capítulo ii

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Sus pies caminan perezosamente por la vereda mientras esquiva las pozas de agua (y un poco de barro) que se habían formado por la tormentosa lluvia de la noche anterior y parte de la madrugada del mismo día. La bufanda café de lana que trae puesta le cubre la boca y parte de la nariz para que no inhale el aire tan frío que hay y no se resfríe más de lo que ya está. Suspira suavemente, aún un poco soñoliento, ya que acaba de levantarse y aún es bastante temprano para él. Se supone que él nunca sale de su casa antes de las 12.00, pero he aquí al castaño caminando por las solitarias calles de Londres a las 9.00 de la mañana de un día domingo. Y es que él no planeaba que su madre lo llamara por la mañana y lo invitara a su casa para almorzar, no. Así que él debe comprarle algo, porque él no la visita desde hace bastante tiempo. Pero no porque no quiera, sino porque los estudios le hacen imposible el hacerse un espacio para visitar a su madre. Así que, de nuevo, él debe regalarle algo.

Su madre es una mujer tranquila y bastante maternal, casi como una abuelita. Si la visitas, te aprietará las mejillas hasta dejártelas rojas y siempre te dará un sonoro beso en cada una de ellas luego de abrir la puerta. Te preparará galletas cuando estés enfermo y te llevará el desayuno a la cama si es que hace demasiado frío para que te levantes. Liam sabe que no debe aprovecharse de eso, pero cuando tienes una madre así es imposible no querer que te consienta de esa manera. Su madre es una mujer simple, nunca pide demasiado, es por ésto que Liam ha decidido que le comprará una planta. Sí, porque su madre adora las plantas. Es amante de la naturaleza y todo lo que esté relacionado con los seres vivos y el medio ambiente. Así que él piensa que es una buena idea.

Empuja la puerta del único local de jardinería que conoce, al entrar éste está bastante silencioso y sólo puede divisar a una chica detrás del mostrador con audífonos mientras lee una revista. Liam se queda unos segundos de pie en la puerta, sin saber bien a dónde dirigirse para encontrar las plantas, pero la chica parece no haberse dado cuenta de su presencia y el castaño tampoco planea acercarse a ella para preguntar, pues se ve bastante antipática. Así que él sólo se dirige a uno de los pasillos en donde hay bolsitas con semillas y distintas herramientas de jardinería colgadas en los estantes. Liam se detiene a ver algunas semillas por curiosidad y luego continúa su camino. Al llegar al final del pasillo, puede ver un gran ventanal con un letrero colgado encima de él el cual dice: "Patio" y afuera hay varias plantas, pequeños árboles y maceteros con flores ubicados estratégicamente para formar un camino en donde puedas recorrer todo el patio para ver los distintos tipos de plantas que tienen.

Liam se dirige hacia allá y abre el ventanal, cruzando hacia el patio, en donde inmediatamente puede escuchar un pequeño tarareo proveniente de la derecha. El castaño voltea la cabeza y ve a un pequeño moreno de cuclillas acariciando suavemente las hojas de una planta mientras mueve rítmicamente su cabeza en sincronía con la música que, al parecer, se reproduce en su cabeza. El chico está dándole la espalda y bastante sumido en sus pensamientos, por lo que no se percata de la presencia del castaño y no lo oye entrar. El moreno también comienza a menear su trasero segundos después, dándole un verdadero espectáculo a Liam. Comienza a tararear más fuerte y, luego, la canción toma forma ya que comienza a cantarla con todas sus letras. El chico se levanta aún meneando sus caderas y comienza a mover sus brazos, bailando y disfrutando de la canción. Liam piensa que canta bastante bien, pero no puede seguir apreciando ésto por mucho tiempo, ya que el chico se da una media vuelta como bailarín de ballet y ve a Liam. El susto que se lleva el pequeño moreno es grande, ya que da un gran respingo y pierde el equilibrio, cayendo al suelo de trasero y sonrojándose rápidamente.

Al verle el rostro, Liam puede darse cuenta que es el chico lindo de la tienda de tatuajes en la que ha estado trabajando Louis desde hace una semana. El castaño no lo había vuelto a ver desde ese día, ya que los estudios lo han tenido ocupado y no ha podido ir a visitar a su amigo a su trabajo. Sin darse más rodeos, se acerca al pequeño morenito que tiene las mejillas demasiado coloradas y, al parecer, está demasiado avergonzado como para moverse. Liam le tiende una mano, la cual el moreno acepta tímidamente y se levanta, limpiándose el trasero rápidamente para quitarse el polvo del suelo que se le pudo haber quedado.

Zayn nunca pensó que volvería a ver al guapo chico que había estado la tienda hace algunos días y está feliz de verlo nuevamente, pero la vergüenza le gana en este momento, ya que lo había visto bailando. ¡Bailando y cantando solo! Y, lo peor, ¡se había caído! Caído de trasero frente al chico. Qué tanta mala suerte tenías que tener para que te suceda eso, Zayn no lo sabe. Lo único que sabe es que debe tratar de no parecer tan tonto frente al castaño ahora, debe encontrar la forma para arreglar su torpeza.

Zayn va a hablar, pero el castaño lo hace primero.

-¿Estás bien? -pregunta, acercándose un poco más al chico y apoyando una de sus manos en su hombro, queriendo comprobar si tiene alguna herida.

El moreno asiente tímidamente, demasiado avergonzado como para hablar. Liam sonríe encantadoramente al más pequeño, queriendo darle a entender que todo está bien y que no debe estar tan nervioso. El castaño no puede evitar pensar en lo lindo y adorable que es el morenito.

-"¿Estás seguro? -vuelve a preguntar, comprobando el asentimiento de cabeza del moreno, el cual este vuelve a repetir y Liam ríe levemente por la ternura que el chico le produce-. Soy Liam.

Zayn sonríe al escuchar el nombre del chico guapo y asiente, él sabe que debe presentarse ahora y, tendiéndole la mano a Liam, la estrecha como saludo.

-Zayn -dice un poco bajo y se sonroja un poco más al sentir cómo la mano del más alto aprieta la suya un poco más fuerte, sintiendo el calor que le produce ésta.

El moreno quita su mano luego de eso, ya lo bastante nervioso como para no saber de qué más hablar, pero el castaño está muchísimo más calmado y él sí tiene un tema más de conversación.

-¿Eres el chico de la tienda de tatuajes, no? -pregunta como si realmente no lo recordara, pero la verdad es que sí lo recuerda y bastante bien la verdad. Cómo olvidar esas largas y coquetas pestañas.

-Uh, sí -confirma cabizbajo el menor-. Rose's Tattoos.

-¿Cómo? -pregunta Liam sin entender bien lo último que el moreno había murmurado.

-Es el nombre de la tienda -Zayn ahora alza la vista y mira al mayor-. Rose's Tattoos -Sonríe levemente y Liam asiente entendiendo y queriendo golpearse la cabeza por no haber entendido antes.

-Oh, sí, entiendo -una pequeña melodía comienza a resonar por el lugar y el más pequeño rebusca algo en sus bolsillos hasta dar con el aparato, disculpándose con la mirada y dándole la espalda a Liam, contesta el celular.

-Voy de inmediato -murmura el morocho aún dándole la espalda al castaño y asiente unas cuantas veces más antes de despedirse. -Debo irme -anuncia rápidamente, guardándose el celular en el bolsillo y caminando hacia el ventanal para poder entrar a la tienda y salir por la puerta delantera.

Liam lo sigue apresurado, alcanzándolo casi al instante y, tomándolo del hombro, lo detiene. Zayn parece un poco asustado por el movimiento un poco brusco y lo mira con curiosidad. El castaño rebusca algo en sus pantalones y, al encontrarlo lo saca. Es su celular. Teclea un poco en él y luego se lo tiende al moreno.

-¿Me darías tu número? -Pregunta y Zayn se sorprende un poco por eso, porque no se lo esperaba y piensa que es un poco pronto. Pero el chico lindo le está pidiendo su número y esto no sucede todos los días, así que toma el celular entre sus dedos y asiente con una encantadora sonrisa.

-Sí, claro -murmura suavemente y anota su número, para luego, anotar su contacto como "Zayn :-)", dudando un poco en si dejarle la carita o no. Luego decide que sí, pues le gustaría que Liam sonriera cada vez que hablaran, al igual que la carita lo hace. Le devuelve su celular luego de eso y se remueve un poco inquieto en su lugar. -Ahora sí debo irme, lo siento, Liam. ¡Adiós! -y se pierde a paso rápido por las veredas de aquella calle, apresurado por llegar a su destino, un poco enojado por tener que abandonar justo al chico lindo cuando se habían encontrado.

El castaño se queda de pie un momento, pensando en que debería ir lo más pronto posible a visitar a Louis a su trabajo, pues quiere ver al pequeño moreno pronto. Y, cuando finalmente despierta de su ensoñación, recuerda que estaba allí solamente para comprarle una pequeña planta a su madre y para nada más. Pero no fue su culpa que el dulce morenito se haya cruzado en su camino, así que ahora debe entrar a la tienda nuevamente y buscar una planta que pueda gustarle a su madre rápidamente, pues el tiempo ha corrido rápido y él ya debería estar devuelta en su casa.

Invierno »ziamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora