. Yo no conocía a nadie y parecía que a nadie le importa mi presencia, mejor. <<En mi situación es mejor pasar inadvertida>>. Llegué a la habitación 210 y descubrí que mi compañera se llamaba Cara; el cartel de su nombre parecía haber sido decorado por ella misma. Saqué mi llave y abrí la puerta, dentro encontré a una chica rubia como el sol y de ojos azules con un mono de obrero y un rodillo pintando la mitad de nuestra blanca habitación de color verde pastel al ritmo de un estruendoso grupo de rock que no reconocí. Se giró al oír la puerta y me sonrió, soltó el rodillo y corrió hacia mí. Me abrazó y descubrí que lleva una frase tatuada en el cuello "somos tan fuertes como las veces que nos levantamos del suelo", sin duda una frase muy moralizadora.
- Hola, soy Cara Withman - dijo, su voz es algo aguda pero me cayó bien al instante, era muy agradable y parecía amable.
- Yo soy Abigail Lawliet, pero llámame Aby - dije a mi vez y la chica sonrió.
- Vale, a ver, te pongo al corriente Aby. Porque por lo que he visto en tu mesa eres de primer año, yo soy de segundo, así que necesitas saber que se desayuna hasta las once pero la cafetería está abierta toda la mañana por si quieres un café o saltarte alguna clase. La comida es de dos a cuatro pero se puede comer fuera del campus, hay muchos restaurantes buenos cerca aunque te convendría pillarte un coche. La cena es de siete, por culpa de los ingleses entre los cuales me incluyo... hasta las doce, hay gente que pierde la noción del tiempo en la biblioteca, aunque la cena no suele ser muy seguida, la gente suele y prefiere cenar fuera. Los desayunos están hasta arriba los martes porque hay tortitas y los domingos porque traen pasteles recién hechos de una pastelería del centro. Que más... ah sí, delta eta tau celebra fiestas cada viernes que se alargan hasta el sábado y esta noche es la fiesta de inauguración del primer semestre del nuevo curso así que te vienes, te presentaré a mis amigos, ¿o tienes ya alguno por aquí? - negué con la cabeza y su respuesta fue más determinada que antes - pues está decidido. Una cosa más, los baños son comunitarios y los rellenan dos veces al día, por la noche a la una, cuando ya no se ducha nadie y a la hora de comer, así que si no quieres quedarte sin agua caliente te recomiendo o ducharte pronto o muy tarde en plan las dos de la mañana. Y creo que ya está todo, si tienes alguna pregunta no dudes en decirme. Ah sí, puedes decorar tu mitad de la habitación como quieras, pero la pintura y todo eso corre a tu cargo.
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Protégeme
أدب المراهقينPara entrar en el programa de protección de testigos solo hay cuatro normas: 1.- No te fíes de nadie, cualquiera puede querer matarte. 2.- No cabrees a la poli, es tu mejor aliada. 3.- Sé discreta, llamar la atención hará que acabes con una bala en...