Steve Rogers ya estaba cansado de su ajetreado día. Lidiar con ese papeleo de su oficina no es algo que le alegre los días. Con solo pensar en el trabajo acumulado que tenía para mañana le da un pequeño dolor de cabeza.
-Hey, Steve, ¿te parece si vamos a la nueva cafetería de la esquina? -dijo Sam, su amigo más cercano y compañero de trabajo-.
Steve se queda pensando un poco pero al final acepta.
-Si claro, sólo espera a que me de una ducha.
Rogers vivía en un apartamento lleno de unos cuantos lujos, todos gracias al salario que obtenía siendo el gerente de una empresa muy sofisticada. Entra a la ducha y en menos de diez minutos, sale directo a su habitación. Queda frente al armario para ver que ropa se iba a poner, no es que fuera a una de esas reuniones importantes pero a él le gustaba vestir bien sin importar la ocasión. Se decide por unos jeans, una camisa azulada y su chaqueta de cuero color café. Toma un peine y lo pasa por su cabellera rubia. Una vez peinado coloca un poco de perfume sobre su cuello.
-Listo, vamos -Steve llama a Sam, el cual se encontraba sentado en uno de sus sillones de cuero-.
-Está bien Steve el oxígenado Rogers -el moreno siempre bromeaba acerca del cabello de Steve-.
-Es natural -ríe, toma las llaves de su apartamento y salen camino a la nueva cafetería-.Era de esperarse que estuviera llena debido a que es la primer cafetería que queda cerca. Las demás se ubicaban en los centros comerciales y muchas veces no había estacionamiento, eso causaba bajas en las ventas. Fue por esa razón que los dueños decidieron construir una de sus cafeterías en ese lugar estratégico. Sam logra conseguir una mesa cerca de donde se piden los cafés.
-Ve a pedirlos tú y yo me quedaré apartando la mesa -dijo Sam a Steve-.
-Bueno y ¿qué vas a pedir?
-Traeme un capuccino de caramelo por favor, ah y un brownie de chocolate
-Goloso -Steve ríe y deja a Sam en la mesa mientras camina hacia el lugar de pedidos-.Tuvo que hacer fila para que lo despacharan, miraba todo a su alrededor. Era una cafetería muy acogedora y con toques hogareños. Veía tantas personas disfrutando con sus parejas, todos felices y derrochando amor. Eso le recordó a Steve su vida amorosa que no ha tenido en años. Hace tres años salió con una chica llamada Margaret, la amaba demasiado pero ella tuvo que partir a Australia por cuestiones laborales. Ambos habían prometido tener contacto y procurar seguir con la relación pero fue un completo caos. De la nada, Margaret se convirtió en una persona celosa y obsesiva, lo cual hizo que a Steve le bajara el encanto y decidió terminar.
Al recordar esa pequeña parte de su vida, deja salir un suspiro y no se había percatado que ya era su turno.-Buenas tardes, ¿qué va a ordenar? -una chica lo recibe con una sonrisa muy amable-.
-Quiero un capuccino de caramelo, un brownie de chocolate y un mocca frapuccino.
-Con mucho gusto ¿a nombre de quién?
-El capuccino a nombre de Sam y el mocca frapuccino para Steve.
-Serán quince dólares -Steve saca su billetera y paga-. Al otro lado le entregamos su orden, lo esperamos pronto.Steve sonríe y camina frente al bar de la cafetería, ahí estaban los empleados preparando los pedidos a una velocidad extraordinaria. Pero su atención se fijó en un chico castaño, pelo largo, tenía una barbilla muy pronunciada y atractiva. No lograba ver bien sus ojos pero sí su sonrisa, era tan perfecta. También se dió cuenta de que su brazo izquierdo era de metal lo que despertó una gran curiosidad en su mente. Pasó observando a ese chico hasta que él mismo le entrego el pedido.
-Un capuccino, brownie de chocolate y un mocca ¿cierto? -el chico castaño le sonríe a Steve-.
-Oh si, sí... -mira el gafete con su nombre- gracias James -vuelve a quedar hipnotizado con la belleza de James y su tono de voz grave-.
-Dime Bucky, suena menos formal.
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Stucky AU's
Short StoryOne Shots de diferentes universos alternos de la pareja Stucky (Steve x Bucky). Ninguno tendrá secuencia y todos son distintos.