Final Alternativo

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Nicole

El peor error que puedes cometer, es no perdonarte a ti mismo por algo.

Tal vez es por eso que en el avión de regreso a México, trataba de pensar en todo menos en Alonso. Lo cual, obviamente me llevaba a pensar en él demasiado.

No podía perdonarme haberle mentido de esa manera, y sabía que él tampoco podía hacerlo; porque a pesar de que él me había pedido que me quedara -y yo había dicho que lo haría- había huido, así nada más.

La estancia en Colorado se alargó más de lo esperado y no puedo mentir diciendo que no había disfrutado estando ahí, el remordimiento se hacía leve de vez en cuando, pero no desaparecía del todo; porque constantemente me recordaba que había cometido un error y que a pesar de no haber sido la única que lo había hecho, Alonso no iba a pedir perdón una vez más... y yo no me creía capaz de hacerlo.

Casi era Año Nuevo, faltaban 3 días exactamente. Lo cual significaba que el aeropuerto estaba a reventar. Desde el de Colorado, había sido testigo de montones de reuniones sumamente emocionales, así como despedidas que habían dejado mi corazón roto. El día que yo me fui de México, desee haber tenido una, no solo a mis padres repitiéndome que estaba tomando una decisión adecuada: "Pues mi futuro importaba más que ese chico y que cualquier otro".

Estaba cansada y molesta, mi vuelo se había atrasado un par de horas pues había estado nevando y mi madre no contestaba el teléfono. No podía esperar a llegar a mi casa y tomar una ducha, era lo único que deseaba en esos momentos.

Mientras bajaba las escaleras eléctricas rumbo a donde se supone, debía recoger mi equipaje, observaba a la gente de abajo, esperando reconocer a mi mamá o a mi papá; que estaban cumpliendo con su costumbre de llegar tarde por mi a todos lados. Obviamente fue en vano, pues al parecer no estaban ni cerca de llegar al aeropuerto.

Miré hacia uno de los ventanales, un avión despegaba justo en esos momentos. Al menos en la Ciudad de México había un poco de sol, no duraría mucho pues eran las seis de la tarde así que comenzaría a ocultarse. Continué mi camino hacia el segundo tramo de escaleras eléctricas y algo atrajo mi atención: Parecía como si una línea saliera de mi pecho, era plateada y bastante gruesa, y se dirigía hacia adelante.

Me froté los ojos. Probablemente había sido el reflejo del vidrio, aunque tengo que admitir que me puso un poco nerviosa. Suspiré e intenté llamar a mis padres otra vez, ya podía ver el carrusel con las maletas.

Luego lo vi a él. Habían pasado casi seis meses y él seguía con el pelo rubio, me pregunté porqué no estaba usando un gorro en lugar de qué era lo que estaba haciendo ahí. Porque no me creía que estuviese ahí, frente a mí.

Alonso me vio también entonces. Y avanzó hacia a mí, sus pasos eran lentos mientras intentaba mantener el equilibrio del vaso con un logo de Starbucks y su celular en la misma mano.

-Te traje un poco de café-anunció en voz baja.

Meses sin verlo, sin escuchar su voz y lo primero que me dice es que tenía un poco de café para mi. Era un idiota, y por eso lo quería.

-Perdóname -dije yo entonces, estaba temblando de pies a cabeza y se reflejaba en el tono de mi voz. -Yo...

Antes de continuar Alonso soltó la maleta y me envolvió entre sus brazos. -Yo también lo siento.

Me solté a llorar de inmediato, porque lo había extrañado muchísimo y porque además, creía que él no querría verme jamás. Pero ahí estaba, con su barbilla en mi cabeza y sus manos acariciando mi cabello y espalda.

-En serio lo siento... -tartamudee, separándome de él y limpiando mis lágrimas -No debí irme así y... la carta...

Alonso me interrumpió. -Lo importante es que estás aquí ahora...-volvió a tocar mi cabello -Y yo también.

Man On A Wire || a.v.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora