La gran fiesta en la mansión de los Kayano, estaba lista, no veían la hora para que su amada hija pudiera hacer su sueño realidad, sólo faltaban dos horas para que se comprometiera con el amor de su vida...
Shiota Nagisa había llegado a la mansión de su familia tras un largo viaje, por fin podría despedirse de su padre, según la carta que le había llegado hace unos días a su padre no le quedaban fuerzas para seguir con vida, una terrible enfermedad lo estaba consumiendo y en breve dejaría de existir. Al leer esto de inmediato decidió dejar todo y volver a su casa, tenía que despedirse de su padre, se había despedido de su pareja, aquel pelirrojo que le había robado el corazón hace cinco años en aquel cruzero diciéndole que regresaría pronto pero por alguna razón ambos no pensaban que eso llegara y así pasó.
Al llegar a su casa, todo estaban listo, sus padres lo habían perdido todo, la compañía estaba en la ruina, no había dinero como pagar a sus sirvientes y como no querían dejar de prescindir de las comodidades que disfrutaban, los padres de Nagisa habían tomado la decisión de comprometerlo con Kaede, Kayano Kaede, hija de la familia más importante en todo el país. El compromiso había sido arreglado hace un mes y solo faltaba que el peli celeste le pidiera la mano a la dama, para esto la madre de Nagisa había engañado a su hijo con el fin de que el volviera a tiempo para la fiesta que sería en dos horas en la mansión de los Kayano.
Cuando se dio cuenta de la farsa que sus padres había armado, les lanzó una mirada amenazante, pero no pudo hacer nada, para él su madre era la persona más aterradora y más cuando las cosas no salían como ella deseaba.
No tenía salida, sus sirvientes lo habían arreglado para el momento, de alguna manera se había subido al carruaje y estaba rumbo a la mansión de los Kayano.
Al llegar a la mansión de los Kayano, los padres de la peliverde lo recibieron con gran algarabía, su hija por fin podría casarse con el hombre de sus sueños, cuando se comprometieran decidirían la fecha de la boda y la felicidad los aguardaría.
Mientras tanto en la habitación de la peliverde, esta se encontraba mirando un espejo, el cual había estado con los suyos por generaciones. Un espejo que la llevaba a un mundo que le gustaba y donde ella era la gobernante. Salió de su cuarto, con un vestido escotado, con volantes por aquí y por allá y que encaja en su cuerpo, quería impresionar a su persona amada.
Kaede bajo las escaleras radiantemente, por fin se encontraría con Nagisa después de varios años, quería verlo, abrazarlo y casarse con él, no permitiría a nadie arruinar este momento tan especial para ella.
En la mansión de los Shiota, una visita inesperada había llegado, un joven pelirrojo tocaba la puerta mientras esperaba ser recibido, cuando le abrieron la puerta pregunto por el peliceleste, presentándose previamente como un buen amigo de este, pero no vio venir la respuesta que le darían.
Al escuchar el relato y algunas detalles extras, sus ojos se ensombrecieron, no permitiría por nada del mundo que casaran a su pareja y menos con una "zorra" que se vendía fácilmente... según él.
Corría rápidamente y para suerte suya, un jinete con su caballo aparecieron ante él, lo detuvo de inmediato y salió rumbo a la mansión de los Kayano.
No permitiré que te comprometas, Nagisa. — se escucho decir al pelirrojo mientras cabalgaba rápidamente a la mansión de los Kayano.
En la mansión de los Kayano todo estaba listo, solo esperaban el momento indicado, los padres de Kaede le habían entregado un bello anillo que tenía un hermoso rubí incrustrado.
Era ahora o nunca, había una apertura podía huir, pero no fue así, llegó su madre sujetándolo fuertemente del brazo y camino junto a él al jardín, ahí sería el lugar indicado para pedirle su mano decía ella.
Nagisa, Hazlo ahora. — ordenó su madre, mientras lo empujaba de manera disimulada ante la peliverde.
La sonrisa de Kaede no se hizo esperar, lo que tanto había esperado estaba sucediendo, veía como su amado Nagisa se arrodillaba ante ella para pedirle su mano hasta que...
Nagisa. — se escucho un fuerte grito. Un pelirrojo bajó del caballo y corrió ante su pareja, cogio su mano y huyó con él.
No creas que permitiré que te conprometas, Nagisa. — dijo el pelirrojo mientras corrían de las manos.
Ka-Karma. — por alguna extraña razón las lágrimas se empezaban a asomar a sus ojos. — ¿Porqué estás aquí?—
Una sonrisa pícara salió del pelirrojo. — porque sería, solo vine a recuperar lo que es mío. — mencionó mientras corrían el inmenso jardín. En eso de alguna manera un pequeño conejo fue divisado por ambos muchachos, tenía un traje y miraba a cada segundo su reloj.
Llegaré tarde. — dijo en voz alta el conejo mientras ingresaba a una extraña cueva que había ahí.
Karma decidió seguir al conejo, su intuición le decía que lo hiciera por alguna razón, así que le haría caso como siempre, de no ser por ella, no hubiera impedida esta vil farsa.
Vamos, Nagisa.— dijo mientras miraba a su pareja.
Si. — no había marcha atrás debían seguir, no quería comprometerse, él ya tenía a una persona muy especial en su corazón y esta estaba acompañándole justo en ese momento.
Ingresaron a la cueva, de pronto algunos ruidos se empezaron a escuchar, pasos, remolinos de viento, y de pronto cayeron a un gran agujero, un agujero que no tenía fondo, poco a poco sus manos se iban separando, hasta que ...
Nagisa. — grito el pelirrojo.
Karma. — grito el peliceleste.
Nagisa y Karma se separaron.
Continuará ...
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Nagisa en el país de las maravillas.
FanfictionPor ciertos motivos, Un compromiso se empieza a planear a espaldas del peliceleste. Es traído con engaños de regreso solo para que se comprometa y case con la hija de los Kayano, algo que no desea, pero su madre de alguna manera logra intimidarlo. L...