Los Elegidos.

¿Sueño?

Estoy llegando a mi casa, algo sucede, hay patrullas y una ambulancia, tienen un cuerpo en la camilla en ese instante siento mi cuerpo temblar y mi corazón parece salirse de mi cuerpo, es mi madre, le están tapando la cabeza.
Oh no.
Voy corriendo hacia ellos, ya con mis lágrimas cayendo, mis piernas flaquean a medida que avanzo pero no me permito caer, no me dejan acercarme, intento zafarme de sus agarres pero no lo consigo.
-¡SUELTENME! ES MI MAMÁ ¡DEJENME!-grito desesperada esperando que la piedad aborde sus corazones. El mundo se me cae a pedazos a medida que avanza el tiempo. 
 Logro soltarme y corro hacia la camilla en donde está ella, lloro desconsolada abrazándola. No puedo creer que mi madre, la mujer con la que hoy en la mañana estaba hablando, este muerta, ella era como una mejor amiga ¿Cómo pudo sucederle eso? ¿Qué pasó? las preguntas no dejan de rondar por mi mente mientras abrazo su cuerpo ya frío. 
De repente alguien toca mi hombro y levanto la mirada con rapidez, es mi papá, me mira con aflicción, lo abrazo y lloro junto a él. Vemos como se llevan a mi madre y como si mi cuerpo pesara demasiado y mis piernas no aguantaran su peso me dejo caer al suelo. Mi padre se pone en cuclillas y me abraza. Escuchamos unos pasos y nos damos la vuelta, veo a mi hermano, quieto, con lagrimas empapando su rostro, esta algo confundido pero sabe lo que pasa... está ahí sin decir ni hacer nada, quiero ir con él y abrazarlo.
Me mira a los ojos y con la poca fuerza que siento que tengo, me levanto, voy corriendo hacia él y lo abrazo fuertemente. Nos quedamos ahí llorando lo que parecieron horas cuando suelta con la voz rota de tanto llorar.
-Mamá esta...
-Si, no lo digas por favor.-Le interrumpo rápidamente mientras sollozo.
Papá se nos acerca y nos abraza.
-Vamos adentro, chicos.- Dice con la voz quebrada. 

...
Entramos a la sala y ahí nos quedamos, llorando, no decimos más en toda la tarde, ni siquiera nos atrevimos a preguntar que pasó y sé que él tampoco quería contarnos.
Me levanto, harta de llorar y voy a mi habitación, por alguna razón empiezo a tirar todas la cosas, comienzo a golpear y tirar todo lo que se pone a mi paso. Llega a un punto en donde ya no veía que hacia, solamente me dejaba llevar.
De repente las cosas de mi habitación tiemblan, el espejo en mi pared de rompe y miles de pedazos riegan el suelo, los vidrios de la ventana siguen el mismo destino y las cosas comienzan a levitar. El suelo empieza a temblar y me asusto, entro en pánico por no saber que está pasando y cuando todo va a ir a mayores, abre la puerta mi hermano, me sobresalto y las cosas caen al suelo, mi hermano me mira perplejo, abre la boca y la cierra un par de veces, también intento hablar pero no se que decir, mira todo el desastre y luego a mí pero se queda ahí, en la puerta, sin decir nada.
Luego de un rato, se acerca, me toma de la cara y dice.-¿Tu hiciste eso?
-N-No lo se.- digo tartamudeando.
No me di cuenta, pero estaba sudando, siento una puntada en la parte trasera de la cabeza y todo se vuelve negro.
...
Despierto en mi cama con mi pijama puesta y las cosas están en su lugar, el espejo y la ventana están bien ¿Todo fue un sueño? Lo sentí tan real. El alivio no tarda en llegar a mi cuerpo. Suspiro con cansancio y agarro mi móvil que se encontraba en mi mesita de noche, donde lo dejo siempre. 
Miro la hora, son las nueve y media. Rayos, falte mi primer día de clases.
Bajo las escaleras y voy directamente a la cocina, no hay nadie; claro, mis padres deben estar trabajando y mi hermano se habrá ido sin mi. Waw, como le importo a mi familia, ni pensaron en levantarme.
Escucho como alguien baja las escaleras y con confusión voy hacia allá, es mi hermano. Esta muy desarreglado, tiene la cara hinchada y ojeras, como si no hubiera dormido en días. Ignoro eso y decido regañarlo.
-Aiden, Faltamos el primer día de clases ¿Por qué no te despertaste? ¿Por qué no me despertaste? Mamá se enojara con nosotros.- Digo enojada.
Me mira con cara de confusión y veo como traga duro.
-Ady, tú...
Lo interrumpo rápidamente.-Ady nada, no podemos faltar el primer día de clases ¿Y por qué no nos vinieron a buscar los chicos? ellos siempre vienen.- digo un poco confundida pero el enojo de faltar el primer día no me deja pensar en otra cosa que no sea regañar a mi hermano. 
-Ady...
Vuelvo a interrumpirlo.-En serio ¿Cómo es que eres tan irresponsable? Bueno en todo caso yo también lo soy ya que...
-¡ADA!- Me grita enojado y al segundo su cara cambia, suelta un suspiro cansado.
-¿¡que!?- Digo aún más confusa cuando veo esa acción.
-Ven.- Me toma de la mano y me lleva hacia el sofá de la sala.
-¿En serio no recuerdas nada de lo que sucedió hace un par de días?-Dice con un tono de... ¿tristeza?
-No ¿Qué sucedió?- Pregunto y él se queda callado, mirándome, la desesperación me está matando y a medida que pasan los segundos mi cabeza imagina miles de cosas y empiezo a recordar mi sueño ¿fue un sueño... verdad? 
-Es mamá, Ady... Mamá está muerta.
¿Qué?
-¿Qué?

Tres votos y sigo la historia >;)