Capítulo 4.

1K 47 3
                                    

-Evan, yo manejó-dije-.

-¡No!-río-yo lo hago-.

-Evan, ¡Por Dios! Estás borracho.

-¿Yo?-río-¡No!-gritó y golpeó mi hombro levemente-.

-Evan, por el amor de Dios, ¡Yo manejó!

-Esta bien-levanto las manos en el aire-.

Como pudo abrió la puerta del copiloto y se metió a dentro, rodeé el auto y me metí en el asiento del conductor.

Evan pasó su brazo por mi hombro y me robó un beso. Se empezó a reír y se volvió a acomodar.

Arranqué el auto y me dispuse a conducir. A veces Evan me saca de mis casillas, odio su actitud de egocéntrico y que todo el tiempo se concentra en una chico y que hace hasta lo imposible por conseguirla.

-¿Te conté cuando me caí del árbol a los 7 años?

-Si, porque yo te empujé -suspire-me lo recordaste muchas veces-.

-¡Porque vos me empujaste!-río mientras golpeaba su rodilla-.

Evan volvió a cruzar su brazo por mi hombro y susurró en mi oído "Vos y yo tenemos algo pendiente".

<<Mierda>> Pensé.

-Estaciona el auto.

Y así lo hice, porque sabía que era capaz de agarrar el volante y estacionar él mismo.

-No es un bien lugar.

-Cualquier lugar está bien a la hora de tener sexo.

-Mierda, Evan ¡No!-dijo furiosa-.

-Tai, vamos, mi querida Tai-dijo y volvió a reír, la paciencia se me estaba acabando-.

-Otro día -dije, porque sabía que el no se acordaría, creo-.

-Otro día, prometelo.

-Lo prometo.

Él se acercó y me dio un pequeño beso en los labios. Algún día este chico me va a alterar.

Si dejo a Evan en su casa, ¿Cómo volveré yo? Porque este era su auto. ¿Y si lo dejo en su casa y me voy en su auto y el lo viene a buscar mañana? No. ¿Y si me quedó a dormir con él? No, me violará. ¿Y si duerme en mi casa? No, me violará. Suspire y tire mi cabeza en el volante haciendo que la bocina suene. Salté en el lugar y me incorporé.

Sexo con la lesbiana &gt;&gt; evan peters y taissa farmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora