My Princess: Marinette (Marichat MLB ) -Terminada

/&/Capítulo XII/&/

-Ya te lo dije chico, hay como unos cuatro, cinco...ay, no recuerdo, pero si existen mas miraculous- decía con pereza Plagg cuando ya estaba entrando a la mansión.

Esto me inquietaba, según yo, salí a escondidas de mi padre y del guarura, y si se dio cuenta ¿Por qué no me llamó al instante? Terminó la akumatización, hablé un buen rato con Marinette y con Ladybug, y hasta ahora me llama, y con una voz tan fría como la de siempre, sinceramente esperaba un poco de enojo de su parte.

Al terminar de cambiarme, me quedé de pie en las escaleras a esperar lo que mi padre quería, Plagg se había quedado en mi habitación degustando de sus cuantiosos quesos.

-Oh, el señor Agreste está en su estudio. -dijo Nathalie al verme.

-Ya veo.- contesté- Gracias.

La última vez que entré a su estudio, aún estaba chico y mi madre todavía estaba con nosotros. Fue cuando ella desapareció que mi padre empezó a ser mas cerrado en todo sentido.

Al entrar, él estaba sujetando algo firmemente en su mano derecha.

-Toma asiento por favor.

Obedecí. Mientras que mi papa no dejaba de ver el anillo que trataba de ocultar, yo solo buscaba encontrar que era lo que él apretaba con tanto coraje.

-Retomando lo de tu madre...

-No quiero saber- me levanté repentinamente siempre manteniendo la cabeza baja - nunca me hablas, pero ahora, estoy seguro de que no es nada bueno, no quiero saber la "verdadera" desaparición de mi madre. Quiero saber lo que tú te traes en manos.

-Intenté hacerte comprender mi situación de un modo bueno, pero al ver lo poco que cooperas tendré que usar otros modos - se acomodó la corbata roja que traía puesta y dejando sobre su escritorio lo que traía en la mano, llamó a Nathalie quien llegó al instante.

- ¿Si, señor?

-A partir de hoy Adrien vuelve a tener clases particulares. ¿Entiendes?

-Señor...-Nathalie quedó tan asombrada como yo, pero decidió no contradecirle nada a mi padre - enseguida me encargo.

-¡No puedes hacer esto!

-Claro que puedo, pero al parecer es importante para ti ir a la escuela ¿No es así?- mi padre giró el rostro hacia la ventana -Nathalie, no hagas nada, tómate un descanso.

En cuanto Nathalie se retiró, quise ver lo que mi padre había dejado en el escritorio en tanto él estuviera volteado aún.

El broche, sé que éste broche tiene algo especial pero me es difícil descifrar lo que es.
Sin pensarlo dos veces lo tomé y guardé.

-Discúlpame padre- empecé a decir, para poderme ir de inmediato a mi cuarto- fui muy insolente, te escucho.

-No Adrien, ni tú ni yo estamos listos aún, descansa, mañana será un día muy pesado.

Salí y fui a mi cuarto en donde Plagg estaba aplastado contra la charola disfrutando de su ultimo trozo de queso.

-No es posible que te hayas comido todo eso.

-Todo es posible, tú te enamoraste de la chica a la que ibas a rechazar.

-No es lo mismo Plagg - puse aquella figura enigmática sobre mi sofá.

-¡Hey! Eso se me hace algo familiar- hizo una pausa acercándose - ¿Es de alguna marca de queso?

-Vamos Plagg, esto es el broche de mi padre, el que la otra vez vimos brillar...