Teen British Momy and American Teen Dady

Se lo dijo

-Ah hijo... ¿Traerás mañana a tu novio?

-Si... pero hay algo que quiero contarte. Si te dice Arthie mañana, por favor finge sorpresa.... Pero... es algo que ya no puedo aguantarme más.

-¿Le propusiste matrimonio?

-No aun... pero está embarazado... y yo soy el padre.

-¿Mamá?

La madre del norteamericano saltó del sofá y se lanzó sobre su hijo, haciendo que este bote su hotdog, ensuciando su camisa y el sofá. El abrazo que le dio la mujer dejó sin aire al muchacho, quien intentaba ver el partido, y a la vez le sorprendió la reacción de su madre. La mujer gritaba de felicidad, mientras seguía apretando a su hijo. Alfred intentó zafarse del abrazo de su madre, pero esta lo apretaba cada vez más fuerte, y chillaba de la emoción. Cuando se percató que Alfred quería liberarse, lo soltó, le revolvió el cabello, y gritó nuevamente cuan fangirl con su yaoi. Se sentó nuevamente, al lado de su hijo, y tras una risita y una baba que emanaba de sus labios, agregó:

-Cariño ¡Vas a ser papi! ... ¡por fin, me darás nietos!

-Si, pero no era para que te lo tomes tán así.

-Alfie me darás nietitos!

-Eh si, pero no le digas a Arthur que ya lo sabes.

-¿Cómo no?... ¡Voy a tener un nietito a quien criar!

-Mamá, yo quiero que sea niña.

-¡Una pequeña heroína! Haha será hermosa.

-Mamá, reacciona.... Mañana vendrá Arthur, y no quiero que sepa que te conté. Él planea decírtelo cuando sea "el momento indicado"

-Okay, Okay.... Pero ¿Puedo criar al bebito?

-Eso lo decidirá Arthur. Depende de si su madre puede o no. Pero tal parece que su madre y su padre a penas le toman atención.

-Bueno Alfie, pero recuerda que siempre tendrá las puertas de la casa abiertas cuando lo necesite.

-Mamá, no me llames Alfie.

Ambos terminaron de ver el partido y luego comenzaron a ordenar la sala para la visita de Arthur el día siguiente.

Arthur despertó. Estaba cubierto con una manta, durmiendo sobre su cama con su gato. Le dio un hambre terrible. Eran unas desesperadas ganas de comer pasteles con chile picante. Se levantó a ver si había algo similar en la cocina, cuando se encontró a su madre. La mujer estaba sola, leyendo un libro en la mesita donde desayunaban. Arthur se dirigió al horno, pero los pastelitos se habían acabado. La madre del chico cerró pesadamente el libro, llamando la atención de su hijo, quien se voleó a ver el rostro serio de su madre. Se acomodó sus anteojos, se aclaró la garganta, y enfrentó a su hijo de una vez por todas.

-Arthur. Siéntate.

-¿Y papá?

-Está ensayando con su banda.

Arthur tomó asiento frente a su madre, quien le miraba completamente seria. Daba miedo.

-¿Qué sucede madre?

-Tengo que hablar algo contigo. A tu padre... lo despidieron del trabajo.

-¿Qué?... ¿por qué?

-Se equivocó al cobrar un cheque de la empresa, y le costó su empleo. Ahora tendremos que hacer algunos recortes para poder sobrevivir hasta que tu padre encuentre otro empleo estable, que no sea la música, que muy poco nos da. No más libros, no más té de los caros...