Cartas a Milagros

Capítulo 28

Ok. Todos sabemos que los cuentos de hadas no existen, los finales felices son ficticios y lo que pasa en las peliculas, se queda en las peliculas.

Partiendo de ese hecho, puedo contarles cómo terminó mi noche, o mejor dicho, la noche.

Pensé que luego del papelón de la noche de las librerías, jamás protagonizaría otro de semejante magnitud. Bueno...erré, y feo.

Perdida en mi idea de recuperar a Nico, olvidé algo muy importante, la vergüenza.

Papá hizo erupción. Gritó, pasando a protagonizar mi escena. Muriel intervino, evitando que le diera un ataque.

Cecilia sonreía como colegiala soñadora, y gozaba de molestar a Javier, quien supo todo desde hace tiempo, al igual que Camila, su actual novia. Si bien no era fácil para ninguno de ellos aceptar nuestra, ahora oficial relación, habían encontrado en el otro alguien a quien querer y les devolviera el mismo afecto.

Santiago chiflaba y reía a carcajadas, gastando al pobre de Sebas, quien estaba rojo y perplejo por mi desinhibida actuacción.

Lucas y Cristian se limitaron a sonreír y observar los acontecimientos que le siguieron al casi colapso de mi padre.

Por suerte Sara se había retirado temprano, sino tendríamos que haber llamado al Dr Gonzaga.

En lo referente a Nicolás y a mí, puedo pasar a informar que somos oficialmente novios. De esto transcurrió casi medio año, por lo que estoy actualmente viviendo en casa de mi hermano, en Villa Langostura.

Cuando le pregunté a Nico lo que opinaba acerca de mantener una relación a larga distancia, su respuesta fue inesperada.

"No quiero estar lejos tuyo, no después de lo que me costó evitar que volvieras a correr"

Le hizo la primera petición egoista a su madre, quien accedió a pesar del peso de su pedido. Viajó conmigo.

Los dos asistimos actualmente a la facultad donde Cristian da clases.

Adiós a mi deseo del año sabático.

¿Pero saben qué? No me importa, porque descubrí algo que mi mamá no dejó por escrito, pero sí en quienes la conocieron, el amor.