Los truenos retumbaban en el mundo entero. La lluvia que caía a tártaros no había cesado en más de tres días. Las nubes tapaban la luna y por ende la oscuridad cubría todo el reino. La mujer corría con su hijo en sus manos. Huía de algo monstruosos, miraba atrás y el miedo le recorría más por todo su cuerpo. Los feroces y afilados dientes de aquella bestia se acercaban cada vez más a ella. Su larga cola de tres cabezas de serpiente la balanceaba hacia al frente intentando detener a la mujer. Ella continuaba su carrera, se alejaba lo más que podía de la gran bestia que llevaba acechándola desde hacia años. La gran bestia que solo vivía para asesinar, matar todo a su paso, destruir y hacer que el lugar por el que paso sea olvidado. Sea destruido y sin ningún sobreviviente. Aún se desconocía de dónde provenía la bestia, quien la controlaba y por que tenia tanto afán en destruir la vida que había nacido solo hace unos días, el pequeño bebé al cual le nombro Christopher.
Los suspiros de la reina eran más pesados. Sus pies se estaban cansando de tanto correr. Todo el reino se había escondido, nadie podía ayudarla así que ella continuaba corriendo. Viró a la izquierda luego del largo pasillo y llego a la gran escalera y entonces las comenzó a subir. Llevaba zapatos altos por lo que recorrió a quitárselos dejándolos al borde de las escaleras. La bestia que traía la oscuridad consigo continuaba deteriorando todo a su paso, continuaba creando agujeros en las paredes del castillo. Continuaba dejando de su saliva cada vez que se apresuraba a correr. Al no caber por las escaleras, se doblo y entonces comenzó a arrastrarse mientras las subía. Iba con más rapidez a pesar de la manera que las subía, a pesar de que chocará con todo el techo sobre el. Al llegar arriba la reina cayó al piso dejando así caer a su bebé más adelante pero entonces, de la nada, una mujer con capucha negra cubriendo todo su rostro apareció por una especie de portal negro y tomo al bebé en manos y ayudo a la reina a levantarse y a correr.
Tras la bestia venia corriendo el rey. Seguía el rastro que la bestia dejaba. Seguía el rastro de saliva y de oscuridad que dejaba atrás. Venía acompañado de varios hombres honorables que lo ayudarían a acabar con todo. Llego a las escaleras y entonces encontró los zapatos de su mujer, los tomo en mano, lo examinó y entonces gritando su nombre comenzó a subir las escaleras con más rapidez.
-¡Annabel!- grito el rey mientras continuaba corriendo- ¡Annabel!- la desesperación se estaba apoderando de él y no podía encontrarla. Tenia que salvar a su esposa, tenia que salvar a su único hijo.
Al terminar de subir las escaleras el y sus compañeros levantaron sus espadas mirando hacía todos lados. Se aseguraban de que no hubiera nadie cerca y entonces el rey observo la manta de su hijo en el suelo y entonces volvió a gritar -¡Annabel!
–¡Edward, por aquí!- grito su esposa
Al culminar el llamado Edward se levanto del suelo y comenzó a buscar a su esposa y entonces la encontró al final del pasillo pero frente a él apareció la gran bestia la cual con un gran golpe lo lanzó a él y a sus acompañantes al suelo. Tomaron sus armas y se pusieron en posición para atacar. La bestia con sus largas colas comenzaba a atacar a su equipo tomándolos por las piernas, cabezas, manos o cualquier extremidad y los lanzaba lejos e hiriéndolos de gravedad e incluso matándolos.
