Capítulo 5

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*** Niñas arriba les dejo a Lucas.

- ¡KLAUS! EHH... TÚ IDIOTA - Jared llegó gritando a la casa de la manada donde todos los lobos solteros vivían hasta que encontraban a su compañera y se trasladaban a una de las cabañas que había dispersas por el bosque - ¿ DÓNDE ESTÁS?
- ¡AQUÍ!
Jared, entró en el salón y se encontró a Klaus y a Lucas jugando a la X-Box One, realmente esos dos tenían un grave problema de adicción, si sus cálculos no fallaban llevaban más de tres semanas pasando cada minuto se su tiempo libre delante de esa puñetera máquina.
- ¿ Otra vez perdiendo el tiempo con la mierda del GTA? - preguntó Jared
- Tío, si vienes a joder lárgate, ya bastante que nuestras madres cada vez que vienen nos regañan y gritan por lo mismo... Dejadnos disfrutar joder
Jared decidió callarse. Lucas apenas hacía unos meses que había decidido volver de dios sabe donde... Después de que se marchara hace cuatro años sin dar razón de su paradero.
Desde su vuelta no había hablado con nadie de esos cuatro años, todo era un total misterio... Pero lo único que ahora importaba era conseguir que se quedara ya que una manada tiene que estar unida.
- Bueno tranquilizate, además sólo venía a recordaros que como vuestro alpha, es mi deber encargarme de que estéis en forma y preparados para defendernos si es necesario
- Ok ok... en cuanto acabe esta partida de marcho a correr un rato ¿está bien? - dijo Klaus intentando poner paz entre sus amigos.
- Está bien pero asegurate de llevar contigo al lastre que está sentado a tu lado
Lucas tan sólo gruñó, a sabiendas de que nada podía hacer contra la orden del alpha.
Jared se dio la vuelta y se marchó a su habitación, que para envidia de todos estaba en la zona abuhardillada de la casa.
Ya empezaba a caer la noche y Jared se dispuso a ducharse para salir a realizar la patrulla con sus chicos. Aunque ahora se encontraban en la época de paz más duradera de los clanes licántropos, nunca se sabía que esperar de las manadas cuyos líderes eran inestables, era por ello que en la manada de los Whitlockita aún perduraban los turnos de guardia y los entrenamientos diarios, igual que en el pasado. Contra estas medidas había muchas opiniones, unas a favor y otras en contra, pero Jared que había visto como toda la familia de Klaus caía en una de las incursiones de una manada rival, no quería que ningún niño más tuviera que pasar por el calvario que pasó su amigo cuando se vio sólo, sin una madre que lo cuidara, un padre que lo protegiera y unos hermanos que lo comprendieran.
Jared movió la cabeza para sacudirse todos los malos pensamientos e inmediatamente estos fueron reemplazados por una preciosa morena y sus exuberantes curvas.
Sin pretenderlo el cuerpo de Jared acabó reaccionando lo que le valió varios gruñidos de frustración por no poder liberarse, pero bueno podía liberarse aunque no con ella.
Decidió que si al día siguiente tenía que aguantar una sesión de gimnasio con ella, viéndola moverse en esas mallas tan ajustadas y adoptando las indecentes posturas de las máquinas de gimnasio... Ufff... tenía que liberarse.
Se desnudó al completo y se metió a la ducha, de inmediato a su mente vino tan sólo una cosa... Helena, ella, su cuerpo, su olor, su sabor, sus labios,...
Con ella no le pasaba como con otras chicas de las que sólo era capaz de apreciar algo concreto, no con Helena quería todo... Quería morder sus labios, lamer sus pezones hasta que tiraran tanto que le doliera, quería hacer que tocara el cielo sólo con su boca y por último enterrarse en ella para morir ahí.
- Ohh... Siiii... Mmmmm... Ahhh!!!
Con esos pensamientos en mente alcanzó el orgasmo más intenso que había tenido en mucho tiempo.
- Dios Helena que poder tienes en mí....
Pese a todo antes de haberse dormido Jared se encontraba de nuevo pensando en Helena, aunque esta vez recordaba su risa, sus ojos, su sinceridad,... Y sorprendentemente eso calentó de la misma manera a Jared, por lo que para poder dormir decidió repasar todas las tareas a las que tendría que hacer frente al día siguiente, aunque ello no sirviera de mucho.
- Helena- suspiró entre sueños.

Mi tentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora