Cuando Liam llega a la casa de su madre, cerca de las 12:00 del día, baja de su auto y toma el pequeño macetero con la planta, decorado adorablemente con una pequeña cinta de regalo. Su madre y sus hermanas (a quienes no esperaba, pero igualmente ha pasado un tiempo desde que no las veía, por lo que está feliz de verlas) salen a recibirlo un poco -demasiado- ruidosamente, chillando lo feliz que están de verlo y- ¡oh, por Dios, Liam! ¡Qué guapo estás! Liam realmente no había pensado en lo escandalosas que eran, pero ahora recuerda con claridad por qué estaba tan desesperado de irse de su casa cuando era un poco más joven. De todos modos, las quiere bastante y no puede negar el que no extrañaba eso de algún modo.
Entran a la casa luego de que su madre lo llenara un poco de besos y le agradeciera mil veces por la preciosa planta que le había regalado, dirigiéndose inmediatamente a su patio trasero con el macetero para colocarla junto a sus demás plantas y regarla inmediatamente. Cuando ya todos están un poco menos eufóricos que al principio, su madre se dirige a la cocina para terminar el almuerzo, mientras que Liam y sus hermanas se dedican a poner la mesa y ayudarle a su madre en el resto de las cosas, ordenando un poco el desastre que tenía su madre en la sala y limpiando un poco.
Cuando la madre de Liam les avisa que el almuerzo ya está listo, Liam se dirige a la cocina para ayudarle a llevar los platos y algunas ensaladas que su madre también había preparado y cuando, finalmente, está todo listo y todos se encuentran sentados en la mesa, comienzan a comer.
Se sumen en una típica conversación familiar, poniéndose al día con los acontecimientos recientes de su vida y contando distintas anécdotas. Ruth habla sobre cómo va su matrimonio y reciente embarazo, guiando el tema de conversación al ámbito amoroso y centrando la atención en Liam, quien, al ser el único soltero en la familia luego de terminar su última relación hace unos meses, obtiene todo el interés de su familia para saber si ya ha entrado alguien más en su vida.
-Uhm, no. No he tenido tiempo para conocer a alguien, sabes que la universidad me mantiene ocupado la mayoría del tiempo, mamá.
-¿Pero cómo no has conocido a nadie aún? Han pasado meses. ¿No te llama la atención alguna chica, algún chico?
Liam, cuando era más pequeño, tuvo algunos problemas para definir su sexualidad. Se cuestionaba constantemente ésta, ya que hubo un tiempo en que empezó a fijarse en chicos también, incluso tuvo novios, momento en que creyó importante hablar esto con su madre. Claramente ella siempre había sido una persona comprensiva y, cuando su hijo le presentó esta problemática, ella le aclaró que no había nada de malo en ello y que, si a él le gustaban ambos sexos y él era feliz, no tendría porqué ella no estarlo. Así que desde ese momento supo que a su hijo le gustaban ambos sexos, aunque este nunca se declaró bisexual.
-Uh... Puede que haya conocido a algún chico, pero-
-¿Lo hiciste? ¿En serio? ¿Cómo se llama? -preguntaron claramente emocionadas sus hermanas.
Cuando su madre les contó sobre el problema de su hermano sobre definir su sexualidad y el momento en que este comenzó a presentarles novios, ellas siempre fueron las más emocionadas con conocer a los chicos, siempre comentándole que les parecían adorables y haciendo lo imposible por tratar de hacerse amigas de ellos, admitiendo que siempre habían querido tener un amigo gay.
-Digo, ni siquiera es mi amigo. Trabaja donde Louis, en la tienda de tatuajes. Sólo lo he visto un par de veces.
-¿Es lindo? -preguntó Nicole.
Liam sólo rió un poco y asintió levemente, recordando claramente el espectáculo que el chico le había dado en la florería.
-Es bastante adorable y tiene unas pestañas realmente largas.
-¡Quiero conocerlo! -chilló Nicole, mirando a su madre y a su otra hermana como para recibir la aprobación.
Luego de eso, siguieron hablando con Liam y dándole algunos consejos sobre cómo poder acercarse mejor al chico. Conversaron un rato más luego de terminar de comer y levantaron los platos para llevarlos a la cocina, comenzando a limpiar y ordenar todo nuevamente. Su madre también les llevo algunos postres y tomaron el té juntos en la tarde, pasando un agradable día familiar. Ya entrada la noche, Liam se despidió de su familia, agradeciendo por la comida, gustoso de haberlas vuelto a ver y se marchó a su departamento. Al llegar a este, se cambió de ropa para colocarse su pijama y tomó su celular, viendo que recién eran las 21:30 y, recordando también, que ahora tenía el número del chico bonito de la tienda de tatuajes, así que sin perder el tiempo, decidió mandarle un mensaje antes de dormir.
"Hey, Zayn. Espero que hayas tenido un lindo día y hayas podido llegar a tiempo a lo que sea que tenías que hacer. Ojalá nos volvamos a ver. -Liam xx"
N/A: ¡hola! okay, sé que ha pasado bastante tiempo desde que actualicé por última vez la historia y admito haberla abandonado bastante, aunque realmente nunca fue mi intención porque es la primera vez que quiero escribir algo y terminarlo en serio. vengo a decirles que trataré de actualizar más seguido y a aclararles que, por más que me demore en actualizar, terminaré sí o sí esta historia, aunque me demore mil años. mil disculpas por la demora y espero que alguien siga leyendo esto;( ¡besos!