Marinette resibe visitas diarias de su compañero felino Chat noir pero el no sabe quien es ella en realidad,el ya no ama a ladybug sino que siente un gran,gran afecto por la chica y al enterarse la identidad de la chica ara lo que sea para enamorar...
Marinette se encontraba terminando una tarea de algebra que había dejado para ultimo momento(como siempre). Ya era casi media noche y se preparaba para dormir pero algo golpeo la ventana que da a la asotea. Asustada tomo uno de sus zapatos,cuando la abrio y salió para ver que o quién estaba en su ventana cuando algo le toco el hombro. Solto un grito,se dio la vuelta y se relajo.
-Gato tonto-le resongó-no me des esos sustos-. La chica volvió a entrar a su habitación y el gato la siguió.-Lo siento princesa-río el gato. Marinette gruño,pero después solto un leve suspiro-. Bien pero avisame a la proxima-dijo riéndo mientras que se acercaba al chico para abrazarlo y claro el chico no se negó-. A estas alturas ya deberías saber que voy a seguir viniendo díariamente princesa-le dice el rubio con una voz coqueta como de costumbre-. Vale,vale,tu ganas Chat,que necesitas?-le pregunta la chica saliendo al balcón y apollandose en la barandilla.-Verte princesa,que más podriá ser?-ambos se sonríeron mutuamente,miéntras se ivan hacercando. Sus labios estaban apunto de rozarse cuando un ruidito los separo y los hizo sonrojarse,era el anillo de Chat,tenia que irse o su transformación se acabaria y rebelaría su identidad secreta. Aunque Chat veía a Marinette todos los días en el colejio,el chico temia que su forma civíl no le agradara ya que las palabras de la chica asia el eran cortas y en ocasiones algo raras pero con Chat noir era diferente y eso le agradaba.-Bueno es hora de irme princesa,buenas noches-dijo el gato preparado para saltar pero antes de irse deposito un ligero beso en los labios de Marinette,la cual no se resistió y le correspondió,cuando se separaron Marinette tenía un leve sonrojo y Chat la miraba sonriente,le encantaba ver a la chica sonrojada,simplemente le hacía feliz. Se despidió y salto de tajado en tejado hasta llegar a su hogar o mejor dicho mansión.

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