Capítulo 6

71 4 2
                                    

*** Chicas arriba les dejo a Mona, la hermana pequeña de Helena

- Mmmmmm.... Jared...

- Jajajajaja HELENA!!!!

- ¿QUEEE? ¿QUÉ PASA? ¿ESTÁ BIEN ENZO?

- Si, si hermanita Enzo aún está dormido, parece que en eso se parece a nosotras. Pero, esa no es la pregunta Helena, la pregunta es ¿Quién es Jared?

- Ehhhh... ¿Cómo? ¿De dónde has sacado eso?

- Ohh venga Helena estabas gimiendo su nombre hace dos minutos, anda no te hagas de rogar que sabes que al final me lo vas a acabar contando todo

- Está bien Mona, pero por favor no te pongas pesada

- Si si te prometo que lo intentaré

-  Jared es el tío al que saqué ayer de la comisaria

- ¿El de la pelea?

- Si ese

- Helena ¿estás seguro de que no es peligroso?

- No se Mona, apenas lo conozco, pero extrañamente confío en él

- Bueno, dejémonos de tonterías y vayamos a lo importante ¿está bueno? ¿cómo es?

- Está buenísimo - a la mente de Helena vinieron imágenes de Jared, sus ojos azules, su sonrisa traviesa, todos los músculos que sintió cuando se besaron, su lengua, sus manos, su cintura, la rigidez de su paquete, .... ufffff 

- HELENA!!!!

- ¿QUEEE? Joder Mona deja de asustarme

- Es tu culpa, has puesto cara de tonta y casi babeas jajajaja si que debe estar bueno, porque ni siquiera con el padre de Enzo te vi tan embobada

- Ya Mona, déjalo, me prometiste no ponerte pesada

- Está bien, te vas a librar ... por ahora

Mientras Mona salía de la habitación, Helena fue a prepararse para empezar el día, aprovechando que Enzo aún no se despertaba iba a darse una ducha bien fría que la ayudara a centrarse. Al salir de la ducha, como no tenía que ir al despacho, ya que era sábado decidió ponerse unas mallas y una camiseta técnica con las que luego iría al gimnasio.

Cuando entró en la habitación de Enzo, vio al pequeño dormido aún y como siempre estaba cruzado en diagonal en su cama y con todas las sábanas fuera de su sitio, en eso era una copia idéntica de ella, era un huracán durmiendo.

- Buenos días gordito, venga anda no te hagas el remolón, levántate bebé

- Mamá... nejame momi....

- Enzo, por favor no empecemos como todas las mañanas... si te levantas ya, hago crepes de chocolate para desayunar

- Siiiiiiiii

Definitivamente "crepes de chocolate" eran las palabras mágicas que había que pronunciar si querías que Enzo, hiciera algo sin rechistar y a la primera

- Mami codie dápido, el nene tene hambie

- Señorito, más vale que vuelvas y te calces las zapatillas no te quiero descalzo

- Vale

Mientras Enzo seguía jugando con Mona en el salón, Helena preparó el desayuno para los tres y aprovecho para adelantar algunas tareas de la casa y así poder disfrutar de su pequeño.

El resto de la mañana la pasaron jugando con Enzo, el pequeño adora recrear peleas con sus muñecos de acción y esta mañana tocaba que se enfrentaran Superman y el T-Rex, luego fue el turno de Aquaman y Mr. Potatoe. Definitivamente la imaginación de un niño era infinita.

JARED: Preciosa ¿a qué hora quedamos para ir al gimnasio? Si aún quieres ir claro. Aunque también se me ocurren otras mucho más divertidas de quemar calorías

HELENA: De verdad que no tienes remedio. ¿Qué te parece si quedamos a las cinco en la puerta del gimnasio?

JARED: No se si podré aguantar hasta las cinco sin verte

- Helenita, de nuevo pensando en ese dios ehhh!!

- Mona, por dios hoy acabas conmigo. Por cierto ¿esta tarde tienes planes?

- La verdad es que si, he quedado con unos compañeros de la cadena para tomar algo

- Ahh... bueno entonces nada

- Helena, me puedo quedar con Enzo hasta las ocho

- ¡Eres la mejor hermanita! Bueno voy a preparar la comida que he quedado con Jared a las cinco

Después de comer, acostó a Enzo a dormir la siesta y preparó al bolsa del gimnasio para marcharse antes de que despertara para que Enzo no se pusiera a llorar, como hacía cuando se separaban. Entró en la habitación de Enzo, le dio un beso y se despidió de él.

- Mona, me marcho, Enzo está dormido no creo que se despierte en al menos una hora. La macedonia para la merienda te la he dejado en la nevera.

- Que si mamá gallina, ni que fuera la primera vez que cuido del gordo

- Muchas gracias cariño, prometo ser puntual

- ¡Más te vale!

Cuando cerro la puerta del piso, Helena empezó a temblar sólo de pensar que iba a volver a ver al dios que había cumplido todas sus fantasías la noche anterior... aunque hubiera sido sólo un sueño, pero ya se encargaría ella de que sus sueños se hicieran realidad.

Mi tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora