Capítulo 2

5 0 0
                                    

     La luz se apago.  Todo volvió a ser negro y entonces, con el chasquido de sus dedos, Elizabeth, encendió la rama con el pañuelo que antes habían dejado.  Los ojos de Keith se volvieron más grandes al ver que ya no estaba en su casa.  Que ya no estaba en el callejón en que estaba antes de llegar ahí.  No tenía idea de como había sucedido pero al parecer hay muchas cosas que el no conoce.  Entonces los otros tres desconocidos se quedaron observando a un Keith impresionado.  Él solo los observo y entonces comenzó a caminar lejos de esa cueva en la que se encontraba.  Catharina tomó la delantera y se fue a su lado observándolo en todo momento pero antes de que salieran por la puerta un fuerte rugido se escuchó.  El mismo rugido que habían escuchado antes de buscar a Keith.  El rugido de una bestia, un gigante enojado, de dos cabezas con su mazo en manos.  Keith rápidamente se detuvo y miro a sus compañeros para ver a que se debía ese sonido.

-Hay muchas cosas que necesitas saber de este mundo- dijo Jonas riendo- Y lo que ahora debes saber es que debes esconderte o mejor aún...- pauso y luego continuó- corre

Keith se quedo observándolo y entonces pudo distinguir sus orejas las cuales se habían vuelto un poco largas y puntiagudas.  Sus ojos se habían vuelto de un verde más intenso y entonces comenzaron a caminar fuera de ese lugar. Los rugidos comenzaban a aumentar.  La luz comenzaba a distinguirse por la entrada de la cueva.  Antes de que salieran de ella unos fuertes pasos se acercaron seguidos de un fuerte golpe en el suelo del gran mazo que el gigante llevaba en sus manos.  Todos se echaron hacía atrás y Keith cayó al piso.  Estaba asustado.  Nunca había visto algo parecido a eso.  Ni siquiera un feroz animal que intentara matarlo le asustaba tanto como eso.  El gigante levanto su mazo y volvió a tirarlo al suelo lo cual estaba provocando que todo eso temblara y en ocaciones arrojara al piso a los jóvenes.  Todos se echaban cada vez más para atrás ya que el gigante se acercaba cada vez más y continuaba atacando con su mazo de un lado a otro impidiéndole el paso a los chicos.  Una bandada de murciélagos volvió a salir de adentro de la cueva y todos venían hacia el chico de cabello rubio y la chica del mismo color de cabello.  Keith asustado y con miedo reacciono ante eso y se puso en medio de ambos chicos.  Su collar comenzó a brillar y los murciélagos que se acercaban a toda velocidad los rodearon y entonces salieron de la cueva.

-¡¿Qué demonios es eso que intenta matarnos?!- exclamo y pregunto Keith con miedo

-No sabemos su nombre- respondió Elizabeth momentáneamente- Pero si no te alejas nos matará

-¡Si eres una bruja por que no usas tus poderes!- grito Keith

-¡No los tengo en este momento!- le volvió a gritar ella- ¡Se agotaron cuando fui a buscarte a ti!

Keith iba a responder otra cosa pero entonces el gigante volvió a atacar por lo que rápidamente, cuando el gigante golpeo el suelo con su mazo, todos los que estaban dentro de la cueva salieron a la luz del día.  Jerome se iba a acercar a la entrada de la cueva para golpear el techo y crear un derrumbe e impedirle la salida pero en eso el gigante, con su mazo, lo golpeó y este salió volado de donde se encontraba y cayó en el suelo raspándose todo su rostro y otras extremidades.  Jerome volvió a levantarse y entonces Keith pudo observar cómo comenzaba a sanar todas las heridas que tenía hasta que no hubo rastros de ellas. Los chicos vieron como el gigante se acercaba por lo que Jonas comenzó a moverse rápidamente por los alrededores del monstruo de dos cabezas y en eso Jerome se acerco a gran velocidad y dio una patada a su enemigo.

-¡¿Corremos?!- grito Jerome

-¡Claro!- respondió Jonas- ¡A menos que prefieras quedarte y ser devorado por un gigante de dos cabezas!- continúo diciendo mientras comenzó a correr junto a sus amigos

Llegaron al borde y comenzaron a caminar lentamente pero con prisa.  Todos miraban atrás buscando rastros del gigante el cual apareció y comenzó a golpear el suelo y el borde por donde ellos caminaban comenzaba a desprenderse.  Todos se miraron unos a los otros y luego miraban al vacío que había debajo de ellos.  El borde continuaba desprendiéndose y el miedo comenzaba a llenar a todos los chicos.  El más afectados era Jerome.  Su miedo a las alturas aún no lo había podido superar.  Tenía sus ojos cerrados mientras intentaba no pensar en que iba a caer en una caída de más de cien metros.  Keith miraba a su alrededor buscando alguna salida pero no la había.  Si se movían mucho podían caer en cualquier instante.  La única forma de llegar al otro lado ya se había caído completamente. 

The Lost PrinceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora