Juego ajustado.

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Nagisa despertó, el ver a Karma hiso que su memoria perdida regresara.

Que bueno que despertaste. — le dijo su amado.

Karma. — dijo el peliceleste.

Ahora si podemos irnos de aquí. — sonrió el pelirojo.

Nagisa no sabia que decir, veía a su pareja y algo le intrigaba... no sabia como preguntarle por esas orejas que tenia en su cabeza, bueno eso no importaba, debían irse ya.

Me olvidaba. — dijo el pelirrojo. — Debo cumplir mi promesa con el conejo. —

¿Promesa? — preguntó.

Si, hasta que no la cumpla, no podremos irnos de aquí. — mencionó. — Así que acompañame.

Salio del brazo de su amante al castillo, cumpliría con su deber y  regresarían a su mundo.

En el castillo, todo era un alboroto, el mal humor de la reina por no querer esperar más hizo que varios soldados fueran ejecutados en afán de querer entretenerla sin éxito alguno, la hora señalada aun no llegaba y eso la estaba poniendo histérica.

Mientras tanto, Karma y Nagisa llegaron al castillo, los dejaron pasar ya que Karma seria el juez del partido que tendría la reina con la duquesa, fueron al lugar donde ella se encontraba y allí la vio.

El shock los invadió, esa no era otra que ni nada mas que aquella chica a la cual dejaron plantada, Kayano Kaede, su plana figura y su notorio cabello verde les hizo dar cuenta de ello.

Un minuto. — Grito la reina. Solo faltaba un minuto para que empezara el reto.

Karma no titubeo y acudió ante ella, debía hacerse pasar por el nieto del conejo.

Reina de corazones. Yo seré el juez de este partido. — sonrió el pelirrojo.

La reina no lo vio, solo acoto:

Espero sepas juzgar muy bien este juego y seas imparcial, conejo. — volteo para verlo mejor. — ... — Había algo extraño en aquel conejo, su mente estaba empezando a recordar el que, pero la duquesa llego a tiempo.

La agitación no paraba, la pobre Duquesa había llegado a tiempo, había salvado su vida.

Su majestad, estoy aquí como ordeno. — se arrodillo en señal de saludo a su majestad.

Kanzaki. Llegaste a tiempo. — suspiro. — Pongamonos en marcha.

Si, mi Reina. — dijo Kanzaki.

Kanzaki, la actual duquesa y Ex gobernante de ese reino, no podía quedarse de brazos cruzados ante tal injusticia, desde que la actual reina de corazones llego a su mundo, la paz se esfumo, nada era como antes, si tan solo hubiera recuperado el espejo antes de que esa chica apareciera.

Años atrás robaron el espejo mágico del reino, y el sello del gobernante, durante mucho tiempo lo buscaron, pero no dieron con ello, ante ello Kanzaki gobernó sin ellos y con apoyo de su reino estabilizo la situación, aunque sin ese espejo y sello, ella no era nada, ya que el día en que Kayano apareció ante el reino con esos objetos, el poder paso a sus manos.

Ya habían pasado 3 años desde eso y por fin podía retar a la reina con el afán de recuperar lo que le había sido robado y así lo haría.

El juego daría inicio, el Conejo seria imparcial y velaría que eso se cumpliera, en eso una enorme Oruga se presento ante ellos.

Reina, ¿Espero que su triunfo sea el mas hermoso de este mundo? — la oruga era un fiel lacayo de la reina y así lo haría ver en ese juego.

Jo,jo,jo — la notoria risa de satisfacción de Kayano inundaba el castillo, tan solo faltaba un juego y por fin  la cabeza de esa pelinegro rodaría por los suelos, uno de sus añorados deseos estaba a punto de cumplirse, no por nada la había desafiado a un juego en el cual, ella era una experta.

Si Nagisa no era suyo, como mínimo disfrutaría de un reino para si misma.

Kanzaki trato de igualar a la reina y lo logró, la estaba acorralando, pero no debía confiarse ya que ese ultimo juego, lo definiría todo.

El último tiro de la reina llego, el camino del esférico iba en rumbo a la meta, la victoria de la reina se haría presente, hasta que... Invitados indeseados llegaron.

¿Donde estoy? — pregunto el sombrerero.

¿Donde estamos? — le respondió la liebre, mientras ambos hombres se miraban fijamente, sin darse cuenta habían llegado al patio del castillo, algo que descuadro a todos, ya que habían trampas mortales para aquellos impertinentes que no deseaban entrar por la puerta principal.

Guardias. — Kayano grito, su victoria había sufrido una leve intromisión que no dejaría pasar. — Que les corten la cabeza. — Ordenó.

Ya paso su turno, majestad. — comentó Kanzaki. — si me permite, es mi turno. — gracias a la interrupción de esos dos la reina no logró anotar los puntos para decir que ella había ganado, así que trato de buscar calma y enfocarse en su objetivo.

Ella ganaría.

Mientras tanto, los guardias hacían de todo para atrapar a esa liebre y a ese sombrerero. Quien pensaría que podían ser tan escurridizos.

No nos atrapan. — sonrió la liebre, quien empezó a correr por todo el lugar.

Nunca lo harán. — sonrió el sombrerero.

Las risas estallaron, Karma, Nagisa, Kanzaki entre otros sonrieron por ello, los guardias eran tan ineptos que no podían capturar solo a dos personas, algo cómico que ver.

Alicia. — de repente dijo el sombrero. — Ya sé el nombre de esa chica. — sonrió y al verlo cerca fue hacia él.

Tu eres Alicia. — le dijo confiado.

¿Alicia?, ¿ es alicia? — dijo la liebre Maehara un poco dudoso, mientras observaba fijamente al peliceleste,

Se equivocan. — respondió Nagisa, quien no entendía la situación.

No,no. Nuestra querida Alicia esta aquí para liberarnos de la reina. — comento el sombrerero, confundiendo al peliceleste.

La reina escuchó lo dicho por esos dos y fue donde se encontraban ellos, y lo vio, un chico(?) con un vestido celeste de volantes,  y su...

Nagisa. — dijo en Shock.

Kayano Kaede. — respondió el peliceleste.

No podía mas, no entendía lo que pasaba, el gran amor de su vida era quien acabaría con su poder, no, eso no lo permitiría y mas al ver al cierto pelirrojo ahí también.

Ya dejen a Nagisa. — se escuchó decir de Karma, quien se acerco rápidamente a su amor. — Las moscas deben de alejarse de lo que es mio. — los miro amenazantemnte.

Tú... Guardias... Cortenles la cabeza.— grito a lo alto, pero los guardias no la obedecieron ya que ya se sabia quien había ganado ese juego.

Fin del juego~~~~~ dijo sonriente Kanzaki.

Esta historia... Continuará.

Nagisa en el país de las maravillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora