- Lo haré, cambiare.
Él sonrió y me abrazo, correspondí su abrazo, sentía que mi alma volvía a mi cuerpo. Él me quería y yo lo amaba, esto puede seguir funcionando.
- Ahora miremos una película y olvidemos todo esto que acaba de pasar.
Asentí y deje que se acomodara en la cama mientras baja a buscar palomitas y refrescos. Mamá estaba mirando televisión en la sala de estar y cuando me vio bajar sonrió, se me hizo raro no ver a Papá, hoy es viernes y lo viernes siempre llega temprano, solo hay días que llega tarde cuando son los días primeros de cada mes, en esos días es como si los divorcios, sentencias y asesorías se multiplicaran al mil.
Tome todo lo que necesitaba de la cocina y antes de salir verifique el calendario y mi duda era cierta; Hoy era primero de abril, había pasado muy rápido la semana -dentro de lo que cabe-.
- Cariño, ven a ver una película conmigo, mientras que llega tu papá - comento mamá cuando me vio que iba a empezar a subir las escaleras.
- No puedo, mamá, tengo tarea que hacer -conteste.
- Si tienes tarea que hacer, ¿Por qué llevas tantas cosas? -pregunto, arqueando una ceja.
Tenía razón, llevaba muchas cosas: Una botella de coca-cola, chocolates, sabritas, palomitas y otros dulces. Lo bueno es que no se dio cuenta de los dos vasos.
- Porque ya sabes que me gusta comer mucho.
- Uhmm -musito, viéndome -Te creeré, sube pues.
Respire profundamente y continúe mi camino. A mis padres no les molestaba que Zayn estuviera en casa, les agradaba demasiado pero tampoco le gustaba que abusáramos de su confianza, por eso cuando daban las diez de la noche Zayn tenía que irse. Por eso habíamos descubierto que cuando se cola por mi habitación ellos no se dan cuenta y puede quedarse a dormir conmigo.
- Mamá casi me descubre -le comente cuando entre.
- ¡Por dios! Qué bueno que no lo hizo -bromeo -Ya elegí la película.
- ¿Cuál es? -pregunte, sentándome a su lado.
- Frágiles.
- Eres un tonto, sabes que odio las películas de terror.
- Ya vez, te has vuelto muy nena, Aubrey. Antes las amabas -me molesta y sonreí.
***
Cuando dieron las once de la noche, mis ojos pedían a gritos cerrarse, había perdido la cuenta de cuantas películas habíamos visto, no pudieron ser más de ocho pero aun así se sentía como si hubieran sido veinte o más.
Papá aún no había llegado y cuando el reloj marco las nueve y media mamá había apagado las luces y se había ido a acostar. Sabía que mamá sentía esa pequeña riña de saber si era verdad que papá tenía que quedarse hasta alta horas de la noche dando su ayuda y accesorias a las personas que llegaran pidiéndolas.
ESTÁS LEYENDO
Again |z.m a.u|
FanfictionEn realidad no quieres mi corazón, solamente te gusta saber que puedes seguir siendo él único que puede romperlo. Copyright - 30 11, 2014©