2. Los protectores del secreto

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Emily empezó a acercarse con la espada en alto, a la altura de mi cuello.

-¿Dónde has conseguido esa daga, Lia?-dijo con la espada casi en mi cuello. Yo estaba bloqueada, no podía decir una palabra, Emily era... ¿era una cazadora...? Veía todas sus runas salir del cuello y asomarse tímidamente por las mangas del vestido.

-¡Contesta!-insistió. Vi por detrás dos chicos, para ser más exactos un chico y una chica con armas los dos.

-¡Donde has conseguido la estúpida daga!-

-Es mía-dije susurrando.

-¡Dime la verdad! ¿Eres un demonio, no?-dijo chillando aún más.

-Tranquilízate, Emily-dijo el chico-¡No puede ser un demonio! No podría llevarla-

-Entonces, ¡porque tiene una daga con acero sagrado!-

-Espera-dijo levantando mis pulseras y dejando ver mi runa-Mira esto. Es una runa angelical-

-¡Imposible! Ella no es cazadora. Se lo tiene que haber pintado.-dijo cogiéndome y arrastrándome hacia el baño. Abrió el grifo y metió mi brazo debajo. Empezó a frotar fuertemente la runa.

De la nada apareció Alexia, agitada, con mi chaqueta negra llena de armas y la estela colgando del bolsillo exterior. Miraba la escena estupefacta.

-¡No! Es la única de la familia que no es cazadora-dijo rompiéndosele la voz. Y dejándome el brazo den paz.

-Eso pensaba yo también-dije mientras frotaba mi brazo.

Emily, con cara de no entender nada, se fue corriendo dando un golpe a Alexia y de la chaqueta cayó la estela que fue hasta los pies del chico.

-Esta estela...-dijo cogiéndola.

-Es la de los famosos parabatai-dijo la chica con su dulce voz-es la aquella historia de niños, Jaime-

-¿No era inventada?-dijo pensativo. Entonces me miró- O puede que no lo sea, Jessie-

-Tal vez no ¿Dónde la has sacado?-me pregunto la chica.

-Era de mis padres. Me la dieron antes de morir-contesté sin mirando el suelo.

-¿Tus padres eran parabatai?-pregunto Jaime.

-No lo sabe-dijo alguien detrás de mí. Era Emily-He llamado a mi madre, Elisabeth, le hicieron un bloqueo de mente-

-Pero no puede ser, eso solo lo hace Magnus Bane y son temporales- dijo Jessie.

-Lo hicieron "mal" y se quedo permanente, ¿no?-contestó de la nada Alexia. Todos la miraromos con cara de sorprendido.

-Ya, me lo dijo mi primo-soltó Alexia-pero no sabía que eras tú, Lia.-

-¿Tu primo? ¿Quién?-

-No puede ser en serio...-soltó Jaime.

-Soy Alexia Bane, prima de Magnus Bane-

-¿¡Cómo!? ¿No eras González?-dije. No entendía nada. Demasiada información en poco tiempo. Me habían borrado la memoria, mi amiga es prima de un brujo muy famoso y mi familia son cazadores de sombras.

-Lia, tenemos que irnos-interrumpió Emily-Mi madre está esperando fuera.-

-Vamos-contesté.

Recogí mi chaqueta y metí mi estela en el bolsillo. Empezamos a recorrer el pasillo en silencio. Pero para no llegar antes damos una vuelta a todo infantil, que era el edificio más grande de todos y el único que no se que no se ve desde la calle. Después de esa larga vuelta fuimos al coche de mi tía. Al subir al coche, la situación se volvió más tensa de lo que ya estaba.

-Lia, yo...-dijo mi tía.

-No quiero que digas nada. Solo respóndeme-contesté susurrando-¿Eran esos famosos parabatai, no? Los de la famosísima historia de la cual no he oído hablar nunca-

-Si...-intentó seguir pero yo la corté.

-Tía...No hables...-

El resto del trayecto lo pasamos en silencio. Al llegar a casa, ni Emily ni mi tía soltaron una palabra en todo lo que quedaba de tarde. Me encerré en mi habitación y estuve llorando toda la tarde. Mucha gente intentó hablar conmigo. Pero solo hablé con una sola persona.

-¿Se puede pasar?- dijo una dulce voz.

-¡No!-dije girándome violentamente-¡Ve... ¡Luke!-me levanté solo decir ese nombre. Fuí corriendo y lo abracé. Luke vivía en frente y cada tarde, o casi cada tarde, venia a verme para jugar cuando éramos pequeños y aún no había dejado de hacerlo desde entonces.

Pensé en decirle lo que me ha pasado pero eso incluía decirle que era cazadora así que decidí que mejor no.

-¿Estás bien, Lia? Tu madre me ha contado lo que pasaba. Siento que te tengas que enterar de ésta manera.-

-Espera un momento... ¿¡Lo sabías!? ¿¡Y no me dijiste nada!?-

-Lia... el problema es que... yo...-

-¡Tú que! ¡No querías herirme! Dios... Luke yo confiaba en ti...Creía que nos contábamos todo-

-¡No! Nada de eso... Soy tu guardián y también tu amigo. Te protejo desde pequeña. ¡He luchado muchas veces contra mi voluntad! ¡Yo te lo quería contar! ¡Pero sabía que te iba a afectar mucho!-

-¿Guardián...?-

Él se sentó en mi cama, con las manos en la cara, y yo me quede en mi sitio mirando la puerta. Hubo un rato de silencio.

-Mi guardián... ¿De qué me proteges?-

-Es Asia Vulturi-lo dijo con un tono muy triste.

-Es algún demonio o algo así, supongo...-

-No, él es un nefilim-

-¿Cómo?-me giré de golpe.

-Dejémoslo por hoy. Mejor te lo explico mañana-Se levantó y se acercó a mí. Me dio unos golpecitos en el hombro y se dirigió a la salida.

-¡Luke!-este se giró sorprendido-Lo...lo...lo siento...-Me empezaron a caer lágrimas y él se acerco y me abrazo.-Siento lo de antes-repetía entre sollozos.

-No llores, no llores-decía él abrazándome más fuerte. Duro un buen rato ese abrazo. Levante la cabeza y nos quedamos solo a unos centímetros. Él se empezó a sonrojar.-Me tengo que ir-

-Adiós, mi guardián-y le di un beso en la mejilla y se puso más rojo. El chico se dio la vuelta y se fue con una sonrisa.

La vida secreta de un nefilimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora