-Emily
Los primeros rayos del amanecer que atraviesan las cortinas de la ventana, posan en mis párpados y el molesto sonido que tocan en mi puerta me despierta.
-¡Emily! ¡tienes 20 minutos para alistarte, comer tu desayuno antes de que tu autobús pase y te vayas al instituto!- grita mi madre un poco furiosa.
Enseguida mi cerebro comienza a procesar la información...- Levantarme... alistarme... 20 minutos para... ir a la escuela.- hago un gran esfuerzo para voltearme y ver con claridad el reloj que se encuentra sobre el buró al lado de mi cama.
-7:30 a.m. ...Oh por Dios!- me levanto de un gran salto, siento un leve mareo, pero no impide que llegue a salvo a mi ropero, tomo unos jeans y una blusa de The Beatles que mi abuela Enue me había obsequiado hace 3 meses, mi chaqueta, mis típicos tenis negros, y por ultimo me recojo el cabello en un moño.
-Adios Mamá- grité, no creo que me haya escuchado, aun así no me detengo para averiguarlo.
Salgo del edificio y me dirijo a la parada. Hago memoria de que es lo que podría haber olvidado y entonces recuerdo. – ¡Mi mochila!-grite. -¿Cómo rayos pude haber olvidado mi mochila?.
Corro de nuevo a mi departamento, subo las escaleras y entonces maldigo mi suerte por vivir en el departamento. Número 22 de 24. –Jamás llegaré a tiempo- pensaba con tanta desesperación.
Al llegar al departamento abro la puerta y de un jalón cojo mi mochila que se encuentra justo al borde del sillón principal.
En cuanto me estoy acercando a la parada veo que el autobús está avanzando. Le hago señas al conductor para que paré el autobús, y aunque las haya visto me ha ignorado, no me queda otro remedio que ir en bicicleta
Estoy a 2 minutos de que suene el primer timbrazo para la primera clase. Y cuando por fin estoy a punto de entrar a la puerta del salón antes que el maestro, un compañero me empuja, provocando que me derribara al suelo.
-¿Que no te has fijado que iba corriendo?-dice con un tonó sobre potente.
-¿Sabes? tu pregunta es estúpida, si te hubiese visto correr, hubiera parado y hubiera evitado que me tirarás. O también no fuiste lo bastante inteligente para cederme el paso ya que tú si me habías visto– pensé, pero antes de emitir mi mensaje, alguien protesta por mi.
-Fíjate tú idiota- responde Ruth , mi mejor amiga.
-Oh vamos, ¿acaso ella no puede protestar?.- Me lanza una mirada retadora.
-Callate, ¿quieres?- mi tono de voz era más fuerte de lo normal- querías una disculpa, esta bien... -no puedo creer que lo haga, sabia que era estúpido, pero creo que no vale la pena molestarme con alguien a quien no conozco, a pesar de que ha sido mi compañero durante mucho tiempo.- Lo siento.- sentía como las vocales y consonantes me quemaban la boca.
-Descuida, yo también lo siento.-no parecía ser sincero, pero da igual, yo tampoco lo fui.
Ruth y yo solemos sentarnos en medio porque sabemos que el maestro tiene el 70% de atención en esa "sección", al cabo de unos minutos el profesor entra al aula, lo que provoca que todos en el salón guarden silencio, por respeto.
-Buenos días, Jovenes.- Hoy comenzaremos con...-canturrea el profesor.
Historia, que horror.
-¡Pssss!-Se perfectamente que es Ruth, pero trato de ignorarlo para prestar atención a la clase.- ¡Pssssssss! ¡Psssssss!, ¡Hey! Chica vestida de hombre...- Ignorala Emily, busca la concentración en lo mas importante.-¡Hey!.
ESTÁS LEYENDO
EPIFANÍA
Fiksi Remaja-Emily Y entonces no dejo de pensar que jamas quise darme cuenta de cuanto me gustaba, por el simple hecho de que sabia cuanto sufriría porque él jamás me vería como la única, sino una más de siempre.