Annabel miro asustada a la gran bestia y entonces miro a la bruja que la había ayudado. Le quita la capucha y tras ella logro reconocer a la mujer que era: su hermana. El rey continuaba su lucha y de un momento a otro logro cortarle una de las colas a la gran bestia la cual se marchó en segundos. Él corrió hacia su esposa y la abrazó al igual que lo hizo con sus hijo, corrieron a una de las habitaciones y cerraron la puerta tras de ellos.-Debemos sacarlo de aquí- dijo Annabel refiriéndose a su hijo
-Puedo hacer un portal para que todos vayamos allí- dijo su hermana, la bruja
-Haz lo necesario- dijo el rey- Es el único que puedo salvar nuestro reino
La bruja busco unos materiales en la habitación que estaban. Fue al gran caldero y comenzó a mezclar todo lo que había tomado y entonces comenzó a ver todo, no solo el futuro si no a las personas que acompañarían a su sobrino. -Una princesa, una sirena, un duendo, un brujo, un humano...- dijo ella mirando a todo- todos unidos salvando este mundo- Miro a la madre del bebé- Hay posibilidad de salvar nuestro mundo, quizá lo logre, pero necesitara que lo guíen, si se pierde puedo irse a la oscuridad, puede traicionar todo lo que conoce- le dijo a la madre, pauso y continuó- si se descuida el no solo puede ser la salvación del mundo, puede ser el fin de él- culminó diciendo.
La puerta comenzó a ser golpeada. El rey asustado corrió a ella y trato de aguantarla pero entonces no era la bestia que tocaba. Era el ser oscuro, era el ser del fuego y del sufrimiento, el peor mago que existía del cual no se sabía nada. Con su magia creo una gran espada y entonces la traspaso por la puerta traspasando así el corazón del rey. Sus ojos se volvieron más grande y entonces comenzó a brotar sangre de su boca y de su pecho. Miraba a la reina y a su cuñada y culmino diciendo- Te amo, Annabel... sálvalo- y entonces cerro sus ojos y dejo de respirar. El ser oscuro retiró la espada de la puerta y entonces la bestia apareció y destruyo la puerta por completo. La bruja rápido abrió un portal y tomo al bebé en manos. La reina quitó su collar de su cuello y se lo puso a su hijo como una promesa que se volverían a ver. Beso su frente y se despidió. La bestia atacó a la reina y entonces la bruja entro al portal con el bebé pero el portal permaneció abierto unos segundos los cuales le dio tiempo al hechicero lanzar un hechizo el cual entro al portal y provocó una explosión en el lugar al que habían llegado y entonces el portal se cerro. El hechicero no sabía a donde fueron por lo que no podía seguirlos. La bestia se tomo a la reina con sus grandes manos y entonces se alejó con ella en manos.
La bruja llego a otro lugar. A un mundo sin magia, sin reyes, sin criaturas que ellos creían fantásticas. La explosión había causado estragos pero su capa protegía contra el fuego pero no logró protegerla de los pedazos de metal qué volaron al explotar el lugar. Tenía un pedazo espetado en su costado hiriéndola de gravedad. Tomo al pequeño Chris en manos y entonces lo dejo en la puerta más cercana y luego se alejo lentamente. No tenía su magia. El portal a ese mundo la había agotado y eso duraba unas horas antes de recuperar todo su poder para poder curarse. Dejó al bebé en el suelo, tomo su collar en manos y en el dejo toda la magia que le quedaba y lo cubrió con su capa. Se alejó hacia un callejón sin salida. Se sentó en el suelo, comenzó a llorar y luego a sonreír y entonces cerró sus ojos y se marchó del mundo. Su cuerpo comenzó a deteriorarse y luego a convertirse en polvo y entonces de ella no quedo nada. Una mujer salió fuera de la casa en donde habían dejado al bebé, lo miro, miro a todos lados y entonces lo recorrió y vio impreso en su collar el apellido: Ainsworth
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The Lost Prince
Teen FictionDuendes, sirenas, brujas, gigantes, dragones, bestias, criaturas extraordinarias, princesas, reyes y un príncipe creido muerto, olvidado y dejado atrás. Un mundo fantastico que persigue a el príncipe olvidado, el joven "humano" con su vida normal...