Capítulo VI: -Enamorada de Theo.

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Sarah entró a la sala de profesores, nos encontró riéndonos, me observó y añadió una sonrisa picara mientras pedía disculpas y cerraba la puerta rápidamente.

Theo sonrió y preguntó: -¿Qué le ocurre?-.

Me puse tan nervioso, no sabía que responder, solo le conteste: -No sé- y añadí una sonrisa.

El me miró y me devolvió la sonrisa, yo seguía sonriéndole. Si alguien nos hubiera visto diría que pareciera que fuéramos dos tortolos tontos enamorados, aquello parecía un juego de sonrisas, en toda la conversación estuvimos sonriendo, era lindo.

 Si alguien nos hubiera visto diría que pareciera que fuéramos dos tortolos tontos enamorados, aquello parecía un juego de sonrisas, en toda la conversación estuvimos sonriendo, era lindo

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El dejó de sonreírme, levantó su ceja mientras me observaba, era tan pícaro cuando hacia esos gestos.

Luego de un par de miradas y sonrisas el preguntó: -¿Me darías tu número?-.

Mi corazón empezó a latir fuertemente, se podía decir que tenía como una orquesta de emociones dentro de mi. Sentía en mi estomago algo muy extraño, como si se tratara de una pelea de mariposas y quisieran escapar, era un sentimiento bonito que a la vez me aterraba. Las sentía en mi estómago cada vez que el me miraba así, quería que esas malditas mariposas salieran ya.

 Las sentía en mi estómago cada vez que el me miraba así, quería que esas malditas mariposas salieran ya

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Balbuceé y dije con voz muy baja: -Sí-. No podía hablar, no pensaba, no razonaba, por Dios, Soy Emma la tímida y el chico que me atrae está acá conmigo hablándome, ya debes tener una idea de como me sentía en ese momento, era horrible, a la vez me molestaba. Quisiera ser ese tipo de chicas que expresa lo que siente con claridad, pero no, era todo lo contrario, yo me dejaba dominar por mis miedos, callaba todo, pero las personas que si me conocían sabían que expresaba todo con mi mirada, con lo de personas me refería a Sarah, era la única que podía notarlo, porque ni mis padres podían detectarlo, Sarah me conocía tanto...

En fin, bajé mi bolso de mis hombros rápidamente, lo abrí y saque mi bolígrafo favorito y mi libro de notas personales, arranqué una hoja y le escribí mi número telefónico.

Cuando se lo fui a entregar empecé a temblar, parecía que estaba hecha de gelatina, estaba muy nerviosa.

Cuando se lo fui a entregar empecé a temblar, parecía que estaba hecha de gelatina, estaba muy nerviosa

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