III Capítulo: -Sarah quiere iniciar una revolución-

43 6 0
                                    


No sabía como explicarle a Sarah mi situación, pero pensaba que era mi mejor amiga, mi confidente, debía saber absolutamente todo.

Tomé un poco de valor, respiré profundamente mientras organizaba las ideas en mi mente.

Sarah sólo me miraba fijamente y repetía una y otra vez muy desesperada: -Dime ya por favor-

Decidí explicarle, mientras le contaba lo que estaba ocurriendo mi voz se quebrantaba, y pude notar como su mirada fue cambiando, ya sus lindos ojos verdes no estaban desesperadamente ansiosos por saber, ahora era una mirada triste y vacía, como l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Decidí explicarle, mientras le contaba lo que estaba ocurriendo mi voz se quebrantaba, y pude notar como su mirada fue cambiando, ya sus lindos ojos verdes no estaban desesperadamente ansiosos por saber, ahora era una mirada triste y vacía, como la mía, tapó fuertemente su boca con sus manos mientras unas lagrimas salían de sus ojos, una tras una, como si se tratara de una carrera, no podía creerlo, lo había notado un poco, la situación del país le parecía extraña, pero no le había tomado importancia hasta este momento.

Decidí explicarle, mientras le contaba lo que estaba ocurriendo mi voz se quebrantaba, y pude notar como su mirada fue cambiando, ya sus lindos ojos verdes no estaban desesperadamente ansiosos por saber, ahora era una mirada triste y vacía, como l...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al terminar de contarle un silencio muy incomodo abarcó la conversación.

Cuando Sarah intentó romper el silencio entro al aula nuestro profesor de química, Edwin Streech, su nombre molestaba pronunciarlo, el era la clase de profesor que cualquier alumno puede odiar fácilmente con tan solo verlo.

Su aspecto no era nada agradable, era imposible prestar atención en sus clases con esa enorme barriga que el tenia, abarcaba toda la atención, puede sonar chistoso pero era así, no discrimino a las personas obesas, pero el si se merecía todas mis burlas y discriminaciones, siempre me humillaba, y no solo a mí, sino también a mis compañeros de clases.

En fin, Edwin llegó e inmediatamente Sarah y yo colocamos los asientos como estaban anteriormente, alineados.

Edwin exclamó fuertemente: -Otro día con estos alumnos mediocres-. Siempre solía decir comentarios ofensivos e humillantes a sus alumnos, literalmente nos odiaba y nosotros a él.

El trataba de colocar su trasero sobre el escritorio mientras su grandísima barriga no se lo permitía. Por fin logró sentarse allí y comenzó a leernos unas teorías sobre "Principios de Le Châtelier". Demasiado aburrido.

Ese día se me hacia mas difícil prestar atención en clases, y no era por su enorme barriga esta vez, ni por su clase tan aburrida, sino porque pensaba en todos mis problemas y en especial en Sarah, ¿En qué pensaba al respecto?, sus opiniones e ideas eran muy valiosas para mí.

Seguí pensando en todo eso, pero de repente oí el sonar del timbre para salir al receso; yo quise quedarme en el aula, todos salían apresurados en especial Sarah, no notó que yo había decidido quedarme, caminé hacia el final del salón para sentarme en una esquina, para pensar un rato y escuchar un poco de música.

Llegué al final del aula de clases, saqué mis audífonos y mi celular del bolsillo de mi pantalón, coloqué música muy alta mientras me sentaba en el piso, colocando mi frente sobre mis rodillas.

Llegué al final del aula de clases, saqué mis audífonos y mi celular del bolsillo de mi pantalón, coloqué música muy alta mientras me sentaba en el piso, colocando mi frente sobre mis rodillas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mis lágrimas comenzaron a salir una por una, estaba muy preocupada y la impotencia hacia que las ganas de llorar aparecieran.

De repente sentí un golpecito sobre mi hombro, levanté mi cabeza rápidamente y cuando vi era Sarah, quité los audífonos de mis oídos mientras secaba mis lágrimas y le hacia una media sonrisa.

De repente sentí un golpecito sobre mi hombro, levanté mi cabeza rápidamente y cuando vi era Sarah, quité los audífonos de mis oídos mientras secaba mis lágrimas y le hacia una media sonrisa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ella preguntó si podía sentarse, con mi mano le di unos golpecitos al piso indicándole que se sentara. Sarah tomó asiento, luego tomó mi rostro con sus manos y puso el suyo muy cerca, mientras lo volteaba hacia mi oído y susurró: -"Saldremos de esto juntas"-, siempre solíamos decirnos esa frase cada vez que alguna estaba mal.

Sarah se puso de pie y gritó muy emocionada: -"Iniciaremos una revolución"-, yo no aguanté la risa y eché una fuerte carcajada y afirme con mi cabeza.

Ella extendió su mano para ayudarme a levantar, me levanté rápidamente y ella dijo: -"Habló en serio con lo de la revolución"

...

Si te ha gustado hasta ahora mi novela, me ayudarías mucho si votas, comentas y la compartes con tus amigos.

Gracias por leerme.

Frase: "Los ojos es la cosa más bonita que puede tener una persona, ¿Por qué? Porque refleja lo que el corazón y el cerebro tratan de ocultar" -JhomarO.

Cuídense, los quiero.



Desvanecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora