«Capítulo 2» Era la oportunidad perfecta, en el momento menos indicado.

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—Llegamos señorita Ford.—

Anunció Dean alegremente al estacionarse delante del edificio en el que estaba viviendo con Richard.

—Gracias Dean.—

Le sonreí amablemente a modo de respuesta.

—Si necesita algo, llámeme.—Dijo a la vez que quitaba el seguro de la puerta.

—Lo haré, gracias.—

Le agradecí por última vez justo cuando Henry venía a mi lado para abrir mi puerta, me tendió una mano para ayudarme a bajar, la acepté y me despedí de Dean agitando mi mano, después él se fue; entré al edificio seguido de agradecerle a Henry por la ayuda y corrí hacia el ascensor, tenía solo una hora para llegar al hospital.

En el camino de la entrada al ascensor saludé a la señora Morrison-una vieja inquilina que le gustaba usar solo bolsas de Luis Vuitton-, y a las gemelas del grupo de scouts del edificio, que solo querían confirmar las clases de RCP de este fin de semana.

El ascensor se detuvo en mi piso y-terriblemente- me topé con el señor Kroes-quien no tenía absolutamente nada que ver con Doutzen Kroes-, delante de mi, al parecer esperaba el ascensor. Él seguía mirándome de una manera tan incómoda como en el primer día en que Richard y yo nos mudamos al edifiKroe

El señor Kroes era un hombre pequeño y regordete, con las mejillas demasiado sonrojadas y un gran bigote castaño, cejas pobladas y con algo de escaso cabello en la coronilla; y que además emanaba un excesivo olor a tabaco y colonia Hugo Boss que sobrepasaba los límites de lo agradable y rayaba en lo molesto.

—¡Skylar! ¡Que gusto me da verte!—

Dijo con su típica voz ronca por tanto consumo de alcohol y tabaco y con un tono demasiado alegre para mi gusto.

—A pesar de ser vecinos de piso nos vemos muy poco.—

Añadió a la vez que hacía un ridículo y extraño puchero que me hizo querer huir de ahí en ese mismo instante.

Tal vez quiso decir "No son muchas las ocasiones que te veo sola". No es lo mismo. Aunque sus palabras tienen el mismo mensaje.

Reprimí de manera sobrehumana el instinto de querer rodar los ojos ante aquel gesto. Eso no sería educado de mi parte.

—Si... supongo...—

Traté de contestarle de la manera más diplomática y cortante que tenía en ese momento, todo al mismo tiempo en que me apartaba de él e intentaba alejarme lentamente de ahí. No podía seguir perdiendo tiempo.

—¿Sabe algo señor Kroes? No quisiera ser grosera pero tengo que irme, se me hace tarde.—

Apenas di la vuelta intenté huir de ahí sin siquiera esperar una respuesta de parte suya, pero una de sus manos regordetas se posicionó en una de las mías impidiendo que me fuera, su tacto tibio contra mi piel me hizo sentir una completa incomodidad, por lo que me solté inmediatamente de su agarre en mi.

—Espera, entiendo que no tengas mucho tiempo en este momento,—No, no lo entiende, de otra manera me dejaría ir sin ningún problema.—pero me gustaría invitarte a cenar el sábado en mi departamento.—Y ahí vamos de nuevo...—Haré una reunión con algunas de las personas que viven en el edificio.—Dijo con una sonrisa retorcida que me incomodó más de lo que ya estaba.—Y me encantaría—Recalcó.—que vieneses.—

Ew....

Allâh, dame paciencia, porque si me das valentía lo golpeo en este instante por insistir mucho con eso.

—Muchas gracias por la invitación señor Kroes, pero tal vez sea en otro momento. Si me disculpa, debo irme.—

Salí corriendo hacia la puerta de entrada de mi apartamento dejando en el pasillo al hombre morsa, saqué mis llaves de un costado de la mochila, la inserté en el picaporte y abrí desesperadamente; me sentí tan observada en el pasillo que cuando logré abrir la puerta pasé corriendo por todo el living hasta las escaleras que llevaban a la planta alta.

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ☆░ღ¨* TEMPTATION II: YOU CAN'T GET ENOUGH ¨*ღ░☆Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ ღ{R.Z.K.}{R+}ღDonde viven las historias. Descúbrelo ahora